[resumen.cl] Durante la mañana de ayer sábado, dos bombas simultáneas explotaron mientras se realizaba la «marcha por la paz» convocada por diversas organizaciones de izquierda, sindicales y en apoyo al pueblo kurdo en la capital turca, Ankara.
Las bombas explotaron en medio de la multitud dejando 95 personas muertas y más de un centenar de heridos. Durante la jornada de hoy domingo, la organización pro-kurda Partido Democrático de los Pueblos (HDP) anunció que la sifra de muertos se elevó a 128, mientras tanto, el gobierno de Turquía mantiene la cifra en 95, en lo que se ha considerado como el más sangriento atentado terrorista en la historia de Turquía.
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Tras las explosiones de ayer, cientos de personas intentaron asistir a los heridos en medio de la falta de atención médica inmediata denunciada por los sobrevivientes. La policía reprimió a los manifestantes y se generaron enfrentamientos que demoraron aún más la llegada de la asistencia médica.
El primer ministro de Turquía, Ahmet Davotoglu, señaló a la prensa que se decretarían 3 días de duelo, declarando que "el atentado no ha sido contra un sector o grupo particular, sino contra la nación". Luego apuntó a que atentado podría haber sido perpetrado incluso por el propio Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), lo que generó indignación en el país, provocando llamados a manifestaciones y una huelga general en Estambul por parte de organizaciones gremiales y sindicales.
Más de tres décadas de persecución al pueblo kurdo por parte del Estado turco se agudizan ahora con la guerra en Siria, donde militantes kurdos de la YPG han combatido efectivamente al grupo Estado Islámico en la región de Rojava, mientras sufren también el hostigamiento militar y bloqueo por parte de Turquía, país que se ha comprometido oficialmente en la lucha contra el Estado Islámico pero que ha sido frecuentemente acusado de facilitar la acción del Estado Islámico en Siria, situación que es denunciada por las organizaciones convocantes de la «Marcha por la paz» y que ha generado amplio rechazo entre la población turca.
Si bien hasta el momento nadie ha reivindicado el atentado y el gobierno turco y las naciones Unidas se lo adjudican al terrorismo, la oposición y organizaciones populares ya hablan de "crimen de estado". El atentado de ayer ocurrió a sólo tres semanas de las elecciones legislativas anticipadas, planificadas para el 1 de noviembre.