Por Eduardo Godoy / resumen.cl
Este lunes 17 de octubre, estudiantes del Liceo Enrique Molina Garmendia tomaron la determinación de iniciar un proceso de movilización en contra de la aplicación del SIMCE, decisión que el día de hoy martes fue aprobada nuevamente por el estamento estudiantil, los mismos que minutos mas tarde salieron a la calle a manifestar su férrea posición. A los secundarios del EMG se suman los y las estudiantes del Colegio República de Brasil que también se negaron a realizar la prueba y se manifestaron afuera del establecimiento.
En conversación con Lucas Matus (presidente del centro de estudiantes del Liceo EMG), el estudiante declara que se niegan a rendir el SIMCE pues no mide las reales capacidades de los y las compañeras, segrega social y económicamente, respondiendo a las necesidades del modelo actual, el que se basa en la competencia y las leyes del mercado, precarizando la educación basándose en los resultados de esta medición.
No fueron solo los estudiantes del EMG quienes se manifestaron contra la prueba estandarizada. L@s estudiantes del Colegio República de Brasil, quienes ya se habían manifestado contra la prueba, también se negaron a rendir el SIMCE pese a las presiones de los directivos.
Son varias razones las que sostienen los secundarios para movilizarse contra la prueba. Entre las esgrimidas en sus planfletos se mencionan: "Es funcional al mercado inserto en la educación", "Fomenta las lógicas de competencia", "precariza la educación según los resultados" y; "Es una prueba estandarizada que no toma en cuenta nuestras inteligencias"
No es primera vez que los secundarios se manifiestan contra la mentada prueba. El año pasado a los y las estudiantes del EMG y del Colegio República de Brasil, se sumaron los estudiantes del Liceo Lorenzo Arenas, todos de la comuna de Concepción.
Los secundarios no son los únicos que se oponen a la realización del SIMCE. El Movimiento Alto al SIMCE indica -además de compartir las preocupaciones de los secundarios- que no hay ninguna evidencia de que la prueba mejore la educación y además, hay evidencia de que daña la educación reduciendo el currículum y generando agobio en profesores y estudiantes. Agregan además que mediante esta prueba se contribuye a la segregación socioeconómica de los establecimientos, potenciando el denominado "apartheid" educativo del sistema educacional chileno.
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