Comunicación popular: Brasil de Fato cumple 15 años

Lanzado en enero de 2003 en el Foro Social Mundial, el periódico se consolida como portavoz de los movimientos populares en Brasil

Resumen Latinaomericano 

En una de sus últimas entrevistas, el economista Celso Furtado, uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, afirmó que el coraje es la clave del cambio. La declaración de Furtado, que falleció en 2004, fue publicada hace 15 años en la edición cero de Brasil de Fato - proyecto que nació con el valiente objetivo de hacer comunicación popular en el país.

El 25 de enero de 2003, 5 mil personas llenaron el coliseo Araújo Viana en la ciudad de Porto Alegre, en el estado de Rio Grande do Sul (región sur de Brasil), en el evento de lanzamiento de la primera edición del periódico, con una tirada inicial de 100 mil ejemplares.

El acto ocurrió durante el 3º Foro Social Mundial, que reunió a más de 60 mil personas de todas partes del mundo. Como recuerda Nilton Viana, que fue editor en jefe de Brasil de Fato por diez años, entre 2003 y 2013, fue un acto histórico.

"No tengo conocimiento de un acto de lanzamiento de un medio de comunicación con la grandiosidad que tuvo aquel acto en Porto Alegre, donde reunimos a los principales líderes de la izquierda de Brasil y del mundo", dice.

Entre las personalidades presentes, estaban la médica cubana Aleida Guevara - hija de Che Guevara -, el escritor uruguayo Eduardo Galeano, el historiador ruso  Kiva Maidanik, el filósofo estadounidense Noam Chomsky y la activista argentina [Madres de Plaza de Mayo] Hebe de Bonafini.

Grandes referencias brasileñas también participaron del lanzamiento: el fotógrafo Sebastião Salgado, el abogado y político Plínio de Arruda Sampaio, el obispo y teólogo Dom Tomás Balduíno, el historiador Raul Pont y el escritor Leonardo Boff.

La noche memorable, con personas de diversos segmentos de la izquierda y diferentes representantes de movimientos populares, ya anunciaba el propósito del nuevo medio: ser portavoz de la clase obrera y de las luchas populares.

El objetivo era expresar el ascenso de los movimientos populares en Brasil, señala Maria Luisa Mendonça, coordinadora de la Red Social de Justicia y Derechos Humanos, que integró el Consejo Editorial y Político del periódico al inicio del proyecto.

"En Brasil, con tantas organizaciones importantes, no había un periódico que expresara eso. Por ejemplo, en México había La Jornada, un importante periódico diario, con gran tirada y que fue importante para la lucha del movimiento zapatista. En Brasil no había un medio que expresara la articulación de los movimientos sociales en aquel momento", afirma.

Sin embargo, la articulación para la creación del periódico empezó antes de 2003, como comenta Nilton Viana. En todo el mundo la década de 1990 estuvo marcada por la hegemonía del neoliberalismo. En Brasil, Fernando Henrique Cardoso (PSDB) completó dos mandatos como presidente de la República con la implantación de un plan de privatizaciones y de reducción del papel del Estado.

Los movimientos populares se enfrentaron con un período de criminalización y violencia que culminó en las masacres de Corumbiara en 1995 y de Eldorado dos Carajás en 1996.

"Había un cerco desde el punto de vista del gobierno, articulado con todo el conjunto de los medios brasileños, que siempre cumplieron el papel histórico de omitir o mentir a la opinión pública sobre las luchas de la clase obrera", argumenta Viana.

Por eso, la idea del surgimiento de un medio para dialogar con la sociedad cobró fuerza entre los movimientos populares. El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) acumulaba experiencia con la iniciativa del periódico Sin Tierra desde la década de 1980.

Entonces, el movimiento pasó a articular la creación de un "periódico de izquierda", todavía sin nombre, como explica João Pedro Stedile, integrante de la coordinación nacional del MST. "Nos tomó mucho tiempo, tanto aglutinar fuerzas representativas de los movimientos como conseguir los recursos. Finalmente, al inicio de la década de 2000, alcanzamos las condiciones para lanzar la idea de un periódico nacional, que debería ser distribuido en los quioscos y disputar 'corazones y mentes'", dice.

La intención era aun más desafiadora: crear un periódico impreso, en formato standard y con cobertura nacional, que iba a competir directamente con los periódicos de las grandes empresas de comunicación.

El cientista social Frederico Santana Rick, que participaba del Consejo Editorial y Político y actualmente forma parte de Brasil de Fato de Minas Gerais, recuerda que la elección de Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT) dio ánimo para la nueva iniciativa - el lanzamiento del periódico en el 3º Foro Social Mundial ocurrió 25 días después de que Lula llegó al poder por primera vez.

Una de las portadas del periódico en noviembre de 2003. Foto: Reproducción

"Había una expectativa muy grande de que, con la victoria de Lula, habría un nuevo ascenso de las luchas y un incremento de la participación popular de modo general y eso sería favorable a la creación de un periódico que unificara al conjunto de la izquierda", afirma Santana.

Sabotaje y otras dificultades

Algunas semanas después del lanzamiento del periódico, el periodista José Arbex Jr. - primer editor, entre enero y septiembre de 2003, participó de una plenaria en Santos, municipio del litoral de la ciudad de São Paulo. Durante la intervención de Arbex, un joven cuestionó acerca el porqué no había ediciones de Brasil de Fato en los quioscos de su ciudad - él relató que, tras agotarse el primer número rápidamente, no encontró ni la segunda ni la tercera edición del periódico en ningún punto de la ciudad.

El relato sorprendió al entonces editor del periódico. "Le dijo: 'No es posible. Tal vez no haya en su ciudad, pero creo que es un problema local'. Pero varias personas levantaron la mano y dijeron lo mismo. Entonces sonó una alarma y cuando volví a la ciudad de São Paulo, hablé con las personas responsables y constatamos que había un sabotaje en la distribución del periódico", cuenta el periodista.

En la época, la edición semanal era distribuida por el grupo Transfolha, una de las pocas empresas del ramo, que poseía la estructura para enviar periódicos y revistas diariamente a quioscos de todo el país. La distribuidora también realizaba la logística de los periódicos Folha de S. Paulo y El Estado de S. Paulo.

"Miles de copias estaban escondidas para que los ratones se las comieran, lo que también representa lo que es la democracia en Brasil. Solo dos empresas realizaban la distribución", critica Arbex.

El boicot a la distribución de los cerca de 50 mil ejemplares semanales fue apenas una de las dificultades enfrentadas por el periódico para insertarse en un mercado ya ocupado por las grandes empresas de comunicación, señala Frederico Santana Rick.

"La principal dificultad, obviamente, era presupuestaria. Teníamos la expectativa de que habría una mayor adhesión financiera por parte de diversas organizaciones, lo que al final no sucedió", recuerda.

Producción colectiva

Incluso con las dificultades de financiamiento, la edición del periódico tuvo larga vida. Desde el inicio, el proceso de la construcción del periódico fue colectivo. El periodista José Arbex Jr. cuenta que fueron necesarias decenas de reuniones para que, por fin, el periódico fuese bautizado.

"Fue una ardua discusión para saber cómo sería el proceso de posicionamiento, de producción de noticias, así como el nombre del periódico. Recuerdo que hubo una discusión de más de un mes para determinar el nombre de Brasil de Fato. Eran reuniones que hacíamos hasta con 80 personas", recuerda.

Después del lanzamiento en Porto Alegre, se crearon comités en todo el país para debatir los enfoques y caminos del periódico con la base de los movimientos y reuniendo la pluralidad de voces dentro de la izquierda.

El fotógrafo João Zinclar, fallecido en 2013, fue un colaborador asiduo del periódico. En la imagen, una de sus fotografías sobre la transposición del Rio São Francisco. Foto: João Zinclar

La periodista Tatiana Merlino comenzó a trabajar en Brasil de Fato en 2003, como una de las primeras reporteras del periódico. Ella recuerda los encuentros en que eran definidos los temas y los enfoques de cada reportaje.

"Las reuniones del consejo político y del consejo editorial eran clases de política para nosotros que acabábamos de llegar a la redacción muy entusiasmados. Para mi, fue una escuela de periodismo", dice.

Para Merlino, la iniciativa era original: "Brasil de Fato tenía un diferencial que era ser el portavoz de los movimientos sociales. Desde el fin de los medios independientes durante la dictadura, no había ningún medio que cumpliese ese papel".

Dafne Melo, que trabajó siete años como reportera, también recuerda las largas reuniones de pauta los miércoles. La periodista indica que el periódico trajo innovaciones al, por ejemplo, tener una sección de noticias sobre el continente africano.

Fue una mirada internacionalista a las luchas de los movimientos populares que también incentivó el periódico a tener corresponsales en países como Bolivia y Venezuela, además de enviados para reportajes especiales en lugares como Honduras y Cuba.

"Sentíamos mucho la necesidad de cubrir América Latina con otra mirada porque sabíamos que lo que la gran prensa publicaba sobre el gobierno de [Hugo] Chávez, el gobierno de Evo [Morales] o sobre Cuba era siempre extremadamente tendencioso. Entonces, nosotros hacíamos ese papel de contra información, de mostrar que las cosas eran diferentes", relata Melo.

Nueva fase: en la onda de la radio y de los tabloides

A lo largo de su trayectoria, el periódico pasó por diversas alteraciones en su proyecto gráfico y en su lenguaje. Pero fue a comienzos de 2013, cuando el semanario completó 10 años, que vino el cambio más radical: la edición semanal impresa nacional llegaba a su fin.

Frederico Santana Rick explica que la decisión ocurrió luego de la constatación de que el periódico, cuyos lectores eran básicamente militantes y universitarios, necesitaba masificarse: "En aquel momento, quedó claro para nosotros que, para dar sustentación a la iniciativa de Brasil de Fato, era preciso ganar adhesiones y presencia más fuerte en los estados, en la percepción de que, a nivel mundial, la prensa caminaba en este sentido".

La periodista Monyse Ravena, editora de Brasil de Fato Pernambuco, ve el surgimiento de los tabloides regionales como una continuidad del proceso que el periódico emprendió desde 2003. Monyse comenzó como colaboradora, cuando el periódico todavía era un semanario y ella cursaba Periodismo en la Universidad Federal de Ceará (UFC).

"Mantenemos la línea editorial y política, pero cambiamos el formato: es un periódico que tiene otro público, volcado a trabajadores y trabajadoras, con textos más cortos y simples y que aborda temas importantes de la política y del escenario nacional, pero que también habla de la vida de las personas", resalta.

Actualmente, cuatro estados tienen ediciones regionales semanales: Minas Gerais, Paraná,Pernambuco y Rio de Janeiro. La publicación en formato tabloide es distribuida gratuitamente en puntos estratégicos de las ciudades, como terminales metropolitanos y estaciones de metro.

El viernes último (19), fue la oportunidad de Sergipe de lograr su edición impresa, con evento de lanzamiento de Expresão Sergipana en la capital Aracaju. La publicación va a tener una periodicidad mensual. Este año, la ampliación del periódico también debe llegar a Rio Grande do Norte, Bahía y Ceará.

Otra apuesta reciente son las producciones para radio, rescatando la iniciativa de la Radioagencia Noticias de Planalto (Radioagencia NP). Ahora, la producción de los contenidos también está dirigida a radios comunitarias y otras emisoras, por medio de la Radioagencia Brasil de Fato, además de programas transmitidos semanalmente en radios comerciales.

Monyse afirma que las producciones radiofónicas son estratégicas para la ampliación del público: "Con el ejemplar impreso, por más popular que nosotros intentemos que sea, tendremos siempre la barrera de la lectura. Y tenemos un grado de analfabetismo aún alto en el país. Con la radio, rompemos con eso".

Crecimiento

Con los tabloides, el periódico abrió el abanico de cobertura: pasó a incorporar temas cotidianos, deporte, ocio y hasta recetas. En el site, el medio aumentó la producción de infográfos y coberturas en vivo con la plataforma Minuto a Minuto.

João Pedro Stedile afirma que, en el período reciente, las coberturas de las movilizaciones populares, como la huelga general en abril del año pasado o de las manifestaciones en torno de la reforma de las Pensiones, muestran la relevancia del site, la radio y las versiones impresas.

"Brasil de Fato hoy, creo que es la referencia para los movimientos populares y alcanzó un número de seguidores muy significativo. Y creo que ha tenido, inclusive, un papel muy importante en la difusión de las luchas, en especial en aquellos momentos en los que la lucha de clase se agudiza más ", dice.

Para Dafne Melo, los 15 años de resistencia del periódico ya es un hecho histórico para la comunicación alternativa: "Creo que es una victoria enorme que, después de 15 años, el periódico haya resistido, haciendo un periodismo de calidad y sabiendo renovarse también, que creo que es una cosa importante que sucedió en los últimos años", declara la periodista.

Entrevistas memorables

En los 15 años, además de Celso Furtado en la primera edición, otros personajes expusieron sus ideas e ideales en las páginas de Brasil de Fato: el ex presidente de Venezuela Hugo Chávez, el líder palestino Yasser Arafat, el intelectual brasileño Apolonio de Carvalho, el presidente cubano Fidel Castro, entre otros nombres.

Las principales entrevistas están reunidas en el libro "Se necesita coraje para cambiar Brasil", publicado en 2006 por la editora Expressão Popular.

*Fuente: Por Rute Pina. Brasil de Fato, en la ciudad de São Paulo

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