Desde este lunes 12 de septiembre, la comunidad de Chiguayante y de alrededores podrá arrendar el gimnasio del histórico sindicato de los ex trabajadores textiles de Tavex. El valor será de 12 mil pesos por hora, que incluye la posibilidad de usar camarines y baños.
Esta iniciativa fue de los trabajadores, cuenta Ismael Toloza, presidente del sindicato. Después de contínuos esfuerzos y movilizaciones lograron recibir una indemnización, que sirvió como fuente de recursos para financiar la refacción del antiguo gimnasio del sindicato. En total, la inversión fue de 31 millones de pesos y esperan recuperar el dinero con su arriendo.
Si bien, lograron recibir esta indemnización, la situación de la situación es precaria. Fueron unos 600 trabajadores, (400 de planta y 200 subcontratados) que quedaron cesantes. La mayoría trabaja actualmente de guardia, explica Ismael, en condiciones muy inferiores a las que laboraban anteriormente. En el caso de los mayores, la situación se agrava, pues por su edad, se les hace muy difícil «reconvertirse laboralmente», como dice el Estado, que debe pasar.
Hasta el momento, sólo ha habido declaraciones de buenas intenciones de parte de las autoridades, sin que tengan representación en los hechos.
El cierre de Tavex, el año pasado fue un nuevo golpe para la agónica industria nacional. Junto al cierre de la fábrica de calzados Gacel, constituyen los resultados de la «apertura a la economía global», implementada por la Dictadura, la Concertación y la Alianza por Chile, que ha dejado en la ruina el sistema productivo chileno y empobrecido a la clase trabajadora nacional.
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