Nos reunimos junto a Antonio Hernández, Isham Assis y Bayron Espinoza, directorxs del documental "Pasa la calle, el arte de resistir", una investigación acerca de los carnavales urbanos en Santiago desde comienzos de la década de los noventa que profundiza, desde una perspectiva histórica, en el impacto que ha generado este tipo de instancias en el desarrollo cultural de las comunidades y organizaciones cruzadas por estas fiestas.
HACHE / resumen.cl
A partir de un registro propio de distintos carnavales, y un trabajo junto a distintas organizaciones barriales y artísticas, los documentalistas indagan en la memoria histórica y popular de distintos territorios que han asumido con una perspectiva transformadora, la responsabilidad organizar dichas instancias de festejo. Cabe destacar que el documental está siendo producido por la cooperativa "Trashumante Audiovisual" y actualmente se encuentra en etapa de post producción.
-¿Podrían explicar en qué consiste en trabajo que están realizando?
Pertenecemos a la cooperativa de trabajo "Trashumante Audiovisual", estamos realizando este documental con el objetivo de mostrar el trasfondo político y social que tienen los carnavales. Hay mucho que descubrir en estas experiencias, conocer sus comienzos y el rol que cumplieron en las periferias luego de la dictadura. Debemos considerar por ejemplo, que la expresión "carnaval" o "pasacalle", son conceptos que tienen su origen en nuestro país en la post dictadura, antes no existían, al menos no de la manera de como los podemos vivir hoy día.
Llevamos entre cuatro a cinco años realizando esta investigación que comenzó en la población "El Castillo", lugar donde iniciamos el registro de distintos carnavales y pasacalles en Santiago, en un intento de interpretar el trasfondo social y cultural que deja como legado histórico el carnaval dentro de un territorio, en especial en las poblaciones más periféricas de Santiago, que es de donde también venimos nosotros.
-¿A qué se refieren con la autogestión del documental y por qué optan por este camino?
Como cooperativa nos desempeñamos de esa manera, sin patrones ni jefes, en base a nuestros propios proyectos y creaciones las cuales solventamos nosotros mismos a partir de distintas iniciativas.
Fue una discusión que dimos y donde se resolvió hacer el trabajo nosotros mismos, hay que considerar que cuando hablamos de autogestión hablamos de hacerlo con nuestras propias manos, generar el recursos a través de campañas, hace un tiempo realizamos un crowfunding para recolectar aportes, hemos vendido distintos tipos de productos, poleras, estamos preparando un foto libro, la venta de fotografías, afiches y una fiesta de lanzamiento, todo a pulso. Nuestra decisión fue no postular a ningún fondo del gobierno, porque no estamos de acuerdo con la postura de tener que concursar para poder generar algo, en este caso lo queremos hacer porque lo consideramos necesario y para eso no necesariamente tenemos que depender del Estado, pero también comprendemos que la precarización del arte y la cultura ha obligado a muchos artistas a depender de estos recursos, por lo cual hablar de autogestión no significa necesariamente no postular a un fondo u otro, sino que implica una reflexión más profunda en torno al momento que vive la cultura en nuestro país, la cual se promueve desde una perspectiva mercantil y competitiva, imposibilitando en muchos casos el desarrollo de proyectos audiovisuales que ven como su principal traba la gestión de recursos para su realización.
– Sobre el contenido del documental, ¿qué impacto tuvo el surgimiento de los carnavales en las organizaciones territoriales de Santiago?
Han tenido un gran impacto, ya que se han transformado en una herramienta para activar el trabajo territorial de las poblaciones, considerando que durante la dictadura la organización era algo que se desarrollaba en gran parte de manera clandestina por las restricciones que existían hasta fines de los ochenta, entonces cuando llegan los noventa la gente empieza a salir un poco más y los carnavales sirvieron para eso, para que la gente se atreviera a poblar de nuevo su espacio y usar la calle como un lugar de aprendizaje comunitario. Creemos que tiene que ver con una necesidad humana, la de ocupar el espacio público y con ese quiebre que generó la dictadura donde se suprimió el arte con un apagón cultural, quemando libros, encerrando gente, con el miedo de salir porque te podían matar o desaparecer, se genera entonces un miedo generalizado en la sociedad, que se comienza a romper con la llegada de la falsa democracia y las iniciativas para que la gente vuelva a salir.
En un comienzo las personas que comienzan a organizar pasacalles en los noventa, son actores y actrices que provienen del teatro callejero, siguiendo la misma línea de lo que venía haciendo Andrés Pérez con su compañía, que era totalmente rupturista para la época ya que era arte callejero, lo que buscaban con los carnavales era traspasar la cuarta pared (el público) y al mismo tiempo recuperar el espacio al servicio de la comunidad y no de otros intereses ajenos a ella.
– Respecto al proceso de investigación, ¿cómo fue la relación que se desarrolló con las distintas organizaciones que se vincularon?
El encuentro con las organizaciones partió de manera natural, como comentábamos anteriormente, en un comienzo nosotros intentamos crear un archivo audiovisual de los carnavales, sin embargo, desde el primer carnaval que grabamos en El Castillo, que es donde comienza el trabajo, fuimos conociendo gente que se fue sumando a las que personalmente cada uno de nosotros conocía, a través de diferentes instancias musicales o de pasacalles que nos invitaron y al mismo tiempo nos hicieron llegar a ellas, en algún momento solicitaron a "Trashumante audiovisual" una suerte de recuento de cómo eran algunos pasacalles, y así comenzamos a darnos cuenta de lo que estaba pasando en varios lugares y de pronto nos vimos con todas esas redes e información, lo que nos permitió avanzar hacia la producción del documental.
– ¿Qué importancia tiene para ustedes indagar en torno al Carnaval como un proceso histórico y social?
Es fundamental para rescatar y preservar la memoria de los territorios, ya que en primera instancia se genera un archivo que va a quedar en el tiempo y que nos mostrará cómo los carnavales generaron un encuentro social y territorial comunitario importante y de cómo la autogestión es posible a partir de la articulación de las comunidades. A su vez, profundizar en torno al concepto del carnaval en Chile, de la trascendencia e importancia que tiene, en especial en las poblaciones más pobres, donde se da un fenómeno importantísimo que tiene que ver con la apropiación de la organización y de la actividad propiamente tal, algunxs vecinxs lo esperan y se preparan para vivir los carnavales o pasacalles que se desarrollan en su población, al mismo tiempo de resguardar la visión y la opinión de los distintos participantes, no solo en la gestión, sino que también en quienes dan vida a estas instancias, bailarinxs, músicos, figurines, que también tienen algo que decir sobre el tema y que sin duda aporta también al estudio del impacto que tienen.
– ¿Cuál es el origen del nombre, "Pasa la calle, el arte de resistir"?.
Nos costó bastante encontrar un nombre, en un principio le llamábamos "Carnavales" pero con el tiempo nos dimos cuenta que el concepto propiamente tal podía ser entendido de distintas maneras, al mismo tiempo que comenzamos a notar diferencias con otras expresiones populares como los pasacalles y de como también hay festividades que cuentan con naturalezas distintas, algunas vinculadas con la religiosidad y en otros casos también a hitos o la memoria histórica de los territorios.
Entonces fue un proceso de reflexión que vivimos como equipo donde nos dimos cuenta que el carnaval o pasacalle finalmente es el que viene a ti, el carnaval pasa por ti, traspasa tu individualidad y te suma a un momento colectivo donde compartes con los demás, también la frase "pasa la calle" tiene que ver con recuperar un espacio que durante mucho tiempo estuvo cooptado por otras fuerzas ajenas a lxs pobladorxs, hoy día la estamos recuperando de distintas maneras.
"El arte de resistir" también tiene que ver con eso, al final toda esa organización que se expresa en talleres, escuelitas, murales, etc. es pura resistencia a través del arte, se siente esa autenticidad y el aprendizaje de lxs niñxs y vecinxs y de cómo en las poblaciones existen distintos aprendizajes y experiencias significativas para la comunidad que se dan en la calle, entonces el arte de resistir también tiene que ver con negarse a perder una identidad que estuvo oculta y reprimida en función de un paradigma cultural que no nos representa como pueblos originarios ni habitantes de América Latina.
– Por último, ¿qué quisieran comunicar?
Agradecer a todo el equipo y a las personas que han estado colaborando de distintas maneras en la realización del documental, este trabajo ha sido comunitario y hay varias personas aportando con sus oficios y conocimientos para su realización, además señalar que este documental es para que la gente no olvide nuestros orígenes, a pesar de que parezca un espectáculo, en el fondo hay una gran cantidad de información importante para saber quiénes somos y nuestros orígenes, abriendo la posibilidad de conocernos un poco más,
Finalmente agradecemos por este espacio e invitamos a toda la gente a participar de las campañas de financiamiento, ya vienen las poleras, foto libros, entre otras iniciativas para juntar recursos.
Pasa la calle el arte de resistir .