40 años del asesinato de John Lennon: El legado indeleble

«¡Me han disparado!» ésas fueron las últimas palabras de John Lennon luego de recibir cinco tiros a la entrada de su edificio el 8 de diciembre de 1980. El músico y activista político murió al instante dejando un legado inmortal como uno de los compositores de música popular más importantes del Siglo XX tanto en The Beatles como en su carrera solista.

Por Alejandro Baeza

John Winston Ono Lennon nació el 9 de octubre de 1940 en medio de bombardeo de la fuerza aérea nazi sobre la ciudad de Liverpool, Reino Unido. Con un interés temprano por la música, particularmente el nuevo sonido denominado Rock n’ Roll nacido en Estados Unidos, a la edad de 15 años formó su primera banda The Quarrymen y un año después, el 6 de julio de 1957, conoce a Paul McCartney, momento de supernova que cambió la historia de la música para siempre.

Hablar de la carrera de The Beatles, o «Los Beatles» como se conocen mayoritariamente en el mundo hispano, daría para extensos textos y material por montones -como los hay de sobra-, sólo me limitaré a indicar que se trata de unos de los impactos culturales más grandes de la historia, su música fue (y es) escuchada por buena  parte de la gran diversidad de grupos humanos que habitan el planeta, motivo por que se atrevieron a ironizar en 1966 señalando que eran «más populares que Jesús».

Si bien abordó de manera somera y tibia alguna temática política en la etapa final de Los Beatles, fue luego de su separación que comenzó su activismo de manera más decidida. Conocido por su «protestas pacifistas» contra la criminal intervención estadounidense en Vietnam convertidas casi en un tipo ideal del hippismo, también financió y coordinó financiamiento de forma oculta a grupos de izquierda muy lejos del pacifismo tal como el Partido Panteras Negras, un grupo armado de corte marxista-leninista y liberación nacional negra de importancia fundamental para conocer la política doméstica de Estados Unidos en las décadas de los 60 y 70.

Lennon era un referente para la juventud de todo el mundo y él lo sabía. Su lucha por la paz y su apoyo decidido a minorías políticas y a la clase trabajadora le generó varios detractores, pero también millones de seguidores. A tal punto que el propio Lennon y también su compañero en Los Beatles, Paul McCartney, aprovechando su notoriedad comunicacional dieron su público apoyo al pueblo irlandés tras la matanza de 13 jóvenes en enero de 1972 a manos del ejercito británico de ocupación. Lennon compuso Sunday Bloody Sunday y MaCartney hizo Give Ireland Back to the Irish.

Sobre sus posturas políticas profundiza en un diálogo con el escritor y cineasta pakistaní Tariq Alí en 1971, quien le señaló «Tus puntos de vista se radicalizan cada vez más y se vuelven más políticos. ¿En qué momento dirías que comenzó a ocurrir?» a lo que John Lennon respondió «Siempre he tenido conciencia política, sabes, y he estado contra el statu quo. Es bastante básico, cuando has aprendido desde chico, como yo, a odiar y a temer a la policía como tu enemigo natural y a despreciar al ejército como algo que se lleva a todos y los abandona muertos en alguna parte. Es simplemente un asunto básico de la clase trabajadora, sabes, aunque comienza a desteñirse cuando vas envejeciendo, tienes una familia y te traga el sistema. En mi caso, nunca he dejado de ser una persona política, aunque la religión tendía a eclipsarlo en mis días de ácido, allá por el sesenta y cinco o el sesenta y seis, y esa religión fue el resultado directo de toda esa porquería de la superestrella: la religión fue una válvula de escape para mi represión».

Más adelante, en la misma conversación señalaría «Pienso que sólo si logramos que los trabajadores sean conscientes de la posición realmente infeliz en la que se encuentran, destruyendo el sueño que los rodea. Creen que viven en un país maravilloso, con libertad de expresión. Tienen coches y televisiones y no quieren pensar en que pueda haber algo más en la vida. Están dispuestos a que los mandamases los dirijan, a ver que a sus hijos los arruinan en la escuela. Sueñan el sueño de un ser ajeno, no es el de ellos mismos. Deberían darse cuenta de que los negros y los irlandeses son acosados y reprimidos y que ellos mismos vendrán después. En cuanto comiencen a darse cuenta de todo eso, podremos comenzar realmente a hacer algo. Los trabajadores pueden comenzar a hacerse cargo. Como dijo Marx: ‘A cada cual según su necesidad’. Pienso que funcionaría bien en este país. Pero también tendríamos que infiltrar al ejército, porque están bien entrenados para matarnos a todos. Tenemos que comenzar todo esto desde el hecho de que nosotros mismos somos los oprimidos. Pienso que es falso, frívolo, dar a otros cuando tu propia necesidad es grande. La idea no es reconfortar a la gente, no es hacer que se sienta mejor, sino que se sienta peor, que se le muestren constantemente las degradaciones y humillaciones que sufre para conseguir lo que llaman un salario vital.»

Su posición política y su eventual influencia como megaestrella le hizo merecedero de un expediente del FBI desclasificado hace unos años y donde se confirma el constante seguimiento de las agencias de inteligencia así como los intentos del gobierno estadounidense por expulsarlo del país y negarle «green card», instrumento legal que les permite la residencia a ciudadanos extranjeros.

John Lennon es asesinado en la entrada del edificio donde vivía un día como hoy hace 40 años en la ciudad de Nueva York por un hombre que quería que inscribir su nombre en la historia y se le mencionara cada vez que alguien hablara de Lennon, versión que es cuestionada por algunas personas, precisamente, por lo comentado en este artículo.

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