Chalecos amarillos doblan la mano a Macron: gobierno francés anunciará suspensión de alza de combustibles

[resumen.cl] El fin de semana más de 300.000 franceses se manifestaron en más de 2.000 bloqueos de carreteras y peajes en toda Francia, en centro de París registraba serios incidentes, mientras el presidente Macron se encontraba a miles de kilómetros de distancia, en la cumbre del G-20 en Buenos Aires, Argentina.

El popular e imprevisible movimiento de los chalecos amarillos, autoorganizado a través de las redes sociales, lleva ya varias semanas de protestas y comienza a poner nervioso no solo al poder político y económico francés, sino también al europeo. En esta última jornada de protestas este fin de semana, se registraron bloqueos en las fronteras. Además ya se registran la aparición de chalecos amarillos en Bélgica.

El sindicalismo se ha desmarcado del movimiento, incluida la izquierdista CGT, sin embargo, entre las bases de esta organización ve con simpatías al movimiento que exige la "dimisión del presidente de los ricos".

"La chispa que encendió la pradera" ha sido la subida de los impuestos a los combustibles. Los socialistas y progresistas franceses – la izquierda aburguesada – ve en el movimiento una "acción de solidaridad con el lobby petrolero" ( Delphine Batho, exministra socialista de medio ambiente). Los medios del poder, muy preocupados por la protesta, han tratado de centrar los fundamentos de la protesta en este impuesto al combustible, cuando el fondo de la crisis tiene que ver con la iniquidad fiscal, que siempre termina gravando a los sectores populares en beneficios de las grandes empresas que, por lo general, eluden la carga fiscal.

En general, en Francia quienes mas ocupan combustible son los que viven en las periferias de las ciudades o en los campos aledaños, a ellos es quienes más perjudica este nuevo impuesto, esto causa más rabia aún cuando el estado elimina el impuesto a las grandes fortunas.

La protesta de los chalecos amarillos tiene en el fondo un componente de clase evidente, es la indignación contra un gobierno de los ricos y de las corporaciones, hoy cuando constatan ese odio y violencia de clase, la prensa europea se pregunta por la perdida de poder e influencia de las organizaciones sindicales, un ente mediador, que los gobiernos neoliberales se encargaron de destruir o debilitar.

Hoy, cuando en Europa todo el descontento contra el desmantelamiento del estado de bienestar es canalizado por una extrema derecha populista, con su bien trabajado fantasma de la inmigración, muchos están atentos hacia este movimiento de los espontáneos franceses, hay un carácter de clase y una conciencia de clase, en él que bien podría acabar en un movimiento efectivamente antineoliberal, antiburgués que puede expandirse por el resto de Europa.

El precio de los combustibles juega un papel no muy distinto al aumento del precio del pan en la época de Lenin, afortunadamente, algunos sectores de la izquierda francesa han entendido aquello, incluido Jean-Luc Mélenchon y su movimiento "Francia Insumisa".

Mientras otros referentes de izquierda europeos abandonan la lucha social transformándose solo en máquinas electorales, Melenchon y los suyos vuelven a la calle, es de esperar que la tradición social y republicana de Francia sea capaz de reaccionar contra el orden neoliberal que destruye las sociedades democráticas.

En este contexto, hoy la prensa francesa señaló que el gobierno de Macron anunciará una suspensión temporal del alza al precio de los combustibles.

 

Foto: Sebastian Budgen

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