Una vez más el pueblo tuvo que volver a escuchar un evento que desgraciadamente en plena democracia ha perdido el sentido de solemnidad ¿Por qué? Me preguntarán los escépticos del público conciudadano. Respondo mencionando que nuestro entorno social-político ya no es de lo que era por años, es un circo en la que por enésima vez consecutiva repitió su monumental función en pleno Congreso Nacional de Valparaíso. La función tuvo la presencia del clásico monólogo que el presidente Sebastián Piñera tuvo lugar para anunciar en sus promesas y actos supuestamente cometidos en pro del desarrollo de nuestra patria de cordillera a mar.
Y empieza la función señores: Piñera canta «Il pagliacci» para pedir perdón por todos los errores que cometieron en el último tiempo. Parafraseando a un profesor de Periodismo, podemos no ser computines, pero no lesos. Dejar que un pariente ande ladrando y mordiendo como perro suelto con su forma de reprimir a su gente, los chilenos que ya se sienten hasta el cansancio con el sistema cuya piedra ángular se encuentra en gozar y gozar hasta caer en el ángulo de la depresión al mar de las deudas. La ciudadanía indignada de Chile que representa a una gran mayoría, no puede dar ni un paso atrás con tan solo ceder en el perdón o ¿Será posible que la justicia divina cuestione al payaso por sus actos? Tal vez sí, tal vez no.
Del monólogo se puede apreciar que varios actores oficialistas andan maquillados bajo una sola imágen apiochada como «Chile Cumple» como forma persuasiva de hacerle creer al pueblo de que el gobierno funciona. Mientras que afuera, se inicia la anti cuenta pública en donde medio Chile manifiesta en contra la forma de gobierno empresarial y se pide otro Chile posible demostrando también que todo lo que supuestamente se cumple nada es como parece creer en la realidad. Inician las contradicciones en donde asegura que la reconstrucción llegará a un 100% y parafraseando el futuro de los jovenes lo que dijo José Miguel Carrera alguna vez.
No prometió nada de nada con una educación gratuita y de calidad para todos nosotros porque con eso atenta lo que para él considera un sociedad de desigualdades y carencias, esa es la primera falla. El deber real que tenemos nosotros como luchadores y soñadores no es solamente que cumplamos deberes con nuestros padres y con el país, sino que también podemos batallar realmente por lo que queremos para el presente y el día de mañana; en simples palabras, estudiar, trabajar y luchar.
Dudo que los pescadores tengan su cuota digna de pesca, es alabable pero también poco confiable que nuestros vecinos de Chiloé tengan un puente que conecta con el continente porque es incierto que estas cosas sucedan. Hubo mucho 1313 (amor y ternura) con las palabras hacia su amada Cecilia y su trabajo en el plan «Elige vivir sano» e inventa una curiosa y una nueva forma de decir para no tomar copitas por la nochesita «Si usted maneja, no conduce» aludiendo a la nueva ley de «tolerancia cero a los alcoholes». Así serán causales de dudas que exista autonomía regional, de que llegue el subsidio a la canasta alimenticia y entre otros. Finaliza su testificación con una familia invitada como muestra de que sus promesas ya están hechas.
En fin, son promesas que si bien suelen ser tentadoras a los cinco sentidos del «roto» chileno, se añade una capa sabor chocolate que se reparte a muchas personas que se encontraban fuera de Congreso y no hacían más que pasear por Valparaíso a cambio de aplausos de papel a la salida del presidente. Las promesas se empaquetaron en un sabor a Chocman acompañado con jugo. Esas promesas no son aptas para opositores diabéticos por su alto valor de capitalismo calórico y porque provoca una sensación de chantaje popular politiquero.
Mientras tanto, el lado norte se tiñe de un solo pueblo: el de Freirina. Para los que no ubican, es un pueblo que se encuentra en la tercera región en donde 5.665 vecinos tienen que soportar la hediondez emanada de una planta faenadora perteneciente a la famosa empresa Agrosuper. Cientos de miles de chanchos viven en el peor momento de sus vidas: en plena miseria, abandono y muerte volando al cielo puerco. Ahora Freirina es el cuarto pueblo que se levanta en contra del sistema y su ineptitud compartida con los empresarios a costa de la ciudadanía popular. Se sufre el pan doloroso de cada día por la resistencia popular transformada en represión policial las cuales han herido las vidas de cientos de los pobladores que habitan allá.