[resumen.cl] Un reciente estudio publicado en la revista científica británica enfocada en ciencias de la salud «The Lancet», concluye que la pobreza acorta la vida casi tanto como el sedentarismo y más que la obesidad, la hipertensión y el consumo de alcohol. La investigación además plantea críticas a la OMS por no incluir las diferencias de nivel socioeconómico como factor para evitar muertes prematuras.
En 2011, los Estados miembros de la OMS (Organización Mundial de la Salud) se inscribieron en la iniciativa denominada "25 X 25", un plan que busca reducir las enfermedades crónicas no transmisibles en un 25% para 2050. Los factores considerados en este plan son: alto consumo de alcohol, inactividad física, tabaquismo, hipertensión, diabetes y obesidad.
Sin embargo, los factores socioeconómicos que influencian la incidencia en este tipo de enfermedades nunca han sido incluidos en el plan de la OMS. Precisamente, en este estudio recientemente publicado en la revista médica The Lancet, se intentó comparar la contribución del nivel socioeconómico a la mortalidad y los años de vida perdidos, con los factores de riesgo convencionales de este plan 25 X 25.
El estudio realizó un meta análisis con datos individuales por nivel de 48 estudios con información sobre nivel socioeconómico, indexados por posición ocupacional, los factores de riesgo del denominado "25X25", y la mortalidad, para la población total de 1.751.479 (54% de mujeres) de 7 miembros de la OMS (Reino Unido, Suiza, Francia, Portugal, Estados Unidos, Italia y Australia). Se estimó la asociación de nivel socieconómico y los factores de riesgo 25×25 con todas las causas de mortalidad y las causas específicas de mortalidad
Los resultados indicaron que la reducción en la esperanza de vida fue más alta para los fumadores, seguido por la inactividad física, y el nivel socioeconómico. Los niveles socioeconómicos bajos estuvieron asociados a una reducción de 2 a 1 año en la esperanza de vida entre las edades 40 y 85 años, la correspondencia de años de vida perdidos fue de 0-5 años para alto consumo de alcohol, 0-7 años para la obesidad, 3-9 años para la diabetes, 1-6 años para la hipertensión, 2-4 años para la inactividad física, y 4-8 años para los fumadores. Estos hallazgos son consistentes con estudios previos.
En el estudio se usó la posición ocupacional como variable para determinar el nivel socioeconómico y las circunstancias sociales en general. Esta medida es una de las mas comúnmente usadas como indicador de nivel socioeconómico, datos para estos indicadores están ampliamente disponibles a lo largo de los estudios de cohorte incluidos en este análisis y la posición ocupacional es comparable entre países.
De esta forma, los bajos niveles socioeconómicos se constituyen como uno de los principales factores de predicción de morbilidad y mortalidad prematura en todo el mundo. Pese a esto, las estrategias de salud global no consideran las circunstancias de pobreza y desigualdad socioeconómica como factores de riesgo modificables.
Éste es uno de los más grandes estudios realizados para examinar la asociación entre nivel socioeconómico y mortalidad prematura, y el primer estudio de gran escala en comparar directamente la importancia de circunstancias socioeconómicas como determinantes de salud con los seis principales factores de riesgo focalizados en estrategias globales para la reducción de mortalidad prematura.
Mediante la exposición de que los niveles socioeconómicos bajos tienen efectos comparables en la salud que los mayores factores de riesgo, los resultados de este estudio indican que las circunstancias socioeconómicas deben ser incluidas como un factor de riesgo modificable en las estrategias globales y locales en la salud, y por ende en las políticas de vigilancia de riesgo de salud.
Revisa el estudio en este enlace.
Fotografía principal: sitquije.com