El pasado domingo 21 de abril se registró en Ecuador una consulta popular, con la que el gobierno de Noboa pretendió validar una serie de políticas de carácter neoliberal y represivo en el país.
Por Joaquín Pérez
Mañosamente, la consulta popular no nace del pueblo como es tradicional en otros países que poseen este mecanismo, sino, por el contrario, nació desde el palacio de Gobierno, que utiliza dicho mecanismo como una forma de meter presión al Parlamento a la hora de aprobar los proyectos de ley.
El cuestionario de preguntas apuntaban básicamente a la militarización del país, ante las desastrosas condiciones de seguridad en que se encuentra y que no han variado a pesar de toda la puesta en escena bukelista.
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El desastre en el que han convertido la República de Ecuador producto de sucesivos gobiernos neoliberales que han diezmado el aparato público (incluida la seguridad pública) y las políticas sociales, ha provocado un auge y expansión del crimen organizado, incluido carteles internacionales, como la mafia albanesa, a la que se le investiga por vínculos con familiares del ex presidente Guillermo Lasso.
La Consulta
Las preguntas se pueden presentar en tres grupos: las que no se necesitaban porque hay leyes que ya cumplen lo consultado, como el permitir que las Fuerzas Armadas intervengan, junto a la Policía, en la seguridad interna, cosa que ya lo vienen haciendo en Ecuador. Las que no debieron consultarse porque ya hay leyes en ese sentido que se debaten en la Asamblea Nacional, y que son básicamente medidas de populismo penal como por ejemplo, incrementar penas, establecer sentencias sin rebaja de penas, permitir la extradición de ciertos condenados o entregar a las fuerzas del orden las armas capturadas a la delincuencia. Todas cuestiones que en ningún país del mundo han acabado ni con el crimen organizado ni la delincuencia.
Y el tercer bloque de preguntas que sin lugar a dudas son la de mayor importancia, ya que implican cambiar la Constitución con el fin de ampliar políticas neoliberales pro empresariales, están: auto-obligar al Ecuador a someterse a los organismos de arbitraje internacional, afectando la soberanía nacional y legalizar los contratos por horas, desregulando el mercado laboral y los derechos laborales.
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El resultado de consulta fue dispar, si bien el gobierno triunfo con cerca del 60% de los votos a favor de las medidas represivas que en teoría son para atacar la delincuencia, sin embargo, perdió por más del 60% en las dos medidas económicas que coló el empresariado.
Un 60% a favor de medidas estilo Bukele no es un gran resultado para el gobierno de Noboa, sin duda ellos esperaban resultados mucho más amplios, y el rechazo a su plan económico sin duda es una muestra de que el pueblo ecuatoriano no es tan ingenuo como ellos creen.
Noboa vende un proyecto Bukele de extrema seguridad, sin embargo, con militares en las calles en las últimas semanas han seguido los narcos asesinando alcaldes y continúan los motines carcelarios.
Noboa ha escenificado su imagen de mano dura a niveles de brutalidad tal, como los vistos en el asalto a la embajada de México en Ecuador, los que trajeron una condena mundial a su Gobierno. Toda esta parafernalia obedece a un solo hecho; que Noboa está solo en forma interina en el cargo de presidente, tras la renuncia obligada de Lasso, por lo que su periodo de mandato es solo de 18 meses a contar de noviembre del 2023, es por esto que está en permanente campaña, intentando vender una imagen para las próximas elecciones presidenciales a realizarse el 9 de febrero del 2025.
Foto principal: Presidencia de Ecuador