Por Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso
Este domingo 29 de septiembre de 2019 se realizó una masiva ceremonia para recordar a Miguel Woodward, cura obrero comprometido con las luchas de los sectores poblacionales populares, militante del MAPU y partidario de las transformaciones que se llevaban adelante en el gobierno de Salvador Allende, "razones" suficientes para que los uniformados, en este caso de la Armada de Chile, desataran su bestialidad en contra de él, lo que terminó con su vida y desaparecimiento, ya que fue enterrado clandestinamente en el Cementerio de Playa Ancha y hasta el día de hoy, pese a los intentos realizados por descubrir su paradero, sigue como uno más de los Detenidos y Detenidas Desaparecidas.
El Memorial en homenaje al sacerdote Miguel Woodward, se ubica en un sector del Cementerio N°3 de Playa Ancha donde se encontró una fosa común, con muchos cuerpos al interior, pero ninguno correspondía al de Miguel.
Javier Rodríguez, miembro de la Agrupación Amigos de Woodward, planteó que, respecto del lugar en donde está ubicado este Memorial, "la idea es que se transforme en un sitio de memoria para todas y todos los Detenidos Desaparecidos de la región de Valparaíso, un espacio abierto donde se pueda acudir libremente a recordar y homenajear a las compañeras y compañeros caídos. Esta es una aspiración de la familia, y especialmente de su hermana Patricia. Por esto mismo, este año hemos querido inaugurar una Placa de Memoria, confeccionada en acrílico, con los nombres de 68 mujeres y hombres detenidos desaparecidos, que más adelante instalaremos en forma definitiva sobre una base de concreto y cubierta por un vidrio."
Decenas de integrantes de distintas organizaciones sociales, de derechos humanos, movimientos y colectividades políticas, se dieron cita en el Memorial para realizar un acto de conmemoración que se inició con la música y bailes de la agrupación de danza folclórica altiplánica Tinku San Simón de Valparaíso, quienes fueron, además, los encargados de descorrer el paño que cubría la Placa De Memoria.
Durante el desarrollo de esta actividad hicieron uso de la palabra personas resaltaron la necesidad de seguir avanzando en la unidad y la lucha para conseguir la verdad, el juicio y el castigo para los culpables de los crímenes de lesa humanidad que todavía hoy, a 46 años del golpe de Estado de 1973, siguen en la impunidad.
También se leyó un saludo enviado desde Inglaterra por Patricia Woodward, en el que expresa:
"La memoria de lo ocurrido hace 46 años NO desaparecerá. También hay que guardar en la memoria tantísimos momentos de actividades, de actos realizados durante 4 décadas, la participación de tantas personas en la búsqueda de verdad y justicia. Un movimiento que en Valparaíso se ha visto crecer. Desde esas pequeñas reuniones con familias de desaparecidos, la gente con caras serias, aspecto gris, esperando que les ayuden. Luego las manifestaciones en público, los jóvenes que al involucrarse por una causa, aprendían a manejar los altavoces, crear los carteles y gritar consignas. Todas y todos perdieron el miedo. Hasta llegar hoy a una gran explosión de acciones por los detenidos desaparecidos, torturados, asesinados.
En años pasados se unieron personas en muchos países; manifestaciones frente a la Esmeralda en puertos extranjeros; un trabajo encomiable de artículos, escritos, estrategias que uno pensaba darían frutos inmediatos. Pero los años y la impunidad han seguido venciendo.
La semilla sembrada ha permitido el crecimiento de los frutos y han surgido numerosos grupos que han recogido estas flores luminosas para, con paciencia y creatividad, continuar luchando por justicia y contra la impunidad en Chile.
Es realmente esperanzador ver tanta lealtad. Naturalmente las victimas están en el centro. Si Miguel no hubiera sufrido en la piscina, los estudiantes y profesores de la UFSM no estarían apoyando hoy los derechos humanos, elevando sus voces contra la indiferencia de sus dirigentes, por citar un ejemplo. Todo crece y retumba. Si el Padre Aldunate no hubiese ideado el Memorial a Miguel y todos los Desaparecidos, no existiría La Placa con los 68 de la región."
Este año se repartieron entre los y las concurrentes, hojas con los nombres de las Detenidas Desaparecidas y los Detenidos Desaparecidos que aparecen en la Placa Memoria, los que fueron leídos en voz alta por cada uno de quienes recibieron dicho impreso, resonando con energía la palabra ¡Presente!, después de que cada uno de los compañeros y compañeras era mencionada.
De esta manera, como expresó Javier, "no son solo un nombre escrito en un papel, ya que al leer sus nombres en voz alta los traemos a nuestra presencia y nos acompañan en forma presente y viva en nuestra memoria, al igual que el padre Woodward."