La Compañía de Teatro Godot realiza los preparativos para montar la obra «La reina Isabel cantaba rancheras» en la provincia de Concepción. Ésta pertenece a una serie de obras del escritor Hernán Rivera Letelier adaptadas por la compañía al formato teatral y de las cuales ya han montado «El Fantasista» y ésta, con bastantes presentaciones en diversas ciudades del país. 

Resumen conversó con la actriz Carla González y el director de la obra, Héctor Palacios quienes plantearon lo motivante que le es dar a conocer aspectos de la historia de los pueblos salitreros, muchas veces olvidados por los relatos más difundidos y por cuanto no reconocidos por la población. 

Respecto a la obra La reina Isabel, hay varias adaptaciones y ésta es una más con una propuesta que funde el registro audiovisual de la oficina Pedro de Valdivia, dónde transcurre la novela, y los relatos del propio Rivera Letelier. Para Carla, ésta obra constituye una excusa para contar lo ocurrido durante el cierre de las salitreras en la década de los ’70 y ’80. 

Para ella es importante que el teatro llegue a las masas, abriendo espacios dónde la mayor cantidad de personas pueda acceder y presenciar espectáculos de calidad y reflexionar en torno a los temas propuestos. Sin embargo, el desarrollo de propuestas se ve restringido por el escaso aporte del Estado ofrece a estas iniciativas y, en este sentido, Héctor, afirma que se han instituido prácticas condicionadas por este método de financiamiento menoscabador del oficio teatral. Desde el punto de vista de Carla, han podido desarrollar su trayectoria como compañía gracias al aprecio de su labor y la convicción de la importancia de compartir el trabajo realizado con la gente. 

Actualmente, está en la palestra el concepto de calidad de educación, la cual se piensa exclusivamente dependiente del sistema escolar y su curriculum. Consultados por la relación entre teatro y educación, los representantes de la compañía coinciden en que están completamente vinculadas, aunque ésto no se reconoce por la institucionalidad al momento poner a este arte en talleres sin los monitores idóneos y tampoco en un contexto que propicie su desarrollo (acciones obligadas, poco tiempo, poca atención y recursos, etc). El teatro, afirman, puede ayudar a munchos niños y niñas, al desarrollo de aspectos de su personalidad o la superación de traumas. Potenciarlo puede convertirlo en una determinante herramienta para nuestra sociedad, no obstante al predominar el interés uniformador de personalidades y saberes, éste se desprecia y se relega al ámbito de lo extraprogramático, de lo ornamental y mediocre.

Foto: Facebook de Compañía de Teatro Godot

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