Frente a la muerte de Sebastián Piñera Echenique el día 06 de febrero, declaramos lo siguiente:
Los medios han estado refiriéndose a él como un "lider democrático" y describiéndolo como una persona preocupada del cambio climático, las comunidades, la salud, entre otros. Se le han estado rindiendo homenajes y honores e, incluso, se ha dejado de cubrir el segundo incendio más letal del siglo XXI, ocurrido en nuestra región de Valparaíso, en desmedro de los cientos de fallecidos y damnificados.
Enfatizamos en que Sebastián Piñera no fue un demócrata, si no un criminal. En múltiples oportunidades hizo referencias machistas normalizando el abuso y la violación; hizo robo intelectual en la inserción de las tarjetas de crédito en Chile; fue sentenciado como culpable en el fraude al Banco de Talca y prófugo de la justicia, siendo salvado por la intervención de, en ese entonces, Ministra de Justicia, Mónica Madariaga, prima de Pinochet; junto a su hermano José Piñera diseñaron el sistema de AFP que actualmente deja a los adultos mayores de nuestro país en la miseria; fue sancionado por uso de información privilegiada en la adquisición de LAN, sumado a su participación en múltiples casos de corrupción y explotación de recursos.
Durante su primer gobierno fue responsable de la violenta represión sufrida por los secundarios en las movilizaciones estudiantiles. En su segundo gobierno fue sorprendido celebrando en un restaurant durante el comienzo y escalada del Estallido Social; posteriormente declaró la guerra al pueblo y, junto a su primo, Andrés Chadwick, a quién designó como Ministro del Interior, fueron responsables de miles de violaciones a los Derechos Humanos y crímenes de lesa humanidad que dejaron miles de heridos, torturados, presos, mutilados y asesinados. Fue responsable del mal manejo de la pandemia al no tomar las medidas oportunas sugeridas por la OMS, lo que culminó en miles de compatriotas fallecidos. En este periodo su aprobación llegó a sólo un 6%.
No toleramos el negacionismo con el que actúan los medios de comunicación hegemónicos y la clase política, especialmente los partidos y adherentes de derecha. Han realizado un forzado lavado de imagen para señalar su figura como la de un «demócrata», nada más alejado de la realidad, aun cuando existen evidentes hechos que lo indican como el máximo violador de DDHH después de Pinochet.
Tampoco toleramos que existan ciudadanos de primera y segunda categoría. Se ha volcado toda la transmisión a la muerte y vida de Sebastián Piñera, en desmedro de las cientos de personas fallecidas y damnificadas por los incendios en la Quinta Región.
Su muerte se condice con quién era realmente, un empresario multimillonario que decidió viajar en helicóptero en un trayecto que podía realizarse en 50 minutos en auto, emitiendo una huella de carbono mucho mayor, y que eligió hacerlo pese a las condiciones climáticas desfavorables poniendo en riesgo a todas las personas que lo acompañaban.
Somos enfáticos en que él no fue un líder democrático. Sebastián Piñera fue un criminal, estafador, ladrón, asesino y dictador escogido en democracia. Se negó a escuchar las demandas del pueblo y lo hizo callar mediante represión brutal.
Exigimos juicio post mortem por todos los crímenes cometidos como una forma de reparación al daño causado a las víctimas, supervivientes y sus familias: 8000 denuncias, 8771 afectados por represion, 1073 casos de uso excesivo de fuerza, 266 por violencia sexual, 3764 personas heridas de ellas 282 niños y niñas, 1095 casos de tortura, más de 460 traumas oculares de los que hubo, al menos, 35 con estallido ocular y 40 personas asesinadas.
Exigimos justicia por los presos políticos.
Exigimos justicia por los heridos y torturados.
Exigimos justicia por los abusados sexualmente.
Exigimos justicia por los mutilados.
Exigimos justicia por los asesinados.
Exigimos justicia por nuestros compañeros víctimas de la represión que han terminado con su vida Cristian Nuñez, Patricio Pardo, Jonathan Vega, Jorge Salvo, Almendra y Milo Muñoz.