[resumen.cl] Finalmente, con muy baja participación y por estrecho margen, la opción No triunfó en el plebiscito colombiano en torno a la paz entre el estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Por diversos motivos, los colombianxs han decidido dudar de las intenciones y trabajos del Presidente José Manuel Santos, hoy como adalid de la pacificación del país, pero que en el anterior gobierno de Álvaro Uribe activo agente del estado, pues fue su ministro de defensa en la cruzada de éste para eliminar a las guerrillas (entre ellos los "falsos positivos"), según expreso deseo de su ex jefe hoy cuestionado en diversos juicios y querellas.
En sendo espectáculo, el pasado domingo 25 de septiembre, en Cartagena de Indias, todos auguraban un nuevo futuro para la nación del Gabo. Pero esa superficialidad llena de símbolos vacíos no sirvió para que el pueblo de Colombia olvidara las traiciones que debió sufrir cuando se desmovilizó a otras guerrillas. En 1990, durante la presidencia de Virgilio Barco, el Movimiento 19 de abril (M-19) terminó siendo duramente perseguido una vez entró a la legalidad, incluyendo el asesinato de su candidato presidencial Carlos Pizarro, por agentes del estado.
Pero no es lo único, en 1985 se había fundado un referente político de sectores desmarcados de las guerrillas colombianas, la Unión Patriótica, tras lo cual se produjo la friolera de 2 candidatos presidenciales, 21 congresistas, 11 alcaldes y más de 3500 militantes asesinados por paramilitares, agentes del estado y narcos, esto hasta mediados de los noventa. Esta masacre a militantes políticos, fuera de la guerrilla y cercanos al Partido Comunista de Colombia, al día de hoy, la mayor parte de estos crímenes siguen en la impunidad, además se prohibió la existencia legal de esta formación política, legalidad que recuperó recién en 2013, reconociendo el genocidio político cometido.
Este triunfo del No pavimenta el retorno del uribismo al gobierno colombiano, puesto que éste se opuso al proceso de paz de manera terminante. Los medios de masas chilenos no tardarán en confirmar el prestigio social del cuestionado Álvaro Uribe y sus esbirros, pero es necesario recordar estas masacres, entre muchas otras a movimientos sociales e indígenas, todo ello ocurre hoy en Colombia y el proceso de paz no garantiza que esto se detenga, aunque mejorara las condiciones para mejorar o aliviar en algo el terrible panorama de las izquierda en ese país.
Los colombianxs tienen memoria, ahora es de esperar que la utilicen para detener a Uribe