Hago uso de este medio de comunicación para exponer mi sentir luego de leer las declaraciones que mi agresor dio a un diario, así como también luego de leer el fallo del tribunal, en el que considero no se hizo un esfuerzo objetivo, sino que se basó en un tecnicismo en el que el juez no puede acreditar que haya existido un vínculo matrimonial puesto que no se acompañó en los estrados el certificado de matrimonio, en circunstancias de que todos los testigos, y el mismo agresor, además del abogado defensor e incluyéndome yo víctima, nos referimos todo el tiempo a matrimonio, además que esa información era fácil de corroborar; dejando en evidencia que el tribunal intentó NO hacer aplicable la ley 20066 y así no calificar jurídicamente mi agresión como violencia intrafamiliar.
Creo que mi caso, junto a los otros 2 de connotación pública que hubo este año, sirven de observatorio para toda la nación, en los que se aprecia que en el interior de los juzgados se da más garantías al victimario que a la víctima, está claro que la violencia hacia las mujeres en los tribunales se ve enfrentada en los casos de femicidos al dilema «¿será él el asesino?». Si es un caso de denuncia por Violencia Intrafamiliar (VIF) donde las victimas señalamos "si él está sentado en esta sala, él fue mi agresor" entran el cuestionamiento espontaneo ¿SERÁ VERDAD?
Yo, desde lo que experimenté en el proceso judicial del pasado mes de noviembre, desde lo que siento, desde mi corazón y mi discernimiento puedo decir que NO HAY JUSTICIA, pues las mujeres que llegamos a hacer las denuncias y las que murieron bajo la violencia hemos sido golpeadas por nuestros esposos y luego somos golpeadas con el veredicto del tribunal donde se anteponen las dudas por sobre la credibilidad de la palabra de las víctimas.
Es demasiada la tristeza y la impotencia con la quedamos al momento de la sentencia, porque la institucionalidad está fallando, realmente siento que para que el Estado y los políticos dentro de sus prioridades no está en la erradicación de este tan flagelado mal, lo aprecié claramente, que ni siquiera por el hecho de estar en plena campaña electoral los famosos políticos se pronuncian en torno al tema.
Es impresentable que los políticos en ejercicio amparen a sus colegas políticos. Yo llegaba a Cabrero a las audiencias y la comuna estaba empapelada de propaganda política de mi agresor posando abrazado por políticos en ejercicio junto a candidatos a diputados y consejeros regionales, debo aclarar que en ese momento de campaña el "honorable» alcalde de Cabrero Mario Gierke estaba en pleno juicio por VIF, es impresentable que este tipo de candidatos lleguen a ocupar cargos públicos, para de la boca para afuera pretendan defender los derechos de las mujeres.
El tema violencia en una comuna pequeña y manejada por el alcalde que agredió a su esposa es un tema tabú, es un ¡secreto a voces!, se intentó ocultar el tema de VIF que involucraba al máximo jefe comunal, comuna donde ningún medio de prensa podía tocar el tema por represión y miedo por sus convenios municipales y donde ninguna autoridad del concejo comunal se haya pronunciado públicamente, comuna donde prima el miedo y porque mi agresor tiene sus operadores (gente de su comando de campaña) en las distintas áreas comunitarias que maneja la municipalidad, donde se les daba las instrucciones claras para que hagan los llamados de atención si es que tenían algún poder sobre las personas que compartían las noticias en redes sociales, es por ello que en varias oportunidades aquellas personas me escribían privadamente para hacerme llegar su apoyo en silencio.
Creí que poniendo la denuncia cesaría la violencia, pero me equivoqué ya que en realidad fue el inicio de otras formas de daño, de revictimización e intimidación, como mencioné en alguna entrevista anterior la defensa y/o influencias de mi agresor se habían puesto en contacto con abogados de Los Ángeles por lo cual tuve obstáculos en conseguir un abogado que me diera confianza dentro de la zona.
En las distintas audiencias que fueron dándose, los carabineros se preocuparon más del denunciado que de la víctima, pues en algunas ocasiones se aislaron las calles, las audiencias llenas de gente del comando de campaña de mi agresor, Mario Gierke, portando las banderas y el jingle de campaña "era un verdadero Circo", y luego del veredicto del 17 de noviembre los comentarios en mi contra con el fin de blanquear su imagen, yo repito lo expresado a vísperas del juicio de noviembre "me encuentro muy tranquila y esa tranquilidad me da la confianza otorgada por la verdad".
Considero injusto que mi victimario continúe haciéndome daño intentando blanquear su imagen a costa de la mía, al "Romper el Silencio" en un medio de prensa y curiosamente no lo rompió ante el juez, intuyo que igual mi agresor influyo en que este proceso judicial no se haya difundido de tal manera para que las personas puedan hacer su propio juicio.
Frente a los lamentos que mi agresor realiza en su entrevista en la que minimiza su agresión al punto de decir que si hubiese sido así, estuviera frente a un "femicidio frustrado", claramente demuestra no saber qué significa frustrado, efectivamente como lo mencioné en entrevistas anteriores la agresión del 17 de enero perpetrada por mi esposo fue tan intempestiva e imprevisible, que yo vi de cerca la muerte y eso fue lo que inconscientemente me motivó a pedir ayuda y llamar a los carabineros, lamentablemente la policía que acudió a mi llamado fue testigo, cómplice, encubridor y protector de mi agresor el Alcalde Mario Gierke, algo que se ha mantenido durante toda la investigación judicial de mi causa, a pesar de tener paralelamente una investigación administrativa en la fiscalía de Carabineros, donde según el carabinero Miranda mencionó en el juicio que arriesga una sanción de 8 días de arresto, etc; señalar que no es el único carabinero que está en investigación.
Quiero dejar claro que el tribunal no ha sido claro, ni categórico en que no hubo agresión, sólo que el tribunal no valida el documento del peritaje del médico del SERVICIO MEDICO LEGAL de Los Angeles, presentado por la fiscalía, ni tampoco el documento de atención de atención del hospital de Los Ángeles, solamente se basó en la mentira que hace el SAPU de la comuna donde mi agresor es el ALCALDE y por ende el superior jerárquico y empleador de los funcionarios que elevan la mentira.