Juan Salvador Polizzi nos recibe en su casa de la población Pedro Aguirre Cerda, de Barrio Norte. Reconocido escritor penquista, ex dirigente vecinal, anarcosindicalista y miembro del TASYS (El Taller de Análisis Sindical y Social) nos habla de su nuevo libro "Cuentos para no olvidar". Una producción independiente, "clasista" como nos señala, pues tardó un poco en salir por su negativa a publicar por una empresa editorial debido a que "habría perdido sentido el discurso".
Además nos habla de Barrio Norte, algo de su historia y de su presente.
¿Cuáles son los temas que recoge su nueva publicación?
"Estos cuentos pretenden que la gente que no vivió la dictadura se entere un poco de como fue la cosa".
Hay sobretodo temas relacionados con derechos humanos. Un cuento bien jocoso acerca de una Coordinadora revolucionaria que había en Lorenzo Arenas que se juntó durante muchos meses a planificar una protesta que había por allá por Agosto. Empiezan a discutir cuestiones ideológicas, todos aportando su punto de vista- a todo esto se gastaron en ese tiempo no se cuantas chelas, sandwichs, galletas, etc; tuvo todo un costo la cosa-. Entonces llegan al día final, y hacen todo lo que tenían que hacer: cortan el tránsito, apagan la luz y empiezan a llegar los "comandantes" al sitio del suceso, donde se iba a cortar Av. 21 de Mayo. Llegan uno a uno, dejando sus neumáticos preparados y cortan la calle de lado a lado: el primero le pregunta al segundo por los fósforos, el segundo al tercero y así hasta el último, y el penúltimo se mete la mano al bolsillo del pantalón de combate, saca cien pesos y le dice al último: Pablito anda a comprarte dos fósforos.
Es un poco para darle jocosidad al dramatismo, porque muchas veces pasaban esas cosas. A veces llegar tarde a un punto significaba la detención de un compañero y a veces la muerte, por falta de coordinación, de responsabilidad de quienes estábamos metidos en el cuento. Éramos descuidados, éramos bocones. Al TASYS llegaban compañeros a contar las aventuras del día anterior, entonces había que pararlos para decirles que no hablaran, porque si uno sabía lo que otros hacían los ponía en riesgo, porque si a mi me agarran y me aprietan la voy a soltar, porque soy un ser humano
Como cuando Victor Serge señalaba, al infiltrarse en la policía zarista, que una de sus leyes era, dame tres líneas escritas por un hombre y te lo haré detener
Claro, hay que protegerse mucho en este cuento. Hay otro cuento que se llama Un capuccino para Roco; se trata de dos cabros que se encuentran para tomarse un café, y van a una cantata, a un evento y después se separan. Roco pesca su guitarra y se va. Al otro día sale de titular en El Sur "Abatido joven extremista. En el allanamiento del cuerpo se le encontró un vale que decía un cortado y un capuccino".
Ese tipo de cosas se daba.
¿Cuál fue la principal motivación para escribir este libro de cuentos?
La motivación tiene que ver un poco, con el que no se olvide. Porque yo se, porque no es nuevo; ya pasó en las Huelgas de Santa María, la Coruña, las salitreras, cuando el ejército ametralló a los obreros. Miles de obreros desaparecieron y nadie sabe que pasó con ellos; si no fuera porque algunos historiadores o poetas rescataron estos sucesos, ni siquiera se sabría que existieron las matanzas. Hay tanta cosa escondida en la historia de Chile y nos enseñan huevás; nos enseñan que el Bernardo Ohiggins, lo que quieren enseñarnos de él, de Arturo Prat que saltó al abordaje. Entonces todo es manipulado y contra eso yo me rebelo: yo me rebelo porque yo viví esta historia, es parte de mi vida, de la de mis hijos, de mi mujer que no dormía cuando no llegaba porque estaba preso. Yo no puedo permitir que esto pase así como si nada hubiera sucedido.
Hace tiempo publiqué en el The Clinic una respuesta a la historiadora Arancibia, la que le hizo un lavado de imagen a Pinochet hace unos años atrás. Le mandé un poema que se llama el maldito y ahí digo: " que es maldito el que olvide". Porque no puede ser, aquí hubo miles de muertos.
Y es una ofensiva desde el bloque dominante. Desde el Mercurio se escriben columnas contra el museo de la memoria, relativizando las violaciones a los DDHH y resignificándolas como algo que era prácticamente inevitable, debido al contexto histórico.
Están tratando de limpiar. Esto yo lo veía venir, este libro lo vengo escribiendo hace 10 años más o menos y ahora se dio la oportunidad y lo saqué. Fue una cuestión de desesperado, lo agarré un día y lo saqué. Este libro no es solo un desahogo sino que es un testimonio para mis nietos y para los que vengan después.
¿Qué similitudes ve usted del periodo que vivimos con esta generación de luchadores contra la dictadura?
Veo que se cometen los mismos errores. Por ejemplo, se da hincapié para que se justifiquen ciertas cosas. Ayer por ejemplo, hubo solo en Santiago 150 mil personas marchando. Hubo 500 que dejaron la caga y la tele se aboca a eso, y la galla en vez de crear conciencia para pelear en contra de esto se te da vuelta, por el hecho de que sucedan esos hechos. Yo no digo que sean necesariamente los cabros, hay infiltrados, que es lo mismo que nos hacían antes. En una oportunidad en una marcha, se colocaron delante unos civiles que yo conocía y arrastraron a la marcha hacia la CNI que estaba en Angol. Apedrearon la CNI y salieron los compadres, nos agarraron a balazos, a palos. A mi mujer casi le sacan el brazo de un palo. Hoy día yo veo que a un sector de los cabros los arrastran a eso. Al enfrentamiento donde ganan y justifican ellos. Así el Hinzpeter puede llevar adelante su ley maldita y poder reprimir. Que es lo mismo que hicieron en Dictadura.
¿Pero el problema es con la violencia donde estalla o por la violencia en general?
Yo lo veo como un problema nuestro en el sentido que no nos permite seguir avanzando. Obviamente la violencia viene del otro lado, los violentos no son los que luchan por emanciparse y por una educación libre y gratuita. Que es como debiera ser porque este país de mierda, la gente que no se instruye por si sola, que no lee por si sola, no pasaría nada.
¿Qué otra similitud ve con respecto a sus años de lucha contra la dictadura?
El mismo hecho que no se apunte a la unidad. Hay mucha descalificación. Yo he ido a las marchas y he visto cosas como que un par de cabras se agarraron porque una era comunista y la otra anarquista, cuando la verdad es que el enemigo es uno solo. Yo no le tengo asco a andar con los comunistas y yo no soy comunista; al contrario, les echo tallas diciéndoles que después que hagan la revolución nos fusilan, etc. Pero si no entendemos que tenemos un enemigo común, no podremos salir a flote.
Pero ese sectarismo ¿se ve desde todos lados?
Es desde todos lados. Los que votan los que no votan. Todavía discuten si es que Dios existe o no. Ha ocurrido en toda la historia de nuestro país, si tu lees las palabras de Allende te darás cuenta que no era comunista, armaba polémicas contra ellos, después se aliaron, pero tenían sus rencillas. El problema radica en como logramos entender que todos tenemos distintos métodos, distintas concepciones de sociedad, lo que sea; diferencias. Pero como logramos entender que tenemos un enemigo común y que para allá tenemos que apuntar.
Yo soy muy cercano al pensamiento del Clotario, me considero su discípulo. Él siempre apuntó a la unidad, al él lo echaron los comunistas de la CUT porque los denunció por haber negociado a espaldas de la clase trabajadora. Este año le hicieron un homenaje en El Siglo, lo que me parece muy bien, pero el problema fue que lo crucificaron. Entonces hay que dejar de lado eso, hay que dejar de crucificarse entre todos.
El problema es que hoy el PC y el PS son parte del sistema, parecen no apuntar donde mismo.
Eso no debería ser motivo eso si, para echarlos del camino. Si estamos peleando juntos por los mismo. Yo estoy absolutamente de acuerdo que el movimiento debe conducirlo esta nueva izquierda que no es el PC ni el PS; nosotros ya vivimos nuestro sueño y llegamos donde llegamos, hoy les corresponde a los jóvenes avanzar más. Pero si todos están ahí empujando el barco, para que vas a echar a una parte?. Eso es lo que no entiendo, es una cuestión práctica.
Hoy tiene que esbozarse algo nuevo. Porque el socialismo y el anarquismo que pensaron los viejos, no es el que se está pensando hoy.
Barrio Norte
¿Como ve usted estos procesos, tienen un correlato real en las poblaciones, en la mentalidad de la población de Barrio Norte?
La verdad es que la gente ve que es necesaria la educación gratuita y pública, que es necesario mejorar la salud. Pero si tú le dices que para eso hay que hacer una revolución, no están en esa. Si tú preguntas cómo lo hacemos, no tienen idea. Mayoritariamente. La gente sigue viendo lo mismo y no se hace atao. Si los ataos los hacemos nosotros; hay una descoordinación entre el pueblo real y los que están luchando.
Un año en que estaba la Jaqueline de Intendenta, hubo una marcha de las compañeras del proempleo. Venían de varios pueblos, yo andaba con mi hijo y decidimos unirnos. Eran unas dos mil personas. Estuvimos un rato gritando contra la intendenta, yo me di cuenta que había parados cerca de ahí unas 8 personas que trabajaban en la intendencia que eran de la concerta. Y después nos pasamos a una protesta que había en la para del tonto contra la venida de Obama. Los conté y éramos 18. Y me di cuenta que esa es nuestra realidad política. 8 del parlamento, 18 extraparlamentarios y 2 mil mujeres que había en la calle. La gente común, anda por otro carril.
Yo estuve cerca de 20 años en la Junta de vecinos. Gané 10 elecciones con la contrapropaganda de la Alcaldesa. Venía a hacer casa a casa para que no votaran por mí, pero le ganaba igual. El puente que conseguimos allá en la autopista, lo conseguimos con quema de neumáticos y toma de carretera. Llegamos a tener 23 muertos en accidentes antes de que nos hicieran caso e hicieran el puente. El del otro lado, estuvimos 17 años protestando. Pero la gente se tranquilizó, como que no tuvieran por qué reclamar.
Desde su experiencia como ex dirigente vecinal ¿Cuál es la forma de romper con las prácticas clientelares de la clase política?
Lo que pasa es que todos los que hemos estado en la onda de seguir a Clotario, que era el TASYS, siempre preparó dirigentes en torno a la autonomía y hacerse respetar. El dirigente sindical o poblacional que tiene cierta dignidad va a preferir comer pan de pie que manjares de rodillas.
Son los valores...
Si, son los valores. Lo que pasa es que los partidos políticos que hacían escuelas de cuadros, no las hicieron en dictadura y no las hicieron después, a la juventud prácticamente la utilizaron para las protestas y no consolidaron un movimiento. No prepararon a la gente, la gente iba más por vocación, por empuje, pero que hubiesen preparado para algo a largo plazo, nada. Si no están esos cuadros en las poblaciones para que la gente pueda exigir sus demandas, lo que sucede es lo que se ha dado todos estos años. Eso permitió que entrará la derecha, que pusieran calmantes y al final quedáramos tal cual; sin dictador pero con dictadura.
¿Qué rescata del movimiento social, que semilla está viendo en este Chile?
Yo creo que hay un germen de unidad. Cuando todos descubrimos un problema común, como que todos aganchamos ahí. Hoy día con la Salud, con la Educación, como a todos nos atañe, vamos todos. Creo que va por ahí la cosa, por esa lógica. Porque la lógica partidaria y las discusiones de izquierdas y derechas al parecer murió. Creo que mayoritariamente la gente va por otras cosas, va por lo concreto.
Por ejemplo, hace un tiempo, Barrio Norte marchó hacia el centro de Concepción porque se aumentaran los dineros de presupuesto del programa de pavimentos participativos. Hubo más de 50 comités en todo Barrio Norte y logramos más recursos para el sector. Acá había puro barro, la gente vivía muy mal entonces necesitaba el pavimento y marchó por el pavimento. La gente ha apechugado cuando logra identificar sus problemas.
El proyecto de transformar a Barrio Norte en la comuna de Andalién ¿En qué condiciones está? ¿Logró la población identificarse con esta demanda?
Hoy día la gente sabe del cuento. Independientemente este de acuerdo o no esté de acuerdo, saben del proyecto de comuna. Cuando nosotros nos reunimos en la Agrupación Barrio Norte dijimos que había apuntar a lo mismo que había hecho Hualpen, Chiguayante y San Pedro, porque a ellos les llegan los presupuestos directamente y pueden avanzar en sus proyectos locales. Así, paulatinamente nos hemos reunido con los vecinos, los clubes deportivos, las JJVV, y se ha publicitado el tema. Ya todos saben.
El tema está entrampado solamente en la decisión del gobierno, pues el presidente de la República es quien finalmente envía el proyecto al parlamento. Ahora, no se si el compañero Piñera lo irá a hacer, porque tampoco los otros lo hicieron; Ortiz, Navarro y Sabag en tiempos de la Concertación nos apoyaban, pero al final no paso nada con la Concerta. En todo caso, a nosotros si nos ha servido, porque al pelear por la condición de comuna, Barrio Norte ha hecho que Concepción lo escuche: el barrio tiene voz. Barrio Norte no pasa desapercibido en Concepción.
Muchos de los problemas que se han ido solucionando, como la pavimentación, la construcción de puentes, se ha logrado porque hemos instalado el tema de la comuna en el Barrio. Cuando hemos señalado que la línea del tren es nuestra frontera y logramos identificar nuestros problemas comunes, hemos logrado unirnos y mejorar nuestras condiciones de vida.
No importa si el alcalde es de la UDI, Concerta o de izquierda, nosotros vamos a pelear porque se hagan las cosas y se inviertan los presupuestos acá. Va a depender de nosotros si lo hace bien o mal, porque lo estaremos presionando.
El libro está a la venta en la Librería Jota Libros, en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda y en el Kiosco de la Villa Cap. El valor es de 2 mil pesos.
Foto 2: Gabriel Azocar