En el verano de 1974, seguía imperando el terror en el país. A cuatro meses del golpe militar continuaban las ejecuciones grupales, las detenciones y desapariciones de personas, el encarcelamiento, los recintos públicos y clandestinos de detención y torturas permanecían llenos aún, miles salían al exilio o pedían refugio en las embajadas en Santiago.
Específicamente, el día de 18 de enero, se produjeron hechos como la ejecución de 6 dirigentes políticos y sociales en la ciudad de Quillota por integrantes de la Escuela de Caballería de la misma ciudad. Los ejecutados fueron Víctor Fuenzalida 35 años, dirigente del PC; Manuel Hurtado 35 años dirigente del PS; Osvaldo Manzano, 32 años, Presidente del Sindicato de Rayon Said y militante del MIR; Julio Loo, de 27 años, obrero textil y militante comunista; Ángel Díaz, dirigente vecinal de 41 años y obrero textil; Hugo Aranda, de 30 años, soltero, campesino y dirigente vecinal.
El día anterior, en la misma ciudad de Quillota, fueron detenidos y desaparecidos por agentes del servicio de Inteligencia Militar (SIM) los militantes socialistas: Pablo Gac Espinoza, ex alcalde de Quillota, y Rubén Cabezas Pares, abogado y fiscal de la CORA de Quillota.
Ese mismo 18 de Enero de 1974, pero en Santiago, un grupo de jóvenes que regresaba de un cumpleaños en el centro de Santiago fueron sorprendidos por dos carabineros que solicitaron refuerzos. En calle San Diego, a la altura del 1255, fueron detenidos, en un operativo que incluyó a militares, carabineros y civiles armados, Ramón Ortiz Orellana de 16 años y estudiante de la Escuela Industrial N°3; Sergio Enrique Gutiérrez Seguel de 18 años, obrero; Domingo Cubillos Guajardo, obrero zapatero de 19 años. Todos fueron subidos a un vehículo policial y hasta hoy permanecen desaparecidos.