Este jueves comenzó a funcionar el Proyecto Barcazas que tendrá como propósito transportar las toneladas de productos forestales que no fueron exportados por el puerto de Coronel y que buscaban el puerto de San Vicente o Lirquén para ello.
El funcionamiento será el siguiente: camiones que provienen de la Ruta 160 se desviarán por la población Boca Sur en San Pedro, donde llegarán al sur de la desembocadura del río Bío Bío. Al llegar aquí, los camiones abordarán las barcazas que los transportarán a la rivera norte del río, específicamente al Santuario de la Naturaleza de Hualpén, más conocido como la «Desembocadura». Los camiones atravesarán todo el Santuario para unirse a las carreteras que los llevarán a sus destinos. Para regresar, deberán pasar por estos mismos lugares.
El peso de cada camión, se calcula en 45 toneladas y serán unos 200 camiones que harán este recorrido diariamente, concentrados en las horas del día en que hay luz natural, pues en las horas de oscuridad las faenas se detendrán.
Vecinos de Boca Sur, pescadores de la Caleta Alto Rey y organizaciones comunitarias se han opuesto a este proyecto, bajo múltiples argumentos que no fueron suficientes para que el lunes 21 de junio, la Comisión Regional del Medioambiente (Corema) no lo aprobara.
Manuel Gaete, presidente del Sindicato de Pescadores de la Caleta Alto Rey, reconoce que han perdido ante el bloque de consejeros regionales, Corema y la intendencia. Las barcazas pasarán en medio del lugar donde ellos pescan. Esta intervención a su área de manejo menguará su pesca y por lo tanto sus ingresos.
Don Manuel relata que cuando ellos se enteraron de este proyecto, ni siquiera la Municipalidad de San Pedro sabía de éste y que cuando ellos se presentaron ante el Consejo Regional, se dieron cuenta de que ni su presidenta, la intendenta Jacqueline van Rysselberghe, sabía que en Boca Sur había una caleta de pescadores de más de 150 años de historia. Así es; Van Rysselberghe y sus asesores impusieron un proyecto que afectará la vida de personas sin saber que existían.
En este contexto, es que a los pescadores se les negó una indemnización por el daño que causará el paso de las barcazas. Van Rysselberghe les dijo que no había plata, y en su defecto se comprometió a la construcción de un galpón en la ribera del río para que los pescadores guarden sus artes de pesca y a la compra de 16 motores para botes. ¿De qué servirán los motores y el galpón si su fuente de trabajo será dañada?
Vecinos de Boca Sur, por su parte, plantean nuevos argumentos. Son casi 25 mil habitantes y los camiones pasarán por la calle Daniel Belmar que, aparte de ser la principal vía de acceso a la población, fue pavimentada bajo financiamiento compartido, según afirma Brígida Lara, representante de la junta de vecinos 8-R.
Aparte de usufructuar de un camino pavimentado con recursos de los propios vecinos, los camiones pondrán en riesgo a los niños de la población, pues según afirma Martín Sanzana, representante de Defendiendo San Pedro, pasarán por 5 colegios.
El peligro que tendrán los niños al cruzar la calle, ahora colapsada de camiones, será preocupante para todas sus familias. Además el ruido de cada camión, interrumpirá su estudio.
Los camiones usarán la principal vía de acceso de la población y con ello contribuirán a la formación de tacos en su salida y entrada.
Martín platea que, de palabra, las autoridades dicen que el paso de camiones será por 4 meses, sin embargo, en el proyecto que la Corema aprobó se establece que esa situación podrá perdurar hasta que no se restaure el paso de camiones a través de los puentes.
Los vecinos concluyen que el costo de la llamada «Reconstrucción» es pagada por los más humildes. El argumento de que el crecimiento de las empresas es el fundamento del desarrollo de nuestra sociedad ha sido desmentido innumerables veces. Durante años hemos visto como el negocio forestal aumenta sus ganancias, mientras produce sequías e incendios en pueblos completos, contamina con sus celulosas y explota sus trabajadores. Ahora, deteriorará aún más la vida de una población ahogada en un círculo de cesantía, drogadicción y pobreza.