Desde Rotterdam hasta Neruda. Entre Guernica y la locura en tiempo de pandemia

Por Juan Alejandro Henríquez Peñailillo, Profesor de Filosofía
Autor de www.filopoiesis.cl 

Un 12 de julio nace Pablo Neruda, muere Erasmo de Rotterdam y se expone al público la obra Guernica de Picasso (esto último en el año 1937, sí, en el mismo año de la guerra civil española).

Siguiendo la idea de otras columnas, sobre la poesía de lo social, en ese mismo año se publica la obra España en el corazón, de Neruda, donde sí se traba sobre una guerra y un enemigo poderoso.

Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
(NERUDA, España en el corazón)

Me preguntarán por qué hablar de guerras y locuras en el día del natalicio del poeta Nobel. Cómo no hablar de ello, si hace exactamente 3 meses la autoridad política volvía a señalar que estábamos en guerra contra un enemigo poderoso, refiriéndose a la COVID-19 en esta ocasión. Sin considerar que seis meses antes se hablaba de otro enemigo poderoso, el pueblo que exigía un cambio, ¿qué locura no?

A propósito de locura, un día como hoy muere Erasmo, quien fuese el autor del reconocido libro Elogio de la locura. Y, acaso no lo es tal, estar confinados durante meses escuchando cifras oscilantes, viajes en helicópteros a una segunda vivienda (o décima quizás), vetos recurrentes, escándalos mediáticos por el 10%, acusar de querer vacaciones a quienes pedimos #RecesoPedagógico.

También puedes leer: Nos roban el sueldo de Chile

Sólo recordemos aquella descripción que la diosa Estulticia hace de sí misma y de sus amistades. Nacida de la Ebriedad y la Ignorancia, acompañada del Amor propio, la Adulación, el Olvido, la Pereza, la Voluptuosidad, la Demencia, la Molicie. Y no estoy hablando de la clase política del siglo XXI, eso sería una locura, ¿o no?

Ahora bien, volviendo a Picasso y su Guernica, que se exhibe al público el mismo año que el libro de Neruda, ambas obras sobre la guerra civil, o sobre los que realmente son enemigos poderosos, esa fuerza que enceguece la dignidad, que al igual que la diosa, no tiene Memoria y que Ignora lo que pasa en su país. Por ello, no es casualidad que podamos encontrar un mural que replica la obra con la escena del toro y el caballo, entre otras figuras relevantes, en los muros exteriores de un emblemático liceo 7 de 'uñoa.

Como invitándonos a hablar de un sistema educativo demente y ebrio de tanto olvidar, narcisista como aquel Amor propio de la endiosada locura. Vivimos un proceso constituyente y un confinado estallido social que todavía es entendido como un enemigo poderoso, donde nos envían cartas apocalípticas, como si las actuales pensiones no lo fuesen ya.

Como obligada referencia, en el mismo año 1937, se publicaba el libro de Hemingway Tener y no tener, donde queda de manifiesto que la historia de que unos pocos que tienen más, siempre han decidido por aquellos muchos que tienen menos. Las desigualdades son históricas, pero no por ello deben ser eternas.

Vuelvo a decir, preferiría que la poesía pierda su vigencia, acá otro fragmento de España en el corazón:

 

Porque de tantos cuerpos una vida invisible
se levanta. ¡Madres, banderas, hijos!
Un solo cuerpo vivo como la vida:
un rostro de ojos rotos vigila las tinieblas
con una espada llena de esperanzas terrestres!

 Que un nuevo natalicio del poeta sea un llamado a la cordura, a la paz de la equidad, al derecho a vivir con dignidad.

Estas leyendo

Desde Rotterdam hasta Neruda. Entre Guernica y la locura en tiempo de pandemia