[resumen.cl] Según información de la Conaf, 33 incendios forestales se encuentran activos, a nivel nacional. Como cada verano, una de las consecuencias más peligrosas de las plantaciones de monocultivos de empresas forestales las sufren las comunidades aledañas a estas.
A través del Sidco, con cierre de recopilación de información a las 06:30 horas de hoy domingo, Conaf reporta un total de 111 incendios forestales a nivel nacional, de los cuales 33 se encuentran activos, 76 controlados y 2 fueron extinguidos.
En la Región de Valparaíso controlado se encuentra el siniestro "Lomas de Paso Hondo 2", que ha consumido un total de 19,2 hectáreas en la comuna de Casablanca.
En el Maule, el incendio forestal denominado "Tregualemu" está activo, consumiendo de momento 0,8 hectáreas en la comuna de Pelluhue.
En Biobío, activo se mantiene el siniestro "Esperanza de Malven Norte", que ha afectado a 8,4 hectáreas en la comuna de Los Ángeles.
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En la Araucanía se encuentra activo el incendio en "Villa Amargo" que ha consumido 750 hectáreas en la comuna de Collipulli, así como el "Toquihue 3", afectando 750 hectáreas en Victoria.
Finalmente, el siniestro denominado "Forestal Russfin" ha consumido 1.378 hectáreas en la comuna de Timaukel, en Magallanes.
Antonio Lara, Ingeniero Forestal, profesor de la Universidad Austral de Chile e investigador principal de Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, publicó una columna de opinión en CIPER Académico donde señala que «los incendios son indeseables y traen grandes pérdidas. La más grave es la pérdida de la vida humana, o bien, las personas que resultan heridas, quienes pierden sus viviendas, sus pertenencias, sus medios de producción, las plantaciones, aserraderos, los bosques nativos, la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y un largo etc.»
El Informe a las Naciones de Incendios Forestales en Chile del CR2 señala que las plantaciones forestales son el tipo de vegetación que en términos de porcentaje, más ha incrementado su superficie quemada anualmente. Estas plantaciones «representan el 50% del área de los megaincendios, es decir, aquellos que consumen más de 10.000 hectáreas. Entre 1985 y 2018, este tipo de eventos han quemado 444.000 hectáreas en Chile».
Esta quema de biomasa puede generar devastadores impactos ambientales. El humo produce enormes cantidades de aerosoles y gases. Estas emisiones pueden causar grandes problemas para la salud y la visibilidad, así como incidir en el clima a nivel local y global.
Las grandes cantidades de material particulado y ceniza emitidas, junto a la particular peligrosidad del finas particulas de alquitrán, son altamente nocivas para la salud respiratoria y cardiovascular.
El humo de los incendios forestales contiene aerosoles contaminantes y material particulado fino (menos de 2,5 micrones) material particulado ultrafino (menos de 1 micrón), incluyendo microparticulas nocivas de alquitrán. Éstas pueden entrar en los pulmones y alcanzar los alvéolos, pasando al sistema circulatorio.
Estudios previos en distintos países han revelado que la exposición al humo provoca mortalidad prematura, asma y reducción en la función pulmonar.
Cada temporada estival, más territorios del centro sur de Chile y Wallmapu, sufren por la megasequía y voraces incendios forestales que destruyen todo a su paso. Comunidades e investigadores/as apuntan a la industria forestal como uno de los principales responsables, junto a un Estado incapaz de prevenir y contener estas catástrofes.
Hasta ahora, varias investigaciones han descrito que la estructura homogénea o uniforme, característica de la composición de las plantaciones de monocultivos forestales de pino y eucalipto para uso comercial pueden promover una mayor dispersión del fuego al presentar abundante, inflamable y bien conectaba biomasa como combustible para la quema.
Investigadores han advertido que en el futuro, la coincidencia de condiciones cálidas y secas en un contexto de cambio climático, en conjunto con paisajes dominados por densas plantaciones inflamables y ricas en combustible podrían incidir en la propagación de incendios forestales cada vez más devastadores.