Desde las 20:00 horas de este viernes 26 de agosto se encuentra en Toma el Colegio la Providencia de Concepción, este establecimiento particular subvencionado que se encuentra ubicado en la Avenida O’higgins entre Janequeo y Lautaro, cuenta con una matricula de más de mil alumnas, 269 de ellas pertenecientes a la enseñanza secundaria, las cuales tomaron la decisión de sumarse al movimiento nacional estudiantil, decisión que ha contado con el apoyo de sus padres.

El movimiento estudiantil en La Providencia ha seguido el mismo camino de otros colegios particulares subvencionados, sus alumnas se fueron incorporándose paulatinamente al movimiento, participando de las marchas, asistiendo a reuniones de la federaciones de estudiantes secundarios, hasta que decidieron la Toma de su establecimiento, decisión que ha diferencia de otros colegios católicos como «Del Sagrado Corazón», hasta el momento ha sido respetada por sus autoridades.

Resumen converso con las delgadas: Camila Olate, Claudia Alarcón, Karina Placencio y Bárbara Inostroza, de los primeros y segundos medios, ellas nos comentaron que están organizadas en la Unión de Estudiantes Secundarios de la Providencia de Concepción (UESPROC), que reemplazó al Centro de Alumnas, el cual funciona con un sistema de 2 delegadas por curso. Las jóvenes apoyan el petitorio nacional, tanto secundario como universitario, y esperan que termine el lucro y se garantice el derecho a la educación a todos los chilenos y chilenas, las estudiantes exigen a la vez mayor flexibilidad de parte de sus autoridades y denuncian actitudes autoritarias en algunas de la personas que dirigen el establecimiento, lo cual consideran «poco cristiano».

Consultadas sobre el carácter de la Toma, responden al unísono: Indefinida y es que el Colegio La Providencia, a pesar de ser particular subvencionado, es tal vez el menos costoso de los colegios católicos en Concepción, su mensualidad es de 30 mil pesos para la educación media, la cual ya constituye un esfuerzo para sus familias, por lo que saben que el costo de la educación superior es un peso demasiado grande para familias. «No es solo solidarizar, a nosotros también nos afecta que la educación tenga un costo tan elevado en nuestro país» nos responde una de las delgadas.