Durante el último sistema frontal en la región del Biobío, la Ruta de la Madera ha sufrido numerosos cortes, persistiendo en los kilómetros 21 y 22 debido a un problema de mayor envergadura. Las autoridades explican que se trataría de una falla geológica. En cuanto a la fragilidad de la Ruta, el SEREMI de Obras Públicas, Sr. Hugo Cautivo, indicó que una de sus causas son los incendios forestales del verano de 2023.
La antigua Ruta 156, camino público que une Concepción con Santa Juana, inició su construcción en 1950 y posteriormente se pavimentó en tres etapas a partir de 1985, inaugurándose en 1988. Hasta la fecha, ha mantenido un estándar básico de solo dos vías. Es un camino relevante porque une la Provincia de Concepción con la Provincia de Biobío y conecta cuatro comunas: San Pedro de la Paz, Coronel, Santa Juana y Nacimiento, con un total de 114,78 km. Es un eje vital para el flujo diario de personas que se desplazan hacia y desde sus trabajos, así como para la movilización de carga terrestre, especialmente forestal.
Sin embargo, la Ruta 156 ha experimentado un aumento progresivo del flujo de tránsito, lo que ha debilitado su uso, haciéndola más peligrosa. No hace tanto tiempo, aproximadamente en el Km 10, un árbol cayó sobre un vehículo, causando la muerte del conductor, sin que hubiera incendios ni temporales. Esto evidencia que en algunos tramos los árboles están demasiado cerca de la ruta, una situación conocida por las autoridades actuales y anteriores.
Quienes vivimos en alguna de las comunas que forman parte de la Ruta de la Madera estamos agotados de diagnósticos que no mejoran la calidad de la ruta, la falta de conectividad y la nula regulación del sector forestal en relación a las franjas cercanas a la carretera. Se necesita un plan de mitigación de riesgos y desastres que incluya planes comunales y un plan regional para abordar estas graves situaciones que sufrimos cotidianamente. En verano, enfrentamos el terror de los incendios debido a la falta de regulación de los proyectos forestales. En invierno, el horror de las lluvias intensas y los árboles caen sobre la ruta, cortando el tránsito y la electricidad. Los cerros ceden y los expertos diagnostican el problema, pero solo para avisar de posibles derrumbes el próximo año. ¡Bienvenida crisis climática!
Por otra parte, existe una nueva idea de conectividad: otro puente sobre el río Biobío, que supuestamente «aliviará» los problemas de la ruta. Nos preguntamos qué criterios se usan para este puente entre Leonera de Chiguayante y La Recta del Manzano en Coronel. ¿A quién sirve este puente? ¿Qué se está movilizando? La carga forestal de la ribera norte del Biobío hacia el proyecto MAPA o hacia el Puerto de Coronel.
Uno se pregunta si se está considerando que la ruta ya está colapsada por el aumento sostenido de vehículos que viajan en horas punta hacia y desde Coronel por Patagual, para acercarse a Concepción y evitar el taco de la Ruta 160.
Estamos cansados de autoridades inoperantes y congresistas de todos los colores que no han sido capaces de resolver estos problemas, que sabemos serán cada vez más complejos.
EXIGIMOS:
Un plan de prevención y mitigación de riesgos y desastres que contemple la participación de las comunidades y organizaciones usuarias de la Ruta de la Madera.
Un plan de prevención y mitigación de riesgos y desastres que involucre a las cuatro comunas, basado en un ordenamiento territorial sustentable y de restauración de la flora y fauna, para poner en valor humedales, vertientes y los últimos parches de bosques nativos de la Cordillera de Nahuelbuta.
Un plan de prevención y mitigación de riesgos y desastres que obligue al sector forestal a mantener una franja de distancia con la Ruta de la Madera en toda su extensión.
Un arreglo urgente de los tramos pendientes para generar la conectividad, incluyendo soluciones técnicas y seguras a corto, mediano y largo plazo.