[resumen.cl] Este lunes 18 de junio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció en un discurso ante el Consejo Nacional del Espacio, una directiva que crea una sexta rama de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Mientras las principales potencias espaciales del mundo parecieran buscar un nuevo campo de batalla en el espacio, distintos análisis señalan que Estados Unidos llevaría la delantera en esta eventual nueva carrera armamentista.
Trump señaló que creará la «Fuerza espacial» como una rama independiente, separada de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. El presidente señaló que «Vamos a tener la fuerza espacial» a la que consideró una nueva rama del ejército de la superpotencia «Separada pero igual» indicó
Mientras tanto, la Secretaria de la Fuerza Aérea Heater Wilson, quien había sido nombrada por Trump, se opuso previamente a la propuesta del Congreso de julio de 2017, de crear esta nueva rama militar denominada «Cuerpo Espacial de los Estados Unidos». En aquel entonces explicó que esto «lo hará más complejo, agregará más cuadros al organigrama y costará más dinero»
Esta Fuerza Espacial que está siendo propuesta absorbería los deberes del Comando Espacial de la Fuerza Aérea de EE.UU., unidad que apoya la mayoría de las operaciones militares estadounidenses en el espacio. Actualmente este comando se compone de más de 35.000 personas en más de 130 bases distribuidas en todo el mundo.
Potencias globales buscan la militarización del espacio: Estados Unidos llevaría la delantera
La órbita de nuestro planeta, podría transformarse en un nuevo campo de batalla. Un creciente número de satélites de vigilancia ya se encuentra desplegado en órbitas bajas, probablemente la espera de instrucciones para neutralizar las funciones o para destruir otros satélites enemigos. Junto a esto, en la superficie terrestre, barcos de guerra e instalaciones continentales e insulares disponen de misiles capaces de impactar objetos en el espacio cercano, diseñados para destruir naves enemigas o satélites en órbita.
Expertos advierten que las operaciones militares en órbita podrían destruir además de la vigilancia militar, los delicados satélites de los que depende la navegación, las comunicaciones, y la investigación científica en todo el mundo. En caso de un hipotético conflicto donde las potencias busquen «cegar» los satélites enemigos, la humanidad podría retornar a una época similar al final de la Segunda Guerra Mundial.
Cabe recordar que durante la guerra fría, Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética comenzaron a desarrollar las armas espaciales con detonaciones nucleares o armas anti satélite (ASAT). El Tratado del Espacio Exterior en 1967 prohibió el envío de armas nucleares en el espacio, sin embargo no prohibió el armamento convencional. En 1972, las potencias firmaron el tratado sobre misiles balísticos ABM. En 2001, EE.UU abandonaron este tratado.
Distintos análisis indican que es muy difícil apreciar de forma exacta cuantas armas se encuentran en órbita, debido a que muchas de estas podrían tener un «uso dual», de funciones en tiempos de paz, como a su vez potenciales aplicaciones militares. Por ejemplo, un satélite que sea diseñado para trabajos de reparaciones orbitales podría atacar a otros satélites o naves espaciales con explosivos, armas láser o garras mecánicas.
En el actual escenario, Estados Unidos poseería más armamento espacial que ningún otro país. Sin embargo, de manera discreta, las principales potencias espaciales, tales como Rusia, China han estado desarrollando nuevo y sofisticado armamento en el espacio
Compañías estadounidenses y agencias gubernamentales poseerían cerca de 500 satélites, una cifra cercana a la que poseen el resto de los países del mundo y empresas multinacionales combinadas. Al menos 100 de estos satélites estadounidenses serían de uso militar.
Además, otros dispositivos patrullan el espacio, como naves espaciales de tecnología avanzada con cámaras infrarrojas sensibles al calor del lanzamiento de misiles y otras naves espaciales. Este dispositivo, junto a una red de radares y telescopios emplazados en tierra, realizarían un seguimiento satelital global. Estados Unidos también poseería al menos 6 tipos de naves espaciales con la capacidad para maniobrar cerca de satélites enemigos, revisarlos, capturarlos o dañarlos.
En 2010 la Fuerza Aérea estadounidense lanzó su primer avión espacial X-37B, una versión no tripulada de la antigua lanzadera o transbordador espacial.
Armas anti-satélite y naves espaciales de ataque
Las arma anti satélite es un arma espacial diseñada para incapacitar o destruir satélites con fines estratégicos militares. Actualmente, los Estados Unidos, Rusia y la República Popular de China serían los únicos que se conoce que han desarrollado este tipo de armamento.
Satélites militares, armas anti-satélite y aviones espaciales no tripulados formarían parte de actual arsenal de Estados Unidos. Junto a estos se encuentran los SBIRS, o sistemas infrarrojo con base en el espacio detectan señales térmicas de potenciales misiles balísticos intercontinentales enemigos. Su función sería interceptarlos.
Hace algunos meses, el presidente Donald Trump ya había anunciado que Estados Unidos podría tener una nueva rama de las fuerzas armadas espaciales.
«Mi nueva estrategia nacional espacial reconoce que en el espacio pueden tener lugar acciones de combate al igual que en la tierra, el aire y el agua, nosotros incluso podemos tener fuerzas espaciales... tenemos fuerza aérea, tendremos espaciales, terrestres y navales», señaló durante un discurso en California.
En febrero de 2008, el Crucero de la Armada de estadounidense Lake Erie, equipado con un radar de alta tecnología Aegis, lanzó un misil interceptor antibalístico modificado SM-3. El cohete destruyó un satélite defectuoso en la órbita baja terrestre a una velocidad estimada de 22.000 millas por hora.
Actualmente, EE.UU. tiene varias decenas de buques de guerra equipados con sistemas Aegis cargando cientos de misiles SM-3, navegando en todos los mares del mundo. Una cantidad suficiente para atacar satélites que Rusia y China mantienen en la órbita baja.
Por su parte, China ha destruido satélites antiguos en pruebas de armas anti-satélite en 2007 y 2013. Estos impactos dispersaron restos potencialmente peligrosos en la órbita baja terrestre. En 2010 la agencia espacial china lanzó pequeños vehículos espaciales en grupo, incluyendo los denominados (SJ-6F y SJ-12) los que se estrellaron entre si en órbita, aparentemente a propósito.
Entre 2013 y 2015 Rusia habría lanzado de manera silenciosa pequeñas naves espaciales para inspección. Observadores occidentales han apuntado a que estas naves también podrían estar equipadas con láser y probablemente explosivos.
Cabe mencionar que pese a que las otras principales potencias espaciales también buscan desarrollar su propio armamento espacial, no poseen una red de «conciencia» global tan amplia como la de Estados Unidos, debido a su menor cantidad de satélites, bases en el extranjero y buques de guerra en el océano global.