[resumen.cl] Alondra Carrillo es constituyente por el Distrito 12, parte de la Coordinadora feminista 8M y desde ahí se articula con movimientos sociales que, trabajando desde hace mucho tiempo, se presentan a las elecciones a constituyente. Sicóloga clínica y estudiante de posgrado en filosofía política, en esta entrevista repasa la actualidad constituyente y se pronuncia sobre el carácter del proceso. También es parte de la nueva plataforma surgida este martes: la Vocería de los pueblos por un nuevo Chile.
Se ha conformado un grupo de constituyentes de asambleas y territorios que no es de la Lista del Pueblo ¿Se está generando un grupo de independientes fuera de las listas?
Lo que ocurre es que los paraguas electorales pueden resultar un poco desorientadores para entender los procesos sociales que hay detrás de las listas. Hay listas que tienen nombres iguales pero tienen movimientos sociales distintos y otras ni siquiera tienen. La Lista del Pueblo es un nombre, un paraguas que reúne a una heterogeneidad muy amplia de movimientos y además de esos movimientos, estamos quienes vamos por listas como la mía Voces Constituyentes, que es una lista de expresión distrital y estamos articulados hace ya bastante rato en un espacio que se llama movimientos sociales constituyentes, donde hay movimientos sociales de base que levantaron apuestas electorales que están -por así decirlo- en dos partes, están en la Lista del Pueblo y están fuera de ella.
Hoy los que estamos tratando de hacer que cada vez tome más vuelo es articularnos más allá de esos paraguas, poniendo por delante este carácter de ser constituyentes electas y electos mandatados por movimientos sociales y por organizaciones de base y territoriales.
En esa articulación se puede observar dos elementos como ejes estructurantes: el feminismo y los movimientos socioambientales ¿Crees que hay otros elementos que articulen a este nuevo grupo?
Sin duda la presencia de escaños reservados de pueblos originarios, que están en íntima relación con sus comunidades, son parte de estas articulaciones. Ésta es una articulación de movimientos sociales que tiene un carácter eminentemente plurinacional, ese es el sentido y la orientación que tienen nuestros programas, las articulaciones que hemos venido construyendo -hace ya muchos años desde del movimiento social- y, especialmente, desde el movimiento feminista.
Nuestro programa surge desde el encuentro plurinacional de las y los que luchan, así es que ese rasgo es plurinacional desde ahí hay presencia de pueblos originarios, pero también es plurinacional en cuanto está nutrido de la representación de personas migrantes, de organizaciones migrantes, es un rasgo compartido y, como tú bien dices, estructurador del carácter que tiene el movimiento social hoy día en Chile.
En ese sentido los constituyentes de sectores lejanos plantean la autonomía de los territorios ¿crees que hay un debate pendiente que pudiera ser otro eje estructurante?
Yo no soy parte de la Lista del Pueblo, creo que es un debate que han tenido la interna, es decir, como las articulaciones generales que vamos construyendo pueden ser articulaciones respetuosas de los procesos territoriales que se llevan con autonomía y en tanto están respondiendo a las dinámicas propias de cada territorio, a sus necesidades, a sus prioridades.
Pensaba más bien en constituyentes como Elisa Giustinianovich de Magallanes, Adriana Ampuero de Chiloé o gente en el norte.
Exacto, nosotras estamos articuladas con Elisa, con Adriana, porque además con Elisa y otras compañeras estamos juntas en la Plataforma Feminista Constituyente Plurinacional, es una plataforma que levantamos previo a las elecciones y que es un espacio de articulación inédito y yo diría bastante singular, porque es uno de los pocos espacios de articulación que reúne a compañeras que fuimos como candidatas en listas de diversa naturaleza a las elecciones y es un espacio que se levanta, tal y como se levanta el movimiento feminista organizado desde los movimientos sociales, con esa mirada de autonomía territorial, de autonomía orgánica, una autonomía que no es una negación a la posibilidad de articulación, sino una condición de articulación respetuosa, sensible a los tiempos y a las necesidades de cada territorio y -especialmente- también a la heterogeneidad que nos constituye como alternativa, como fuerza social.
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En el día del medio ambiente 34 constituyentes publicaron una carta abierta donde exponen distintas cuestiones que tienen que ver con los derechos de la naturaleza ¿crees que este tipo de planteamientos y propuestas será la manera en que opere el grupo de constituyentes de asambleas y movimientos sociales?
Yo creo que va a ser una de esas formas, además de la posibilidad que nos otorga el rol de constituyentes de levantar una voz pública que tenga audibilidad, también va a estar esta forma de hacer política, lo que pretende hacer esto es desdibujar los límites entre el afuera y el adentro de la convención constitucional y permitir la expresión lo más directa posible de la voluntad soberana de los pueblos.
Y desde esa definición ¿Cómo está la relación con otras bancadas más tradicionales o de partidos, crees que se puede avanzar o será un permanente choque?
Pienso que hay una discusión que está abierta todavía, respecto de en qué términos y en qué condiciones -de nuevo desde la autonomía-, vamos a establecer canales de comunicación, vínculos, incluso desde abajo con constituyentes que tengan compromiso democrático, compromisos con la transformación radical de este orden social y ésa es una discusión que van a tener que dar las organizaciones que nos mandatan, que ya están dando, de hecho una discusión sobre los niveles de articulación, sobre los niveles de política de alianzas, preguntas muy interesantes, de orden táctico y estratégico, que van a estar enfrentando nuestros pueblos en pos de un objetivo común, que es la disputa programática, que es la centralidad que tiene hoy nuestra presencia en la Convención Constitucional, nosotras vamos por un programa.
Antes de empezar a hablar de la Constitución está la situación de hacerlo en condiciones democráticas, en ese sentido está la discusión sobre los presos y presas de la revuelta ¿Se ha avanzado en eso?
Nos han tratado de decir a nosotras que estamos poniendo condiciones, pero lo cierto es que la impunidad, la prisión política, el terrorismo de Estado, la gestión criminal de la crisis sanitaria hoy son, de hecho, condicionantes del proceso democrático en ciernes y en ese sentido -para nosotras- esas exigencias apuntan a transformar esos condicionamientos antidemocráticos del proceso y abrir el carácter histórico, extraordinario, de lo que hoy tenemos enfrente, que algunos se niegan a ver con toda su magnitud, sin duda que hay luchas que han tomado mucha fuerza en los últimos meses, ha sido la lucha por la libertad de las presas y presos ahí se están tejiendo, y vienen tejiendo desde hace mucho rato, redes de solidaridad con las familias y con organizaciones que defienden la libertad, la necesidad de la libertad y el final de la persecución y el empleo del sistema penal como un mecanismo, un dispositivo de castigo de la protesta popular, pero además de ello estamos comprometidas con un trabajo que hemos acordado muchas y muchos constituyentes, de sensibilización respecto de esta realidad que es la prisión política en nuestro país y también de apertura de esta discusión, no solamente respecto de los presos y presas de la revuelta popular, sino de la prisión política como práctica de Estado en nuestro país, especialmente contra el pueblo-nación mapuche y eso es un compromiso que nosotras traemos adquirido.
Respecto a la deliberación, tú eres partidaria de revisar los quórums para el funcionamiento de la convención ¿Cuál sería la manera ideal de trabajar?
Pienso que la Convención Constitucional debiera transitar hacia la afirmación del carácter que le es propio a toda instancia constituyente, que es un espacio de ejercicio de la soberanía y eso quiere decir que no haya un poder constituido que pretenda normar y reglamentar a priori lo que puede ser discutido y la manera en que se puedan resolver las controversias.
Por ejemplo, la constitucionalista Marisol Peña, el otro día en un programa de televisión señaló que el plebiscito intermedio -que es una medida democrática elemental- sería inconstitucional y por tanto no podríamos proponerlo dentro de la Convención Constitucional. Si embargo, ninguno de esos límites ni cortapisas a la posibilidad del ejercicio del poder constituyente nos parece adecuado, nos imaginamos un proceso constituyente, abierto, que acontezca en la mayor proporción por fuera de las paredes de un palacio, no puede ser que volvamos a pensar, a realimentar la fantasía de que se puede ejercer soberanía entre las cuatro paredes de un palacio,
Nosotras pensamos que más que el ejercicio de cómo organizamos a la interna la convención constitucional, cuáles van a ser las comisiones, cuántas comisiones temáticas va a haber, si vamos a hacer comisiones para cada uno de los ámbitos del reglamento para luego llegar a una propuesta, el problema fundamental es cómo generamos las vías institucionales para reconocer y subordinar nuestra deliberación a los procesos de deliberación popular que están teniendo lugar hace ya mucho tiempo y que van a estar teniendo lugar a lo largo de todo el proceso y que sean esos espacios los protagonistas de la deliberación.
Acerca del debate sobre el voto obligatorio ¿es posible avanzar en que las elecciones sean para siempre un espacio con paridad, escaños reservados y listas de independientes, crees que las elecciones de noviembre deben darse así?
Nosotros no estamos hoy teniendo una política colectiva respecto de las elecciones de noviembre, de modo que sólo podría dar mi opinión personal y la verdad prefiero no hacerlo.
Sí, claro. Entonces ¿piensas que tal vez el próximo Congreso va a ser de transición, como han planteado algunos, y que en el futuro se verán este tipo de cuestiones?
No cabe duda de que vamos a estar luchando entre otras muchas cosas por la Constitución de un Parlamento unicameral, amplio, sin sueldos de lujo, expresivo de la diversidad que hace a Chile y en ese sentido a mí me parece que ahí está puesta también nuestra mirada, respecto de cómo se organizan las instituciones, una mirada capaz de alojar los espacios democráticos para la deliberación popular con un carácter radicalmente distinto al que ha tenido hasta este instante.
Visto lo sucedido en Perú y desde una mirada feminista ¿un proyecto de izquierda puede presentarse como tal, en pleno Siglo XXI, no considerando la mirada del feminismo y muchas veces en contrario a sus postulados?
Sin duda que es muy preocupante que una fuerza de izquierda este impermeable a la potencia del feminismo. Sabemos quién es Fujimori, sabemos quiénes son la familia Fujimori, sabemos los crímenes que ha cometido, sabemos especialmente los crímenes que han cometido contra las mujeres indígenas y eso no lo olvidamos desde el feminismo, pero ahí ponemos nuestras confianzas y nuestras expectativas no en Pedro Castillo, no en esas fuerzas de izquierdas ciegas al feminismo y reproductor además del patriarcado, sino que en nuestras compañeras feministas de izquierda, de los movimientos sociales, de los pueblos originarios que hoy -pese a esas cerrazones del candidato- están empujando el horizonte feminista de desborde de esos límites que hoy tienen quienes llevan la voz y están luchando por ser ellas un sector importante en la gestación de una voz popular y es en ellas en que nosotros depositamos nuestras confianzas y en lo que pueda pasar en Perú.