[resumen.cl] La actual fase del paro docente arrancó con las declaraciones de la nueva Ministra de Educación, Adriana Delpiano, y con acciones de protesta y presión por el retiro del proyecto de ley de Carrera Docente. En Concepción se registró la toma del SEREMI del ramo y manifestaciones afuera y dentro del estadio regional, donde la selección de fútbol argentina jugaba con la de Paraguay en el marco de la Copa América.
El comportamiento de Delpiano vino a confirmar lo previsto por muchos: la continuación de la política de saco de grasa. La nueva ministra inició la jornada declarando que no dialogará con los profesores paralizados y, junto con ello, afirmó que «se iniciaran los descuentos por inasistencia", argumentando "que la subvención es así, la ley es así y no es un tema de voluntad». Cuando estuvo en la reunión de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, declaró que «en 50 comunas hemos detectado 1.590 alumnos que se han ido del colegio municipal al colegio particular subvencionado… Esto le está produciendo un daño no sólo a todos los niños del país, a todo un esfuerzo de mejora y de recursos a la educación pública y por qué no decirlo también, esto está produciendo un daño a los propios maestros…»
A través de estas declaraciones, Delpiano intentó dejar fuera del debate a los profesores y profesoras que han sorprendido a una clase política acostumbrada a gobernar en contra de los intereses de la población, pero en nombre de su propio bienestar. Concretamente, Delpiano buscó infructuosamente condicionar su participación a la deposición de la única herramienta que tienen los docentes para presionar por sus intereses. Luego, como siguiendo el esquema de cualquier manual antisindical, presionó con la aplicación de descuentos salariales que, según dijo, no dependen de ella, sino «de la ley», lo cual es complemente falso, pues en ocasiones en que han sido los propios estudiantes quienes han protagonizado movilizaciones que han excedido los plazos del «calendario de recuperación», los salarios se han cancelado íntegramente. De este modo, Delpiano busca chanteajear, ocupando su poder de secuestro del salario, y así obligar a los y las profesoras a resignarse.
Por último, con la denuncia de la fuga masiva de estudiantes del sistema municipal quiso desacreditar a los docentes, responsabilizándolos de ésta situación. No obstante, la matrícula de los establecimientos públicos inició su decrecimiento, precisamente cuando se municipalizaron en 1981 y fue aumentando de acuerdo a las facilidades y apoyo que la legislación otorgó al empresariado de la educación. Así es, como actualmente los establecimientos públicos han quedado con el 37,5% de la matrícula y los particular subvencionados, con el 48%. Los responsables del vaciamiento de los establecimientos públicos son todos quienes han impuesto políticas pauperizadoras del sistema escolar, y, la nueva ministra, con su defensa cegada del proyecto de ley de Carrera Docente, se coloca en el banco reservado a éstos.
Sin duda, el debut de Delpiano fue fallido. Alcaldes de diversas comunas del país rechazaron el adelantamiento de vacaciones dejado por Eyzaguirre, también no aplicaron los descuentos en los salarios. En la provincia de Concepción, sólo el alcalde de Coronel se cuadró con el Gobierno central, aplicando su receta. Por otra parte, la propia bancada oficialista sigue mostrando las desavenencias propias de quienes no están dispuesto a «quemar su capital político» ante un proyecto legislativo tan impopular.
A los profesores no se le presentan ni atajos, ni «salidas alternativas». Sólo tiene su capacidad de presión y de sumar actores sociales para el logro de las exigencias que son también las de todo un país.
Fotos de la toma de la SEREMI en Concepción y la protesta en el estadio: Colectivo Docentes Organizados Talcahuano
Proyecto de Ley de Carrera Docente: La lucha contra un saco de grasa
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