[resumen.cl] Pese a que la población carcelaria recluida en el penal Santiago 1 se manifestó de manera extrema y desesperada, a través de un intento de fuga y posterior motín el pasado jueves. Las condiciones de salubridad al interior de dicha cárcel siguen con alta precariedad sanitaria: hambre, escasez de agua y jabón, e imposibilidad de acceder a productos de limpieza.
Desde la Coordinadora de Familiares de Presos Políticos expresaron a Resumen que: "el alcohol gel y cloro siguen estando prohibidos, esos artículos no los dejarán pasar bajo ningún motivo". Esta es una situación altamente riesgosa, tomando en consideración que al interior de Santiago 1, los artículos básicos de aseo no están siendo entregados a más de 3 mil 800 personas.
Seguido de esta insalubre situación, cabe señalar que dicho penal es una cárcel concesionada, por ende algunos de los cuidados entregados a las personas ahí recluidas dependen de personal subcontratado, externo a la cárcel, equipo humano que debido a la contingencia sanitaria no asiste a Santiago 1 hace más de una semana.
Luego de la desesperado motín de los presos en dicha cárcel el pasado jueves 19 de marzo, se registraron diversos hechos de violencia y represión en contra de los ahí encarcelados. Gendarmería arremetió contra los reclusos con extrema violencia, dejando como resultado 25 personas lesionadas de diversa gravedad. Dos de ellos tuvieron que ser trasladados a centros asistenciales producto de sus lesiones. Uno de ellos resultó con daño ocular producto del uso de perdigones.
Familiares de los presos en Santiago 1 han denunciado que los días posteriores a dicha manifestación, la violencia se ha mantenido contra los presos. Por ejemplo, se les tuvo sin comida durante 24 horas, entregándoles una escueta colación recién al mediodía del viernes. "Los tuvieron tres días a puro Kapo y galletas, recién ayer se regularizó el tema de la comida y las visitas", declararon desde la Coordinadora de Familiares de Presos Políticos.
La situación antes descrita deja de manifiesto la nula preocupación del penal Santiago 1, encabezada por su inspector operativo, el coronel Eduardo Muñoz, en cuanto a la implementación de planes sanitarios preventivos en el control de la enfermedad COVID-19 por coronavirus al interior de dicha cárcel. Las familias denuncian que lo único que han hecho desde la cárcel es "dejar entrar siete mascarillas por cada imputado, nada de alcohol ni cloro".
Cabe recordar que en Santiago 1 hay también varios presos políticos del estallido social, todos ellos están en prisión preventiva a la espera de finalizar dicho proceso o a la espera de nuevas audiencias, situaciones que se pospondrán hasta nuevo aviso, luego del paquete de medidas carcelarias que presentó el pasado 15 de marzo el presidente Piñera.
Todos ellos viven ahora en constante peligro de contagio, al igual que el resto de la población penal debido al hacinamiento y la escasas medidas sanitarias al interior de Santiago 1. Es por eso que las redes de apoyo de los presos políticos exigen al gobierno; "el cambio de medida cautelar para todos los presos y presas de la revuelta, de prisión preventiva a arresto domiciliario, además de permitir el ingreso de observadores de Derechos Humanos".
Además agregaron que; "es necesario un equipo médico con insumos necesarios para dar respuesta a casos de coronavirus, acceso irrestricto al agua y que se les entregue jabón como medida básica de prevención del contagio. En resumen, condiciones de salubridad para la población penitenciaria general, considerando a los presos de la revuelta".
Por ultimo expresaron su preocupación en cuanto al régimen de visitas, el cual a pesar de haberse reestablecido está considerando diversas restricciones hacia las familias de los presos de Santiago 1. Explicaron que necesitan que "se mantengan las encomiendas y aumenten en el caso de que suspendan las visitas, considerando que son una instancia de entrada de comida para los chiquillos»
Desde la Coordinadora de Familiares de Presos Políticos anunciaron que están preparando una serie de iniciativas en pos de lograr mejorar las peligrosas condiciones sanitarias que vive la población penal de Santiago 1, las que contemplarían emplazamientos a Gendarmería de Chile y el gobierno.