[resumen.cl] La irresponsabilidad política del actual gobierno ha significado la profundización de la crisis sanitaria. Mientras las cifras de contagios y muertes aumentan, también lo hace la presencia de nuevas variantes del coronavirus SARS-CoV-2, siendo el caso que se ha tornado más preocupante el de la variante brasileña.
Con las 1.999 muertes de ayer miércoles 24 de marzo, Brasil superó las 300 mil muertes por Covid-19 oficialmente informadas. Mientras que el día martes 23 se registraron 3.251 muertes en 24 horas. La intensidad y aceleración de la transmisión del virus se debe básicamente a la circulación de las dos nuevas variantes: Amazónica o de Manaos (P1) y de Río de Janeiro (P2).
El desastre sanitario es tal que ya no solo es problema de camas críticas, o ventiladores, sino también está a punto de acabarse el suministro de oxígeno en los hospitales de varios Estados del país, una avalancha de enfermos saturan los hospitales de las principales ciudades, mientras que tres Estados (Acre, Rondonia y Rio Grande do Sul), que reúnen a cerca de 14 millones de habitantes, no tienen una sola cama UCI libre: el resto del país está por sobre el 90% de ocupación.
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La situación además no tiene visos de mejorar, por el contrario, la neumóloga e investigadora de la prestigiosa Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), Margareth Dalcomo, advirtió en declaraciones a la Red O'Globo que "abril puede ser aún peor que marzo" en Brasil. El motivo es un cóctel de factores: "La alta tasa de transmisión, el número de casos entre los más jóvenes, el ritmo lento de vacunación por escasez de vacunas, la mortalidad, el agotamiento de los sanitarios, y lo más triste, por el número de muertos".
Brasil ya acumula 300 mil muertes para 210 millones de habitantes, una tasa de 1,43 muertos para cada 100 habitantes, solo por debajo de Estados Unidos (1,66) y España (1,57), pero creciendo a un ritmo en que luego los podría superar.
Ante los inminentes movimientos políticos y judiciales, pero por sobre todo por el temor del gran empresariado, ayer por primera vez tras más de un año de la pandemia, el presidente del país Jair Bolsonaro llamó a construir un gabinete de crisis para enfrentar la pandemia.
La comunidad científica internacional también denunció lo que ocurre en Brasil y ya son muchos los que exigen acciones de parte de sus estados en contra del gobierno Bolsonaro al entender que hoy Brasil es un riesgo para todo el mundo, ya que se convirtió en una incubadora de nuevas variantes y cepas. La OPS, filial americana de la OMS, advirtió ayer de la propagación del desastre Brasileño a toda Sudamérica.
Asimismo, fue ayer también que se reconoció por primera vez la presencia de la cepa brasileña en la región del Biobío.
Por otra parte, Venezuela cerró fronteras con Brasil, mientras Colombia y Perú también prohibieron vuelos. Argentina restringió los vuelos a varias naciones sudamericanas por temor a la cepas brasileñas. Asimismo, el ministro de salud de Paraguay, Julio Borba, acaba de confirmar un caso de cepa brasileña en una joven que jamás salió del país, por lo cual su circulación ya se entiende como comunitaria.
El caso de la región del Biobío
En Concepción la comunidad científica se pregunta qué pasa en nuestra región, debido a la curva de contagios que no para de crecer desde hace meses, lo que mantiene al borde del colapso al sistema sanitario desde hace semanas.
Los contagios no paran de crecer a pesar del proceso de vacunación en marcha y todas las sospechas apuntan a la posible propagación de las nuevas cepas, especialmente las brasileñas.
Precisamente, ayer se confirmó la presencia de la cepa brasileña en la comuna de Santa Bárbara, en personas que estuvieron de vacaciones en Brasil hace unas semanas.
El Ministerio de salud ha reconocido en su conferencia de prensa diaria que han detectado la presencia de la cepa británica y brasileña, sin embargo recién hoy anunciaron la aplicación de algunas medidas restrictivas a los vuelos internacionales.
Como dato a considerar: solo ayer 3 vuelos aterrizaron en el aeropuerto de Pudahuel provenientes de la ciudad de Sao Paulo en Brasil, mientras que durante el verano ese ritmo de vuelos fue aún más alto, sin ningún tipo de control de las autoridades chilenas.
Si bien el gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil abiertamente se ha mostrado como negacionista de la pandemia, en Chile el gobierno de Sebastián Piñera, sin mostrarse como negacionista en este ámbito, no ha tomado ninguna medida en contra de la pandemia que afecte el interés de las grandes empresas.
Si Brasil superó las 300 mil muertes con una población de 210 millones de habitantes, Chile podría llegar esta semana en el próximo informe DEIS a las 30 mil muertes con una población de 18 millones de habitantes. Esto significa una tasa de muertes más alta que la de Brasil, mientras que en ambos países la ocupación de camas UCI supera el 95%, y las cifras siguen en aumento.
El manejo de la pandemia con fines económicos y de control social, no es distinto entre los dos países. No es casualidad que el Seremi de Salud del Biobío, región donde se ha concentrado la crisis en los últimos meses, sea un abierto admirador de Bolsonaro.