50 años de la ejecución y desaparición de Bautista van Schouwen

Este domingo la Mutual Baustita van Schouwen realizó en el Sitio de Memoria de El Morro en Talcahuano, el ya tradicional acto conmemorativo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Por: Mutual Bautista van Schouwen

Este año la fecha tenía un significado especial, no solo por que se cumplían 75 años de aquella declaración, no solo porque este año el acto se realizaba por primera vez en un sitio de memoria entregado en comodato a la Mutual van Schouwen, sino principalmente porque este año, específicamente el 13 de diciembre se cumplen 50 años de la detención, ejecución y desaparición en Santiago de Chile, de van Schouwen, emblemático dirigente revolucionario penquista.

En el acto que conto con la participación de los grupos Trova Urbana y Mestizo, la Mutual que lleva su nombre y que administra a contar de septiembre de este año el sitio de memoria El Morro, leyó el siguiente discurso en homenaje a Bautista:

A 50 años de la caída de Bautista van Schouwen Vasey

Este mes de diciembre conmemoramos los 50 años del asesinato y desaparición del dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y líder revolucionario chileno, Bautista van Schouwen Vasey, en cuyo honor nuestra Mutual lleva su nombre.

Cerca del mediodía del día 13 de diciembre de 1973, Bautista van Schouwen Vasey y Patricio Munita Castillo fueron detenidos por efectivos uniformados y civiles del Ejército al interior de la Parroquia de la Congregación de los Capuchinos, en calle Catedral N° 2345, en Santiago, donde habían buscado refugio en semanas previas. La detención fue producto de la delación hecha por uno de los religiosos que conocían de su presencia en el lugar.

En las horas siguientes a su detención, ambos fueron torturados en recintos secretos, luego ejecutados, sus cuerpos botados en la vía pública, e inhumados ilegalmente como desconocidos o no identificados en el Cementerio General de Santiago. Días después, el cadáver de Patricio Munita fue recuperado por su familia y sepultado en un espacio propio. El cadáver de Bautista van Schouwen, en cambio, fue exhumado ilegalmente por sus propios verdugos y hecho desaparecer para siempre.

El dirigente mirista, Bautista van Schouwen, tenía 30 años de edad. Era médico, egresado de la Universidad de Concepción y, junto a Miguel Enríquez, Luciano Cruz y otros, formó parte de la generación de jóvenes revolucionarios penquistas que contribuyeron a la formación del MIR en agosto de 1965 y su desarrollo a nivel nacional. Fue dirigente del MIR desde su fundación y permanecía en la clandestinidad en Santiago realizando labores propias de la resistencia a la dictadura. Patricio Munita, en tanto, tenía 22 años de edad, era estudiante universitario y en el MIR se desempeñaba como ayudante del líder revolucionario.

Ejemplo de dignidad

La figura de Bautista van Schouwen se ha convertido en un ejemplo de dignidad y compromiso para las luchas sociales del pueblo chileno. Desde el momento de su detención se perdió su rastro y se perdió su vida. Una vida que estuvo dedicada a los demás, a los desposeídos, a los pobres de este país; una vida entregada al esfuerzo por construir una sociedad mejor, más justa, más digna para los trabajadores y explotados de nuestra tierra. Ese camino de lucha social lo había iniciado en su temprana juventud.

Bautista nació en la localidad de Pozo Almonte, en Tarapacá, el 3 de abril de 1943. Nueve años más tarde su familia se traslada a Concepción. Allí termina la escuela preparatoria e ingresa a secundaria al Liceo N°1. Desde 1959, en quinto y sexto humanidades, fue compañero de curso de Miguel Enríquez. Desde entonces se convirtieron también en compañeros de camino, de lucha, de vida. Juntos dieron el bachillerato en enero de 1961 e ingresaron ese año a la Escuela de Medicina de la Universidad de Concepción. Juntos egresaron y se titularon en 1967.

A comienzos de los sesenta, Bautista ingresa a la Juventud Socialista de la que fue expulsado en 1964 junto a un grupo de jóvenes radicales. Este grupo conformaba una fracción que militaba, al mismo tiempo, en la Vanguardia Revolucionaria Marxista (VRM). Siendo parte de la dirección de la VRM, Bautista participa en el congreso de fundación del MIR en agosto de 1965.

En ese primer congreso Bautista es elegido, junto a Miguel y Luciano, como miembro del Comité Central de la naciente organización. Tal condición se repite en las elecciones del segundo y del tercer congreso. En los hechos, Baucha fue siempre miembro del CC del MIR, además de ser miembro del Secretariado Nacional desde 1967 en adelante y de la Comisión Política desde que esta se crea en 1969. Aparte de haber jugado un rol protagónico en la elaboración de las tesis político militares del MIR, y en la definición de los lineamientos estratégicos, Bautista fue director y responsable de la edición de El Rebelde desde 1968 hasta el momento de su detención y desaparecimiento.

Ejecutados y desaparecidos

Desde el golpe militar en adelante, Bautista van Schouwen era una de las personas más buscadas por las fuerzas represivas; su nombre y fotografía figuraban en las publicaciones de los medios de prensa que reproducían bandos militares ordenando que se presentara voluntariamente ante las unidades uniformadas o sufriría las consecuencias. El acoso represivo y las limitaciones de recursos para sobrellevar la clandestinidad llevaron a van Schouwen y su ayudante, Patricio Munita, a buscar apoyo en la iglesia de los Capuchinos en el barrio Brasil de la capital.

Los militares, apoyados por un contingente de Carabineros y un bus policial, ingresaron a la parroquia y les detuvieron, al igual que a un párroco de la congregación, el padre White, que había sido quien denunció la presencia de los miristas que se refugiaban en la mencionada iglesia. La tropa de agentes que practicaron la detención eran comandados por el oficial de ejército y jerarca de la DINA Marcelo Moren Brito. Los represores que los detuvieron fueron los mismos que ya integraban los primeros escuadrones de la DINA; los mismos que ya habían sido partícipes de la cruenta represión en Santiago durante el golpe militar y en los días inmediatos y en las semanas posteriores; los mismos que ya habían sido parte de diversas comitivas de la muerte.

Los tres prisioneros fueron trasladados con destino desconocido, hacia un lugar clandestino de detención y tortura; el párroco fue posteriormente liberado. En aquel recinto secreto, los criminales torturaron a Baucha y Munita hasta lo imposible, hasta que se hartaron, o vaciaron todo su odio en los indefensos prisioneros.

Luego, para culminar su cobarde cometido, esa misma noche, en la madrugada del día 14 de diciembre los ejecutaron. Los infames oficiales encabezados por el criminal Marcelo Morén Brito los sacaron del lugar y acribillaron en la calle para simular un enfrentamiento. Primero mataron a Patricio Munita de un balazo en la cabeza para castigar a Baucha por su silencio. Después mataron a Bautista.

Enseguida, ambos fueron acribillados con ráfagas de metralla por una patrulla de uniformados comandada por el entonces teniente Orlando Carter Cuadra e integrada por un suboficial y dos conscriptos. Los cuerpos acribillados de Baucha y Munita fueron abandonados en un descampado en el sector oriente, donde los acribillaron; los dejaron junto a unos árboles grandes en la rotonda Quilín.

Allí quedaron, frente al número 3600 de la Circunvalación Américo Vespucio. Sus cadáveres son descubiertos por efectivos de Carabineros de la tenencia Villa Macul, sin identificación y muertos a consecuencia de múltiples heridas a bala recibidas por la espalda. Uno de los carabineros que llegaron a custodiar los cadáveres de Baucha y Patricio Munita concluyó, refiriéndose a éste último que "aún se sentía el olor a pólvora, pero ese joven no estaba preparado para morir porque tenía zapatos nuevos". Pero el carabinero se equivoca. Sí estaba preparado para morir pero no para hacerlo de la forma infame, indigna y cobarde en que fue asesinado. En que ambos fueron asesinados por los verdugos militares.

Los cuerpos posteriormente fueron levantados del lugar y llevados al Servicio Médico Legal, donde se les practica la autopsia, se les identifica el día 17 de diciembre por medio de fichas dactiloscópicas, y el día 19 se extiende certificados de defunción por el Registro Civil para concretar su sepultación. A pesar de todos estos protocolos legales, el día 20 de diciembre se les sepulta ilegalmente como NN en el Patio 29 del Cementerio General. Bautista bajo el n° 2335, y Patricio Munita bajo el n° 2336. Los informes de autopsia y fichas dactiloscópicas efectuadas a las víctimas el corroboran las identidades de ambos compañeros.

Sin embargo, a raíz de diligencias y gestiones específicas realizadas en días inmediatos por parte de familiares de Patricio Munita Castillo, el día 17 de enero de 1974 tuvieron la oportunidad de exhumar su cuerpo e identificarlo, corroborar los antecedentes de la autopsia y trasladar sus restos hasta una sepultura familiar en otro cementerio.
Al día siguiente, el 18 de enero de 1974, el cadáver de Bautista fue exhumado ilegalmente por agentes de la DINA e incinerados en el crematorio del mismo cementerio para consumar su desaparición. Desde entonces, Bautista van Schouwen se dio por detenido desaparecido hasta que la investigación judicial pudo establecer su asesinato y la data de muerte.

Criminal condenado

Por estos crímenes fue condenado, en calidad de autor de los delitos de homicidio calificado de ambas víctimas, el ex oficial de Ejército Orlando Oscar Carter Cuadra a la pena de 10 años y un día de presidio efectivo.

En esta misma causa habían sido también procesados y acusados, por su participación directa en estos hechos, el propio Manuel Contreras Sepúlveda y Marcelo Morén Brito quienes fallecieron antes de ser condenados por estos crímenes.

El condenado Orlando Oscar Carter Cuadra era en aquella época teniente de ejército; formaba parte del contingente del Regimiento de Ingenieros Tejas Verdes, ubicado en la comuna de San Antonio, que fue el recinto donde Manuel Contreras dio inicio a sus prácticas criminales y desde donde maquinó la creación de la DINA. El referido Carter Cuadra era, por añadidura, yerno del Mamo Contreras y escaló hasta el grado de brigadier general de ejército.
El ex brigadier general fue sentenciado a la pena de 10 años y un día en el fallo de primera instancia dictado en abril de 2017; dicha resolución fue ratificada por la Séptima Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago en octubre de 2019, y confirmado por la Corte Suprema en marzo de 2023.

Cuando no se ha logrado la victoria ni se ha obtenido plena justicia, nada es suficiente, pero hacer las cosas lo mejor posible para ayudar a construir un mundo mejor, es el mínimo homenaje que como Mutual podemos rendir a nuestro querido Baucha.

 

 

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