[resumen.cl] Nueve son las propuestas que entregó el Centro Cultural Nuestras Manos a la presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncon, para contribuir a la discusión del proceso constituyente sobre las exigencias que ha venido trabajando a nivel nacional el Colectivo DD.HH. por la dignidad Sorda.

El pasado domingo parte de la comunidad sorda entregó en Talcahuano una serie de propuestas a las convencionales Vanessa Hoppe, Elisa Loncon y el convencional Bastián Labbé para que sean consideradas en el proceso de discusión de la nueva Constitución.

De parte del Centro Cultural Nuestras Manos indicaron que las «personas sordas hemos sido históricamente invisibilizadas, y ya estamos lamentablemente acostumbradas a que en nuestras luchas las autoridades no comprendan el sentido de lo que proponemos».

En esta línea, sobre la cobertura a la entrega de propuestas, la cual se dio en el Sitio de Memoria El Morro, indicaron que parte de la prensa no consideró «la solicitud expresada en reiteradas oportunidades de mantener en el encuadre a la intérprete de lengua de señas que estaba presente, por lo que la transmisión que llegó a través de estos medios no fue accesible para las personas de nuestra comunidad».

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De parte de la comunidad sorda indicaron la constante vivencia de situaciones de «colonialismo lingüístico», enfatizando en «han sido otros quienes han decidido por nosotros/as, quienes han planificado nuestra educación muchas veces castigando el uso de nuestra lengua y han privado a los niños y niñas de criarse junto a adultos Sordos para recibir de ellos/as la cultura, lengua y tradiciones que se han tejido en nuestra comunidad».

En términos de propuestas, enfatizaron en que «una de las luchas centrales de nuestra comunidad es por el reconocimiento constitucional de la lengua de señas chilena y la cultura Sorda y por el derecho a tener una educación intercultural bilingüe de calidad con acceso a la lengua de señas desde las primeras etapas del desarrollo».

Así, dieron cuenta de la importancia de los derechos lingüísticos como base para el ejercicio de los derechos humanos, ante lo que buscan ser «agentes activos en este proceso que estamos viviendo como país: la redacción de una nueva Constitución».

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