Por Ángel Sanhueza. Lyon, Francia
En uno de mis artículos en RESUMEN, decía que los ˝Chalecos amarillos˝, acompañarían al gobierno de Emmanuel Macron.
Luego de seis meses de movilizaciones, justo es constatar que una movilización de este tipo que en sus primeros días se señalaba que era -en el lenguaje policial y del Estado- casi insurreccional por la magnitud que habían alcanzado, que un lenta e inexorable desmovilización aparezcan a cada nueva convocatoria.
Un conglomerado heterogéneo, que logró levantar y denunciar problemas estructurales en la sociedad francesa, que aglutinó a miles de personas en las calles, cruces de camino rurales, rotondas y avenidas y que contó con el apoyo masivo de la población, no podía, por sus propias características espontáneas, llegar a crear otras condiciones que no fueran las que el propio gobierno concibió para salir de la crisis, organizando, con gran difusión en los medios de comunicación, un ˝gran debate nacional˝ desde donde con habilidad el gobierno otorgó ciertas concesiones para bajar la presión social y disminuir el apoyo de la población.
El sábado recién pasado, 1 de Junio, una movilización en baja recorrió las calles de las principales ciudades francesas, columnas separadas de manifestantes mostraron un desgaste significativo y una disminución considerable en la convocatoria y en el número de manifestantes.
Podemos considerar, una vez más, que la presión social, en un momento determinado puede llegar a poner en jaque al sistema, pero sin una representatividad clara y sin una organización que canalice este basto y masivo movimiento, éste, inevitablemente se desgasta y lo lleva irremediablemente a perder la capacidad ofensiva para finalmente terminar disminuido e incapaz de retomar, desde la calle, la iniciativa.
Durante todo este proceso un elemento significativo ha salido a relucir: Una vez más, como tantas veces en la historia, cuando los de arriba se sienten amenazados, la más formidable maquinaria represiva se pone en marcha, no escatimando en ningún recurso. Es así como en la patria de la ˝Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano˝, tanquetas militares fueron utilizadas en las calles para, al decir de un alto responsable de la Gendarmería, ˝tener una ventaja operativa significativa ˝, en el enfrentamiento contra los manifestantes.
Una vez más comprobamos que no importando las características sociales o políticas, ni las latitudes en que estos hechos acontezcan, cuando el pueblo se levanta por sus reivindicaciones, elementos de guerra, son emplazados contra trabajadores, obreros, estudiantes, hombres, mujeres, y jubilados desarmados, para defender una institucionalidad donde crecen las desigualdades sociales.
El liberalismo que impera y rige las economías europeas y Francesa busca por todos los medios revertir lo que queda de un cierto modelo social, levantado a partir de las grandes huelgas de los años 30, que se fortaleció con la incorporación masiva de los trabajadores en la lucha de resistencia contra el nazismo, y en los años de preguerra de los 50 y 60.
Terminar con la participación y control del Estado, como regulador social, es el objetivo fundamental de las políticas liberales, mientras se observan fortalecerse y crecer la desigualdad y la pobreza, no sólo en Francia sino también en el resto de Europa.
˝Los Chalecos amarillos˝ han sido un grito desesperado contra esta situación que se instala y se desarrolla, por eso la represión desatada contra ellos ha sido masiva y desproporcionada.
Mientras se reconocen, oficialmente, 795 heridos de todo tipo en las diferentes manifestaciones después de seis meses, cifras contestadas por los propios participantes y observadores externos, más de 500 procesos contra manifestates, presentados inmediatamente delante los jueces, ha sido abiertos en los diferentes tribunales de justicia de Francia. Al mismo tiempo, ningún agente o policía ha sido procesado.
Investigaciones internas de la policía señalan que habrán sanciones para las diferentes acciones de violencia cometidas contra manifestates, apaleos largamente difundido por internet y que los distintos canales de televisión han debido mostrar dado a la gravedad y crueldad que muestran algunas imágenes.
Todo esto ha llevado al procuror de París a declarar a la prensa que habrá juicios y sanciones en aquellos actos en que se compruebe la violencia policial,... ˝de aquí a fin de año˝...
Alguna vez escuché decir a una vieja luchadora antifascista, : ˝ Contra toda desigualdad, contra toda injusticia, Siempre habrán Bastillas que conquistar˝ .