Creo que Bachelet va a cambiar lo mínimo posible

Los movimientos sociales no deben dar a Bachelet una ‘luna de miel’ porque el gobierno se consolidaría olvidando las promesas electorales.

El análisis de James Petras, lunes 16 de diciembre de 2013, por CX36, Radio Centenario desde Montevideo (Uruguay) para todo el mundo a través de www.radio36.com.uy. Escuchar/descargar: http://content.bitsontherun.com/players/rNRu8rPw-hndKM9yc.html

Efrain Chury Iribarne: Estamos en contacto con James Petras, buenos días, bienvenido. ¿Cómo está?

James Petras: Estamos muy bien. Congelados, con medio metro de nieve y temperaturas bajo cero.

EChI: Si le parece comenzamos con lo que sucede en México, donde se extranjeriza lo que tanto sacrificio había costado.

JP: Un gran estudioso, el profesor John Saxe-Fernández, demuestra cómo en los últimos 20 años varios gobiernos neoliberales poco a poco empezaron a privatizar con diferentes contratos. Más allá de eso, el gobierno conscientemente desgastó la empresa estatal a partir de la desinversión y la sobre deuda de la empresa, en razón de que el gobierno no permite nuevas inversiones ni nuevas tecnologías para aumentar la producción y la exploración petrolera. Fue una política consciente porque el gobierno no cobraba impuesto a los ricos, únicamente retiraba los ingresos de la empresa. Entonces, sin inversiones, la empresa pública se empezó a deteriorar y a dar negativos resultados en su actividad. Y utilizan eso como excusa para sacar la Ley que aprobaron, entregando la empresa nacional a capitales transnacionales.

Si el gobierno fuera realmente consciente de la necesidad de fortalecer la producción, hubiera permitido a la empresa retener mayor parte de las ganancias y reinvertirlo. Y podría haber aumentado en forma más rápida lo que ahora busca, a partir de los privados.

Al final de cuentas, la privatización va a costar al Tesoro mexicano miles de millones de dólares de ingreso y encima perderá el control sobre el recurso que utiliza para financiar el Presupuesto. Por tanto, el Presupuesto va a bajar, la producción de ingresos va a salir del país y el país queda vulnerable a decisiones de las multinacionales. Si ellos deciden invertir lo hacen y si deciden no invertir no invierten. Todas las decisiones quedarán en manos de los gerentes de las grandes compañías en los Estados Unidos.

Entonces pierden ingresos, pierden soberanía y pierden el control sobre un recurso estratégico. Es una pérdida total para el conjunto de la Economía mexicana como para los pueblos que viven en ese país.

EChI: Ayer fuer el balotaje chileno. ¿Cómo analiza esta instancia electoral que estuvo marcada por la indiferencia del pueblo chileno?

JP: Es cierto. El 58% de los ciudadanos chilenos no votaron y esto, tiene varias explicaciones.

Por un lado, el hecho de que votar en Chile significa continuar el statu quo. ¿Y qué es el statu quo en Chile? Chile tiene las peores desigualdades en toda América Latina, donde el 1% de los más ricos controlan el 31% de los ingresos. En Estados Unidos, que no es exactamente una sociedad igualitaria, el 1% controla el 21% y en Alemania el 1% controla el 12%. En otras palabras, en Chile las desigualdades son casi tres veces más que en Alemania. Un gerente en Chile gana cien veces más que un trabajador en la empresa. Por esta razón podríamos decir que en Chile existe una gran indiferencia de los sectores populares sobre los resultados.

Pero hay que tomar en cuenta también que algunos sectores no votaron por la derecha, porque ya aceptaron la derrota. Y que algunos sectores pro Bachelet no votaron porque también pensaron que la victoria estaba garantizada. Entonces, la abstención es un voto o bien conscientemente rechazando el sistema, o en otros sectores porque son indiferentes al resultado.

Ahora, en conjunto, hay muchas expectativas, porque al ganar las elecciones Michelle Bachelet dijo que iba a haber cambios a fondo, habló de una nueva Constitución, Educación, leyes laborales y tributarias. Pero es dudoso el cambio constitucional porque necesita los 2/3 de los votos en el Parlamento y la oposición obviamente no va a aceptar cambios que supuestamente van a ser de fondo.

Más allá de eso, la derecha a través de algunos voceros, dijeron que si Bachelet empieza a avanzar en un programa con una nueva Asamblea Constituyente y una nueva Constitución, buscamos otro Pinochet. En otras palabras, la derecha amenaza a Bachelet y a la Nueva Mayoría -el agrupamiento que ganó las elecciones- con otro golpe de Estado. Se trata de una amenaza un poco vacía porque en estos momentos no hay condiciones ni políticas ni económicas para un golpe, pero en todo caso es un aviso de que la derecha dictatorial aún circula entre sectores chilenos. Al final de cuentas, los movimientos populares, el movimiento sindical, podrían conseguir algunas concesiones si actúan con alguna militancia, precisamente en los primeros días del gobierno. No deben dar al gobierno una 'luna de miel' porque el gobierno se consolidaría olvidando las promesas electorales.

De todos modos la derrota de la derecha es positiva, la abstención es un aviso que el gobierno debe tomar en cuenta, porque no consiguieron la mayoría entre muchos ciudadanos. Y entre otras cosas, deben descartar la política anterior de socialistas y democristianos, y abrir nuevo camino. Tengo mis dudas, creo que Bachelet va a cambiar lo mínimo posible manteniendo su mayoría, pero no va a hacer ningún cambio a fondo.

EChI: ¿En qué otros temas está trabajando que quiera comentarnos?

JP: En primer lugar, lo más importante, es que Estados Unidos violó el acuerdo con Irán. Porque apenas a días de ese acuerdo anunciaron nuevas sanciones contra decenas de empresas que comercializan con Irán.

Ellos dicen que no son nuevas sanciones, si no viejas sanciones aplicadas a nuevos socios de Irán. O sea técnicamente se puede decir que no son nueva sanciones, pero sin embargo sí son sanciones contra nuevos interlocutores y socios de Irán. Eso va en contra la idea de entrar en negociaciones sin aplicar medidas de fuerza contra Irán.

Los técnicos que negocian este acuerdo dicen que Estados Unidos no es confiable. Pues en un momento mientras se negociaba tuvieron que parar las negociaciones y poner en cuestión el acuerdo temporal, porque Estados Unidos ponía en peligro la posibilidad de una salida negociada. Los autores de las sanciones contra los nuevos socios son precisamente (el subsecretario de Inteligencia Financiera y Terrorismo del Tesoro norteamericano) David Cohen y (el secretario del Tesoro) Jack Lew; los sionistas que dominan la política de sanciones de los Estados Unidos.

Entonces cuando dicen que Estados Unidos rompen el acuerdo, debemos tener claro que los sionistas dentro del gobierno de Estados Unidos son los autores intelectuales de las nuevas medidas para deteriorar las negociaciones.

Finalmente, quiero mencionar una cosa que puede parecer secundaria, pero sigue siendo importante. Los sectores conservadores en la Iglesia, obispos y cardenales criticaron al Papa, reflejando algunas opiniones de la ultraderecha, juzgándolo de ser marxista. El Papa respondido que no es marxista pero dijo que los marxistas pueden ser buenas personas y que comparte muchas de las propuestas de reformas sociales y económicas que hacen los marxistas. Dijo el Papa: No me molesta que me acusen de marxista porque algunas cosas que proponen son buenas.

Esto indica que el Papa no entra en la onda del anticomunismo. Es una respuesta honesta y consecuente con sus creencias de que la Iglesia tiene que tomar partido en las luchas populares en esta coyuntura.

[El papa Francisco I afirmó en la misma entrevista que «la ideología marxista está equivocada». Dijo también que «la Navidad no fue una denuncia de la injusticia social, de la pobreza, sino un anuncio de alegría. Todo lo demás son conclusiones que sacamos nosotros. Algunas correctas, otras menos y otras más ideologizadas». Frente a la teología de la liberación, el hoy papa propuso en los años 70 una «teología del pueblo» que no era marxista, si no todo lo contrario.]

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