Al mismo tiempo en que vecinos de Chiguayante realizaban una marcha en respaldo a las demandas de gratuidad y no más endeudamiento en la educación, en el Auditorio de la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción, se realizó una nueva reunión de la CONFECH, que agrupa los representantes de las Federaciones estudiantiles de las universidades tradicionales del país.
Pablo Miranda, vocero de la FEC, plantea que no depondrán su movilización para que la clase política, al interior del parlamento, negocie sus demandas, pues no quieren que suceda lo mismo que en años anteriores cuando en el parlamento se diluyeron todas las exigencias de movimientos sociales. También, explicitarán en un documento, en qué consisten concretamente las demandas de financiamientoo, democratización y acceso a la educación superior, para que no sean tergiversadas por ninguna institución.
Pablo reconoce que hasta el momento, han habido situaciones que representan errores al interior del movimiento, muchos de ellos cometidos por la dirigencia de Santiago, dependiente de los partidos políticos de oposición. Dirigentes de la Fech y de la Feuc, «han lanzado propuestas antes de que se hayan discutido al interior de las universidades… Por ejemplo propusieron un plebiscito para sanjar el conflicto estudiantil antes de que haya sido discutido y lo presentaron como si hubiese sido una desición de la CONFECH».
La crítica a la intervención de los partidos políticos en el movimiento estudiantil, a través de algunos dirigentes, estuvo presente en gran parte de la reunión. Muestra de ello fue el hecho denunciado por Pablo Miranda, de que se ha bajado el énfasis a demandas iniciales del movimiento, tales como la renacionalización de los recursos naturales, como el agua, el cobre, etc.
Resumen conversó con representantes de diversas universidades, quienes plantearon su visón al respecto.
Camilo Ballesteros de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), militante de las JJ.CC. A la pregunta por la veracidad de las acusaciones hacia los partidos políticos que han intervenido en la «bajada» de demandas iniciales del movimiento, responde que «es falso, porque el movimiento lleva tres meses… y algunas cosas han ido tomando mayor prioridad y otras menos».
Agregó que un «plebiscito permite a la gente opinar sobre qué educación quieren». A la pregunta por cuál es el rol de la clase política en todo ésto, Camilo responde que «el rol de la clase política es representar al pueblo… bajo esa perspectiva yo espero que la clase política canalice las ideas de los chilenos…»
Giorgio Jackson, de la Universidad Católica (UC), quien hace unos días había puesto su cargo a disposición, según él para dar más atribuciones a la Mesa Ejecutiva y que no siguieran funcionando, en teoría, como vocerías. Hoy dice que su intención es mantenerse en el CONFECH, ante lo cual un vasto sector estudiantil responde que «esto no es un juego, hay que ponerse serios y ser bien hombre o bien mujer para asumir responsabilidades».
Jackson plantea que «ahora estamos viendo cómo podemos darnos ciertas garantías ante las negociaciones con el poder ejecutivo y con el legislativo… tenemos que aprovecharnos de institucionalidad vigente, teniendo garantías de que legislen en representación del movimiento».
Ante la pregunta por cuales serían esas garantías, Jackson responde que «lamentablemente no nos pueden dar muchas garantías porque ninguno tiene mayoría en el parlamento, por lo tanto las distintas bancadas que quieran apoyar deben presionar para dar paso a las leyes que necesitamos para reformular el sistema educativo».
Eric Coñoman de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), planteó que «en este momento se han estrechado lazos con sectores sociales como los trabajadores, los pobladores, los secundarios, dándole más consistencia al movimiento… La clase política intenta que dejemos de lado demandas sumamente importantes, como la renacionalización de los recursos, la democracia al interior de las universidades… Pero, aquí hay algo muy importante; que es la proyección que tiene el movimiento, donde se ha puesto de manifiesto la necesidad de un cambio político y económico, que termine con el que unos pocos nos controlen a todos».
Gastón Urrutia de la Universidad del Bío Bío (UBB), afirma que «En estos momentos el Gobierno actúa con intransigencia y los estudiantes manifiestan el rechazo a esta sodera con manifestaciones que perdurarán hasta que no nos entreguen respuestas coherentes a lo que se ha planteado… Por otra parte los partidos políticos intentan imponer sus lógicas partidistas al movimiento, pero nosotros lo vamos a rechazar»
En medio de toda la tradicional discusión, surgida por la intervención de los partidos políticos y sus mecanismos para asegurar que cambiando algunas cosas, en realidad no cambie nada, está presente una nueva organización; La Federación Mapuche de Estudiantes (FEMAE).
Resumen conversó con José Ancalao, el Werkén de la Federación. Explica que su organización responde a la revitalización que tenido la lucha mapuche por el territorio y la independencia. El hecho de que gran parte de los mapuche, hoy se encuentran en ciudades y algunos de ellos están estudiando, hace necesario levantar esta organización que plantee sus propias demandas.
José plantea que es necesario haya un recnocimiento de parte del Estado sobre el daño histórico que le ha hecho al pueblo Mapuche, en que lo ha desplazado y despojado para entregar el territorio a grandes latifundistas. Junto con esto, es necesaria una política estatal de reparación histórica, al que todos los jóvenes puedan acceder y ya no tenga el rótulo de «beneficio» o «programa» transitorio.
La educación intercultural, controlada por los mapuche es una necesidad, puesto que hasta ahora, la «interculturalidad» ha sido un instrumento del Estado chileno para tener una apariencia de diversidad y respeto, pero en realidad esconde la opresión a la que son sometidos. Muestra de ello es la creación de una Universidad Pública en contexto mapuche.
Las demandas de educación intercultural, tiene más de 100 años y son parte de un proceso que se orienta hacia el proyecto de liberación mapuche. Por eso es que cuentan con el apoyo múltiples organizaciones mapuche, que hoy están en lucha y son reprimidas brutalmente por el Estado chileno, afirma José. Agrega que «nosotros no nos sentamos a conversar con los ministros ni con el presidente, como si fueran nuestras autoridades… no las reconocemos, sólo son nuestra contraparte».
La CONFECH terminó realizando un llamado a Paro para este jueves 18 de agosto y para continuar la lucha, manteniendo las demandas y cuidando que la organización exprese clara y eficazmente la postura del movimiento nacional.
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