Los datos de 2019 demuestran cómo el acceso a posgrado y becas se reparten principalmente entre los sectores más favorecidos socioeconómicamente, privilegiando a los colegios particulares. Otra forma de segregación social en el sistema educativo.
Por Robinson Silva Hidalgo
La información disponible por las agencias oficiales está para toda persona que quieran entender el carácter del sistema social en el que vivimos. La cuenta @Juanizio_C en la red social Twitter ha cruzado datos de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, para dar cuenta de las condiciones de iniquidad que se reflejan en la adjudicación de becas para estudios de posgrado en Chile.
El usuario tomó datos de 2019 desde Conicyt (hoy ANID) respecto a la adjudicación de becas para estudios de magister en el extranjero, a partir de este caso hace referencia a las injusticias respecto al origen de los beneficiaros, desvelando un sistema clasista y fragmentado socialmente, como en tantos otros ámbitos de la sociedad chilena.
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Todo ello muestra que se arrastran importantes déficits desde la educación básica en adelante, de esta forma muy pocos jóvenes de estratos bajos entran al sistema de educación superior y quienes lo logran tienen serias dificultades durante el curso de sus carreras. La suma de estas injusticias estructurales hace que sea muy complejo que continúen estudios de posgrado dentro o fuera del país.
Entre los conflictos que fungen como escollos para acceder a los estudios de posgrado para personas de clases sociales bajas es el uso del idioma inglés, también poseen menor cantidad y calidad de información relevante para la prosecución de estudios y la inexistencia de redes para postular a este tipo de programa.
Los datos de la cuenta son decidores cuando nos muestra el origen de los y las becadas para estudios de maestría en el extranjero para 2019, una ínfima minoría proviene de la educación municipal, donde sabemos estudia la población más carencia social y económicamente del país.
Por otra parte, y considerando un consolidado entre 2013 y 2018, al medir el origen por nivel socioeconómico la cifra es aterradora, el 82% de las becas estatales para estudios de maestría en el extranjero son para los grupos medio alto y alto, un desequilibrio inaguantable para un país como Chile, altamente movilizado en las últimas décadas por una educación más justa.
El tuitero, docente e investigador, nos alerta acerca de la proveniencia por comuna de los seleccionados en este programa de becas del Estado, en el cuadro presentado están evidenciadas las injusticias respecto a este asunto, cuestión que deja postergadas a las comunidades más empobrecidas, pues sus habitantes no cuentan con las redes adecuadas que las comunas más poderosas les pueden entregar, no tan solo en los colegios, también en el acceso a infraestructura y redes que acrecienten el capital cultural que les permita enfrentar carreras más complejas.
Si bien es una investigación preliminar, los datos son evidentes y sería bueno conocer con mayor detalle el calado de estas iniquidades y qué hace el Estado para resolverlas o, por el contrario, si estas diferencias se han profundizado y el porqué no hay preocupación por deshacer un modelo fracasado en integración social.