Por Agencia AG
Pérdida de biodiversidad, homogeneización del paisaje, invasión fuera de las plantaciones, contaminación, desecación de suelos y disminución del caudal en ríos aledaños. Prácticamente no quedan dudas del desastre ecológico que significan los monocultivos de pinos y eucaliptos. Pero paradójicamente, mientras Chile vive la peor catástrofe de incendios forestales del último tiempo, aún queda un punto en discordia ¿Son las plantaciones de pinos y eucaliptos más inflamables que el bosque nativo?
Según las asociaciones gremiales Colegio de Ingenieros Forestales (CIFAG) y Corporación de la Madera (Corma), junto a miembros del Laboratorio de Incendios Forestales de la Universidad de Chile no habrían diferencias de inflamabilidad entre las especies introducidas por la industria forestal y las especies nativas. Por otro lado, múltiples investigadores, institutos de investigación y sociedades científicas han manifestado públicamente lo contrario.
El debate lo abrió Roberto Cornejo, presidente de CIFAG, al rechazar los dichos de Mary Kalin, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2010, quien a raíz del incendio de Valparaíso en 2016 señaló que las especies introducidas por la industria forestal son especialmente peligrosas cerca de centros urbanos debido a su alta inflamabilidad. Según Cornejo la opinión de la investigadora no es correcta y no estaría respaldada por evidencia científica.
La discusión se reactivó durante las últimas semanas cuando la investigadora Susana Gómez del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) y Mary Kalin volvieron a referirse a la mayor inflamabilidad de pinos y eucaliptos, explicándolo como una consecuencia de su evolución asociada a incendios recurrentes y de origen natural en sus ambientes originarios, Norteamérica y Australia respectivamente. Esto es respaldado por las presidentas de la Sociedad de Ecología de Chile, la Red Chilena de Restauración Ecológica, el presidente del Instituto de Ecología y Biodiversidad y un gran número de científicos de distintas Universidades que han manifestado públicamente su opinión.
La evidencia
Para refutar la línea argumentativa de los científicos, el presidente de CIFAG apela a un experimento de Eduardo Peña del Laboratorio de Invasiones Biológicas de la Universidad de Concepción, que probaría que no hay diferencias en la inflamabilidad de especies de eucaliptos y 8 especies de árboles del bosque nativo. Peña habría puesto en una estufa de laboratorio hojas de estas nueve especies y medido el tiempo que tardan en quemarse. No encontró diferencias y lo informó en una revista de divulgación a cargo de la misma asociación gremial de ingenieros forestales.
Sin embargo, Gómez sostiene que los resultados de laboratorio de Peña no pueden ser extrapolados a lo que ocurre a escala de paisaje. Según ella la alta inflamabilidad en plantaciones de pinos y eucaliptos tiene más dimensiones que el tiempo de ignición de las hojas y las justifica con literatura publicada en revistas científicas.
Explica que los eucaliptos liberan esencias volátiles inflamables y desprenden trozos de corteza seca que se acumula sobre un suelo mucho más seco que el del bosque nativo. Los pinos, por su parte, tienen un tiempo de brasa alto y mayor llama cuando se queman sus hojas y piñas, además retienen ramas muertas en su base, aumentando el combustible bajo las copas con el paso del tiempo.
Medidas de resguardo para la biodiversidad y la población
Por ahora el debate permanece abierto, pero debe ser resuelto a la brevedad. Todos los especialistas coinciden en que la sequía que afecta a Chile Central se agudizará durante los próximos años y que es necesario tomar medidas de seguridad informadas para salvaguardar a la población y los reductos de biodiversidad que permanecen entre las extensas plantaciones de monocultivos forestales.
Reconocer la alta inflamabilidad de las plantaciones industriales es un elemento determinante para establecer restricciones de operación a la industria forestal, paso fundamental para diseñar un plan efectivo de adaptación al cambio climático en la zona centro sur de Chile.