El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Por este hecho, las organizaciones LGBTIQ+ conmemoran la lucha contra la lesbo/homo/bi/transfobia este día, recordando a las víctimas de crímenes de odio y los desafíos en esta materia.
Por José Figueroa Soto
En el caso chileno, la sodomía es eliminada del Código Penal en 1999, dejando así de condenar las relaciones entre personas del mismo sexo. Si bien es un hito relevante en la historia de las disidencias sexuales, esto no logró frenar los niveles de violencia hacia personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, trans e intersex (LGBTI), como así lo demuestran las cifras.
El XVIII Informe Anual de Derechos Humanos de la Diversidad sexual y de Género, denuncia un aumento del 58% por discriminación en relación al año anterior, siendo un total de 1.103, 405 casos y denuncias más que en 2018.
"Los 1.103 abusos y denuncias se dividieron en 5 asesinatos, 73 agresiones físicas o verbales, 32 atropellos policiales, 72 casos de exclusión laboral y 39 de homo/transfobia educacional, 31 campañas o movilizaciones de odio, 583 hechos de exclusión institucional, 31 marginaciones o prohibiciones para el acceso a productos o servicios en espacios públicos o privados, 167 violaciones a derechos humanos en espacios comunitarios (familia, vecinos/as o amigos/as), 69 discursos de odio y 1 discriminación en un medio de comunicación." detalla.
Si estas cifras las desagregamos por regiones podemos ver que los casos se concentran principalmente en Valparaíso con un 56,1% de las denuncias, seguido por la Región Metropolitana (18,2%) y Biobío (2,81%).
Estas cifras generan una gran preocupación dentro de la población LGBTIQ+, pues constatan parte de la violencia ocurrida en Chile. Por lo que cabe preguntarse ¿qué explicaría este aumento?
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Al preguntarle sobre esta materia a la Asociación de Abogadas Feministas (ABOFEM) del Biobío, quienes han llevado un trabajo junto a las disidencias sexuales en diversas regiones, nos comentan que estas cifras se podrían explicar por el aumento de denuncias.
"Más que un aumento, quizás lo que estamos viendo es que las personas se están atreviendo más a visibilizar su orientación sexual e identidad de género, y de denunciar los casos de discriminación". Sumado a la falta de sanciones acordes y de políticas públicas en educación y prevención de la discriminación. De este modo las cifras reflejan la discriminación brutal que vive la población LGBTIQ+, puntualizan.
Por su parte, Sebastián Artiaga, egresado de la carrera de Derecho, quien ha estudiado temas en relación a disidencias sexuales, nos comenta que "En primer lugar, son cifras preocupantes que dan cuenta de la realidad que la comunidad LGBTIQ+ vive a diario, con violencia y discriminación multidimensional: salud, educación, el trabajo, los espacios públicos (…) Entonces no es posible encontrar una sola respuesta a este aumento en la discriminación", una de esas respuestas es la disposición a denuncias. Sin embargo, no es la única razón, nos señala Sebastián, ya que los medios de comunicación han permitido la difundir ideas de odio, acompañado del auge de grupos de ultraderecha, quienes han amplificado dichos discurso y han multiplicado sus acciones contra la población LGBTIQ+, siendo la población trans una de las más afectadas.
Del mismo modo, las mujeres lesbianas, bisexuales y trans, viven violencias multidimensionales, tanto por su orientación sexual, identidad de género y su género, nos señala ABOFEM Biobío. Al respecto comenta que "Tenemos pocas cifras oficiales, pero por ejemplo en el estudio "Ser Lesbiana en Chile", de organización amiga como es Rompiendo El Silencio, indica que el 75,4% admite haber sido acosadas por su orientación sexual. En la investigación se consultó a más de 450 mujeres que se declaran lesbianas o bisexuales, provenientes de distintos lugares de Chile, incluso Isla de Pascua". Agresiones amparadas en la cultura machista, que en muchos casos son aplicadas de manera "correctiva" llegando incluso a violaciones, nos indican.
Aspecto jurídico contra la discriminación
En los últimos años se han aprobado algunas leyes que hacen relación a la protección y derechos LGBTIQ+, como lo son: Ley Antidiscriminación (Ley Zamudio), Acuerdo de Unión Civil y la más reciente, la Ley de Identidad de Género. Si bien, son avances, pareciesen no resolver los problemas en su totalidad.
ABOFEM Biobío, valora positivamente la Ley Antidiscriminación, pero apuntando que aun debe ser fortalecida, pues sólo permite aplicar multas; además, de la dificultad probatoria que existe en los procesos. De manera similar, señalan a la Ley Gabriela como un avance, ampliando la tipificación de femicidio al reconocer razones de género e incluyendo a las diversidades de género, haciéndose cargo de la violencia que sufren mujeres lesbianas y trans.
En el caso de las Ley de identidad de Género, ambas entrevistadas coinciden que es un progreso importante en materia de derechos, por la cual han luchado durante años diversas organizaciones. Pese a ello, sigue pendiendo el derecho a la identidad trans en menores de catorce años, Junto a ello, Sebastián nos indica que si bien se consagra éste a personas mayores de catorce años, no se habla del acceso a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas, si así fuese requerido.
Por otro lado, aún hay vacíos en materia de derechos filiativos, lesbomaternidad, inscripción de hijos e hijas de mujeres que se someten a proceso de fertilización in vitro, sanciones a personas que inciten al odio - proyecto que se encuentra tramitándose en el Congreso-y prohibición de "terapias de reconversión", apuntan.
La disidencia en el sistema escolar
Los espacios educativos lamentablemente no escapan de la realidad que se ha descrito, pues se han reportado diversos casos de discriminación hacia la población LGBTIQ+, como lo fue el caso de Matías de Fuente Guevara, joven trans de 16 años, quien se suicidó el 16 de mayo del 2016 a causa del acoso escolar de carácter transfóbico propinado tanto por estudiantes como de la generalidad del Liceo Sagrado Corazón de Copiapó.
Por su parte la Organización Trans Diversidades (OTD), el año 2017 presentó los resultados de la Encuesta T, constatando, entre otras cosas, la violencia que viven las personas trans dentro de los espacios escolares.
Gabriela Martínez, Profesora de Historia, quien ha investigado y trabajado temáticas de género y sexuales en entornos escolares, nos comenta que "en el área educativa falta formación en sexualidad y género, porque los mismos docentes caen en esas prácticas discriminatorias, ya sea entre ellos mismos o con las estudiantes. Cuando es con las estudiantes es mucho más peligroso", junto a una adecuación curricular que critique la norma actual y trate la sexualidad de una manera más integral, pues estas temáticas deben ser tocada de manera transversal en la formación de los, les y las estudiantes, evitando que solo se concentre en una asignatura, que en este caso es Orientación.
En relación a materia de discriminación en los establecimientos educaciones, la ordenanza 0768 emanada del Ministerio de Educación, prohíbe la discriminación a personas trans y da lineamientos para generar ambientes más confortables dentro de las escuelas, como lo son la utilización de nombre social en sus documentos, la flexibilización en el vestuario, entre otras cosas. Ante esto, Gabriela nos comenta que en su experiencia como docente no ha visto que esta normativa se cumpla a cabalidad, pues ha presenciado como casos de discriminación hacia estudiantes por razones de género y/u orientación sexual no han sido abordados de manera correcta. Aunque si destaca que ha existido un avance en la materia.
Al ser consultada por quienes ejercen esta discriminación, nos señala que son principalmente docentes y apoderados/as quienes han ejercido esta violencia hacia les, los y las estudiantes, lo que no quita que exista una discriminación entre pares.
Finalmente al preguntarle por cómo disminuir esta violencia, plantea que es pesimista considerando que tenemos un gobierno de derecha, pero señala la necesidad de mayor fiscalización de la implementación de planes de sexualidad y género dentro de las escuelas y asegurarse que quienes los impartan sean personas interiorizadas en la materia. Además, comenta la necesidad que el movimiento LGBTIQ+ sea más cohesionado para que tenga mayor fuerza y pueda responder a estos abusos.
Todas estas cifras y descripciones de la violencia nos traen a la mente casos como el de Daniel Zamudio, Nicole Saavedra, Matías Mella, Marcelo Lepe y tantas otras personas que han sufrido discriminación a causa de su orientación sexual y/o identidad de género, llevándoles en algunos casos a la muerte. Así mismo, la violencia ejercida por organismos de Estado, violando los derechos humanos de las disidencias sexuales durante la revuelta social del pasado 18 de octubre.
Esto nos empuja a reflexionar sobre cómo disminuir esta violencia y cómo hacerle frente. Siendo necesario fortalecer un movimiento social de las disidencias sexuales, pues la violencia pareciese estar lejos de acabarse.
Por último, cabe recalcar que si usted está sufriendo casos de discriminación, acérquese a personas u organizaciones que puedan contenerle y apoyarle en lo que necesite.