[resumen.cl] En tiempos de crisis económica y sanitaria toman visibilidad las propuestas solidarias que nacen en comunidades y territorios. Un ejemplo es el proyecto de cooperativa de abastecimiento alimentario «La Cucha», la cual intenta alejarse del individualismo a través de un trabajo organizado entre sus integrantes.

Tanto quienes se abastecen como quienes producen el alimento se benefician colectivamente en una practica de apoyo mutuo en tiempos difíciles en lo económico y sanitario, pero también en lo socio-ambiental. Una apuesta de abastecimiento popular con productor@s locales campesin@s en el Gran Concepción y sus alrededores.

En entrevista con Resumen «La Cucha» explica su funcionamiento, experiencia y concejos para tod@s aquell@s que quieran llevar a cabo un proyecto similar.

Organización de la cooperativa «La Cucha»

– ¿Podrían comentarnos en qué consiste básicamente una cooperativa de consumo?

En general, las cooperativas son organizaciones en que las personas se juntan para satisfacer una necesidad de forma colectiva en donde prima el bien común por sobre los intereses individuales de cada integrante. Existen Cooperativas de vivienda, Cooperativas agrícolas, de trabajo, etc… En nuestro caso, nos hemos agrupado entre varias personas para conseguir alimentos y productos para el abastecimiento cotidiano del hogar o núcleo de convivencia. Preferimos usar el termino «abastecimiento» más que «consumo» porque se acerca más a nuestros objetivos, ya que el consumo refleja una práctica más individual basada en necesidades creadas o impuestas por el mercado, mientras que el abastecimiento nos permite observar y cuestionar qué es lo que realmente necesitamos desde la lógica de que alcance para todos/as.

El abastecernos y las lógicas detrás del consumo, nos invitan a politizar cómo es que conseguimos nuestro alimento, qué comemos, a quién se lo compramos y cómo es que generamos dicho vínculo. Por ello, como cooperativa trabajamos tres temáticas asociadas al abastecimiento. El primero de ellos tiene que ver con el "Comprando Junt@s", que consiste más que nada en aumentar volúmenes de compra para disminuir el costo final. Este es el corazón de la cooperativa. El segundo eje, tiene que ver con ir buscando una relación más directa entre quienes producen y quienes consumimos, potenciando la relación campo-ciudad, la coproducción y la soberanía alimentaria. El tercer y último eje tiene que ver con la autoformación, tanto interna como de difusión y propaganda, de los valores del cooperativismo y la apuesta política detrás de la autogestión y el apoyo mutuo.

Organización de la cooperativa de abastecimiento «La Cucha»

– ¿Cuáles son los principales beneficios de generar este tipo de organización?

Los beneficios son muchos, partiendo por el ahorro económico que entrega el comprar en mayores cantidades y a precios mayoristas, y la gestión colectiva de nuestros tiempos, que aporta en la redistribución de las actividades cotidianas de abastecimiento de manera solidaria y entre todas y todos quienes estamos en la cooperativa. Además del gran beneficio que puede significar para proyectos autogestivos de producción campesina el tener salida asegurada de su producción, por gente que valore sus productos y su trabajo.

En general, estos dependen de los objetivos políticos que el grupo se plantee. En nuestro caso, apuntamos caminar hacia la soberanía alimentaria buscando depender cada vez menos de las grandes cadenas de producción, acercándonos cada vez más a la producción local mediante el contacto directo con las y los productores. Esto posibilita por una parte, conocer el origen de lo que luego compartiremos en nuestros núcleos de convivencia y por otra, evitar los intermediarios, revalorando mejor el trabajo de quienes producen los alimentos.

En este camino cooperativo los beneficios no solo tienen que ver con abastecernos sino también con el vínculo que generamos como grupo y con quienes nos abastecen periódicamente, poniendo en práctica valores que nos benefician a tod@s, como el apoyo y respeto mutuo, la solidaridad, el afecto, la amistad.

Compras de la cooperativa «La Cucha»

Otro beneficio que identificamos se relaciona con los niveles de autonomía que permiten las plataformas cooperativistas de abastecimiento tanto para la cotidianidad de nuestras vidas, como también en momentos de excepción como la crisis de salud que enfrentamos ante la pandemia, posibilitando responder de manera alternativa y organizada a nuestras necesidades y las de nuestras redes frente a las limitadas opciones que propone el capital (cadenas de supermercados o empresas de retail) y la especulación del mercado y los mitos del desabastecimiento.

Este tipo de organización demuestra en los hechos que los valores cooperativos los podemos poner en práctica en el aquí y ahora, que no somos egoístas por naturaleza y que la colaboración es un pilar necesario para la transformación social.

Productor@s que abastecen la cooperativa «La Cucha»

– ¿Qué acciones han realizado en este contexto de crisis por Covid 19? ¿han realizado alguna compra durante estas semanas y en qué han consistido, tienen además otros planes de compra?

Primero hemos fortalecido la organización para que sea la principal forma de abastecimiento de nuestros núcleos y así reducir las salidas de la casa a unas pocas personas cada turno. Estamos comprando frutas y verduras cada 15 días y abarrotes cada 2 meses, en grupos de 2 a 3 personas cada vez. Además estamos ampliando y reforzando nuestra red de contactos directos con personas productoras de sectores cercanos a la ciudad, para así evitar lo más posible ir a lugares de gran concurrencia. En las últimas compras hemos recibido productos como hortalizas de las huertas de Boca Sur, frutas de Nacimiento, legumbres de San Fabián de Alico, harina de El Carmen y sal de Cauil, entre otras.

Una de nuestras prioridades es apoyar a agrupaciones de productor@s que tengan un proyecto político en torno a la producción de alimentos. De ahí que surge uno de nuestros planes más ambiciosos con el Centro Agro-ecológico de Longaví, con quienes estamos haciendo y experimentando acuerdos de co-producción, donde definimos los alimentos que queremos consumir para una temporada (principalmente de guarda), y vamos al campo a colaborar en las tareas desde la siembra a la cosecha.

Como hemos recibido mucho interés de las personas atraídas por esta forma de organización, hemos ampliado la cantidad de canastas durante las últimas compras, invitado a organizaciones y personas cercanas, a nuestras redes que necesitan «apañe» en su abastecimiento, con el fin de fomentar y acompañar procesos de formación de nuevas cooperativas de abastecimiento.

Canastas de la cooperativa «La Cucha»

– ¿Consideran importante llevar a cabo estas iniciativas en general y en este contexto de crisis? ¿cuales son sus beneficios?

Creemos que son prácticas sumamente necesarias y de larga data, encontrando diversas experiencias históricas que se actualizan constantemente ante los contextos que vivimos. Reconociendo esto, recuperamos y nos apropiarnos de las formas cooperativistas en torno al abastecimiento de nuestra vida cotidiana, por que nos permiten romper las barreras del consumo clásico, pero también y en este contexto de crisis, nos posibilita establecer medidas de cuidado y beneficio colectivo muy necesarias.

Como por ejemplo, el hecho de no ir a centros de comercio donde se generan aglomeraciones, u organizar compras buscando proteger a aquell@s que tienen mayor contacto con personas pertenecientes a grupos de riesgos, hasta abaratar los actuales costos de las cosas, elevados indiscriminadamente por el comercio especulativo que eleva irracionalmente algunos productos.

Compras de la cooperativa «La Cucha»

– ¿Cuáles son los principales problemas e inconvenientes al intentar llevar a cabo este tipo de organización cooperativa, según su experiencia?

Para el eje del Comprando Junt@s, es la logística de las canastas el tema más complejo con el que nos hemos encontrado, pues conlleva compras de grandes volúmenes, lo que implica pensar en varios aspectos: realizar el pedido o compra, traslado de productos, pagos, lugar para hacer canastas o realizar bodegaje, entre otros. Siendo el traslado uno de los más importantes, pues cada canasta que realizamos es entregada en el hogar del núcleo de convivencia, por lo que se necesita de un vehículo y para eso destinamos un monto fijo dentro del valor de la canasta para ese fin. El otro punto importante respecto a las dificultades que encontramos en el tema de las compras es el bodegaje, ya que se necesita si queremos realizar grandes compras como alimentos de guarda.

La organización y planificación previa son elementos vitales y, es así como la utilización de planillas de cálculo, distribución de funciones -y rotativas-, el establecimiento de calendarios de compra, la utilización de un programa de cobros y una cuota mensual fija, nos ha permitido ir resolviendo las complejidades. Otro aspecto relevante es que hemos ido aprendiendo a comer lo que nos da la estacionalidad y lo que tienen los y las campesinas disponibles en cada época del año.

Es importante señalar que este "modelo" cooperativo de «La Cucha» lo hemos ido diseñando de acuerdo a nuestras necesidades, intereses y posibilidades, por lo que las dificultades que nos hemos ido encontrando en el camino están relacionadas a nuestra experiencia, que puede ser distinta a otros proyectos similares.

Compras de la cooperativa «La Cucha»

– ¿Qué herramientas o consejos le darían a las personas que están recién empezando en estas iniciativas?

Un consejo sería que no es necesario ser muchas personas para echar a andar un espacio cooperativo. Que hay que comenzar por lo básico, por necesidades compartidas por todas y todos, para luego dar paso a otras más complejas de satisfacer.

Un mapeo de productores y productoras en el territorio siempre es bueno para comenzar a identificar las posibles redes para una economía local (horticultores y horticultoras locales, campesinos y campesinas en las cercanías, panader@s, manufacturer@s, etc...).

Horticultor@s de Boca Sur actualmente amenazados por los proyectos viales que conectan el Puente Industrial, la carretera y la Ruta Pie de Monte en la comuna de San Pedro de la Paz

La organización es clave.  La división de roles, un calendario de actividades con personas responsables por tareas acordadas o comisiones de trabajo rotativas, hacen que ésta sea más llevadera y que todas y todos nos hagamos cargo del funcionamiento de la cooperativa por igual.

Quizás otro consejo seria no pensar en que una cooperativa tenga que crecer y crecer, sino en que ésta se fortalezca y no se burocratice, y propender más que nada a que las experiencias de abastecimiento popular se multipliquen formando en el corto plazo, redes en las que podamos poco a poco ir construyendo relaciones cada vez más estrechas entre el campo y la ciudad, para así ir construyendo autonomía alimentaría y económica en nuestros territorios.

Finalmente, creemos importante considerar que no solo necesitamos organizarnos en torno al abastecimiento, sino que la invitación también es a abrir posibilidades de hacer lo común desde diversos lugares, como lo han intentado organizaciones como la Cooperativa de Editoriales Independientes Fio Fio, La colectiva de oficios Trementinairas o el taller de bicicletas Pedal Autónomo, todas iniciativas de la zona. La invitación es coordinandonos y generando redes solidarias y autónomas de los poderes institucionales, en torno a otras necesidades como son la manufactura, oficios, transporte, entre muchos otros aspectos de la vida y para eso, la autogestión es primordial.