Denuncian vulneración de derechos de madres durante sus partos en recintos de salud públicos

ABOFEM BÍOBÍO, como Institución Feminista de Derechos Humanos, observa atenta las violencias perpetradas y que puedan producirse en contra de las mujeres. Y es en este sentido, que a raíz de una serie denuncias recibidas por mujeres gestantes, a quienes se les informó, en diferentes centros de salud, la prohibición del acompañamiento integral durante el parto como medida sanitaria en el contexto de la actual pandemia del COVID-19, rechazamos esta medida obstétrica, pues consideramos es una decisión desproporcionada que va en desmedro de la madre vulnerando sus derechos humanos.

En las últimas décadas, hemos visto cómo se han medicalizado fuertemente los trabajos de parto, si bien eso aumenta la posibilidad de un parto exitoso en algunos casos, en otros  creemos afecta negativamente la experiencia del parto para las mujeres, pues ellas y sus decisiones pasan a segundo plano. Por este hecho, es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza ciertas recomendaciones, que buscan garantizar la calidad de la atención, independiente   del tipo de atención de salud, privada o pública. Lo esencial, según  la OMS, es centrarse en lo que la mujer requiere en esta etapa, dentro del ítem general de "Atención durante todo el trabajo de parto y el nacimiento" se recomienda que la mujer esté acompañada durante todo el trabajo de parto y en el parto mismo por una persona de su confianza".

El Ministerio de Salud (MINSAL), en la guía de cuidado perinatal manifiesta la gran importancia del acompañamiento integral, que proviene de una persona externa al área médica y de su confianza para evitar problemas durante el parto, lo que igualmente manifiesta el Subsistema de Protección Integral a la infancia Chile Crece Contigo.

Ante la grave emergencia sanitaria que vivimos, la Organización Panamericana de Salud realiza recomendaciones para el cuidado integral de las mujeres gestantes y recién nacidos, considerando el acompañamiento como parte esencial del parto y que en casos de Covid-19 confirmados o graves sospechas la persona acompañante ya debe haber tenido contacto con la madre, pero en ningún caso busca prohibir el acompañamiento en el parto, ni siquiera en caso de Covid-19 positivo.

En este contexto, vemos el temor de las madres de estar sin compañía durante el parto, sobre todo en caso de surgir problemas. La idea de contar sólo con la versión del personal médico asistente, genera un estrés evidente en las futuras madres, quienes confían en un acompañante de la familia. La sensación de seguridad de estas mujeres, en definitiva, resulta mermada, afectando con ello sus niveles de ansiedad, angustia y preocupación, lo que vulnera sus derechos, especialmente el derecho a la integridad psíquica. Sobre esto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que "la integridad personal de las madres se encuentra directa e inmediatamente vinculada con la atención de la salud humana; y la integridad personal y el derecho a la salud, se relacionan y se enmarcan dentro del derecho a la vida privada, la autonomía y la libertad reproductiva", así no cabe duda que el parto pertenece a la esfera más íntima de la vida privada y familiar, por lo que obligar a la mujer a parir en soledad vulnera gravemente sus derechos.

Nos preocupa enormemente cómo la autoridad está utilizando la grave contingencia de salud para justificar actuaciones innecesarias que van contra los derechos de las personas,  en este caso mujeres gestantes y personas recién nacidas. En nuestra región del Biobío, hemos recibido denuncias indicando que diversos centros asistenciales, principalmente públicos, han prohibido el acompañamiento a las mujeres durante el parto y en su estadía posterior en dichos recintos. Siendo además, una medida no uniforme, la mayoría de las clínicas privadas mantienen este derecho tomando las medidas estrictamente necesarias para el  resguardo de las personas involucradas contra la pandemia. Nuevamente observamos cómo en Chile los grupos más vulnerables, que no pueden elegir libremente por falta de recursos, resultan ser los únicos violentados en sus derechos esenciales.

Considerando entonces la vital importancia del acompañamiento en el parto, manifestamos nuestro rotundo rechazo y preocupación ante protocolos generales sin perspectiva de derechos humanos para un momento tan esencial como éste. Igualmente, esta decisión es reprochable pues no considera tampoco el derecho de los padres o las madres no gestantes de formar apego temprano con su hija o hijo y acompañarse familiarmente en este proceso. Creemos, en concordancia a lo que manifiesta el Colegio de Matronas de Chile, que es necesario seguir trabajando por un parto respetado y personalizado, en el que se asegure el derecho a tener acompañamiento integral y protegiendo el apego, por lo que aplicar este tipo de protocolos significa un retroceso severo frente a los avances alcanzados en relación con el parto personalizado, humanizado y, por sobre todo, respetado.

Por todo lo anterior, es que hacemos un llamado al MINSAL y a las Instituciones de Salud a tomar las medidas necesarias que permitan proteger al recién nacido y su madre de cualquier contagio siempre con perspectiva de Derechos Humanos, como lo han hecho la mayoría de las clínicas privadas de nuestro país.

 

 

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