Este lunes 21 de febrero, vecinos de Centinela 2 realizaron un catastro en la población, que arrojó que hay 50 familias que no se han ido de sus departamentos, de las 600 que poblaron el barrio, hasta noviembre pasado. El éxodo se ha realizado en medio del escándalo Van Rysselberghe, en que la propia Intendenta les ha señalado que pueden desmantelar sus departamentos, tal como lo registró el video que se acaba de hacerse público.

Centinela 2 es una población que se construyó el año 2001. El año 2007, la ex ministra de Vivienda, Patricia Poblete condonó la deuda a los vecinos, reconociendo que los departamentos de Centinela 2, tenían «fallas en su construcción». Estas fallas facilitaron el colapso de los bloques, después del terremoto, por lo que era necesaria una nueva construcción y de calidad.

Durante todo el 2010, los vecinos demandaron que el Serviu reconociera que no estaban aptas para ser habitadas y aunque nunca consiguieron el certificado de inhabitabilidad, la presidenta de la Junta de Vecinos, Rosalba Bello, les presionó para que abandonaran sus departamentos antes del 15 de noviembre con la amenaza de ser desalojados por los propios carabineros. De hecho, la Intendenta presupuestaba inaugurar la demolición, el 23 de noviembre, pero optó por no hacerlo, a causa del rechazo vecinal.  

Con la promesa de que iban a recibir un subsidio de 12 millones para comprar una casa, algunos vecinos desarmaron sus departamentos. Aunque, para el mercado inmobiliario 12 millones son sólo un pie, los vecinos ni los han visto, pues no se les ha entregado nada y tampoco tienen un documento que acredite tal compromiso, comunicado por la presidenta de la Junta de Vecinos, cercana a la Intendenta, según afirmaron los vecinos.  

Una de las muestras más dramáticas de esta situación fue el intento de suicidio de la vecina Gloria Santos, quien se tiró del 4° piso del bloque el sábado 13 de noviembre. Gloria, estuvo internada en el hospital Higueras y ahí, Resumen conversó con ella, nos comentó que eran un montón de situaciones que la tenían mal, pero que «la Rosalba y lo del departamento fue demasiado».

El abandono de sus departamentos, ha sido doloroso y frustrante para quienes confiaron, hace 10 años, que esta sería la oportunidad de contar con una vivienda propia y poner fin a vidas en campamentos y como allegados. Impotentemente, las familias han tenido que arrendar (los que han podido pagar), acudir a familiares para vivir como allegados o instalarse en las mediaguas que construido la municipalidad de Talcahuano para ellos.

Vecinos que aun quedan habitando la población, han declarado a Resumen que ellos se quedarán demandando un subsidio de arriendo con el que puedan pagar una casa que les ofrezca condiciones satisfactorias para vivir. Hasta el momento -afirman- quienes se están llendo, lo hacen presionados por las malas condiciones de los departamentos ya desmantelados por otros vecinos, pero sin ninguna garantía.   

Foto: Pobladores de Centinela 2 protestando en sus departamentos en ruinas

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