[resumen.cl] Este viernes por la noche familiares de José Tralcal Coche y Luis Tralcal Quidel, recientemente apresados y entregados a la custodia de Gendarmería, denunciaron que se les había trasladado hacia la cárcel de Valdivia en contra de su voluntad, luego de arribar al penal de Temuco, donde se había informado que cumplirían su condena.
Los comuneros han sido condenados a 18 años de cárcel como culpables de participar en el incendio que acabó con la vida del matrimonio de terratenientes Luchsinger-Mackay. Esta condena se estableció en un segundo veredicto entregado por el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco, pues el primero, de 2017, había sido anulado luego que la Corte de Apelaciones acogiera el recurso de nulidad interpuesto por la Fiscalía Regional de la Araucanía. Este primer veredicto había absuelto a los once imputados de en la causa judicial de tal hecho, ya que los jueces no habían encontrado pruebas justificativas de las imputaciones hechas por la Fiscalía. No obstante, en este último se validó la supuesta declaración de José Peralino Huinca, quien, según el Tribunal, se acogió al beneficio de la delación compensada, sin dar lugar a la denuncia realizada por él mismo, en la cual afirmó haber sido agredido y amenazado por efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) para firmar una declaración previamente elaborada por el fiscal Alberto Chiffelle y que involucraba al resto de los imputados.
José Peralino Huinca declaró: "Encendieron una computadora y [uno del los efectivos] empezó a mostrarme imágenes de aquí, de los cabros presentes. Me empezaron a mostrar imágenes de los cabros y me dijo: ¿conocís a éste?, ¿conocís a este otro?, ya po weón di que sí. Me decía el Vilches [funcionario de la PDI]: si tú los conocís, si son éstos, por último yo te ayudo. Yo le dije sí weón, los conozco, por miedo. De ahí me dijo firma aquí, tenís que firmar, y estos son [mientras le mostraba fotografías de los imputados]. Le dije ya sí, son éstos. Después entró el fiscal Chiffelle y me dijo: Peralino firma aquí. No vi bien porque yo estaba tiritando nervioso de miedo. Igual el Vilches me estaba presionando, su jefe me estaba presionando". Estos hechos, según José Peralino Huinca, ocurrieron en octubre de 2015, sin embargo su relato no fue considerado por el Tribunal al momento de servirse de la supuesta delación compensada a la cual se habría acogido, estableciendo la condena para él y los otros dos comuneros ahora apresados y trasladados al penal de Valdivia.
Familiares de los presos denuncian Leonardo Barrientos, Jefe Regional de Gendarmería en la Araucania, quien les habría dicho que « el penal de Imperial sería una opción y nos garantizó visita especial a la llegada de los Tralcal a la región lo que no se concretó el día de hoy a pesar que nos dejo esperando 3 horas con nuestros niños en la Cárcel de Temuco".
La cárcel de Imperial se ajustaría a los requerimientos de los presos, pues según su familiares, "se encuentra próximo a nuestros hogares y mantiene practicas de respeto intercultural".
La dispersión carcelaria a la cual están siendo sometidos José Tralcal Coche y Luis Tralcal Quidel constituye un mecanismo de degradación agravante del presidio que, junto con afectar a los recluidos, también perturba a sus seres queridos, quienes deben viajar grandes distancias para visitarlos, incurriendo en ingentes gastos de dinero y tiempo en ello, exponiéndose a una mayor cantidad de riesgos y a un desgaste que se agrava por las altas condenas recibidas por ellos.
Foto: José Tralcal Coche y José Peralino Huinca, Extraída de radio.uchile.cl