La violencia estalló la noche del jueves cerca de la alcabala de Kalandia, que se encuentra en Cisjordania entre Jerusalén y Ramallah, cuando los residentes de la aldea cisjordana se enfrentaron con la policía en protesta contra la incursión israelí en la Franja de Gaza, informó el Jerusalem Post.
Unos 10.000 palestinos protestaron cerca de la alcabala, tirando piedras, bombas incendiarias y fuegos artificiales a las fuerzas de seguridad israelíes, y quemando cauchos. Las fuerzas del ejército y de la Policía de Fronteras usaron métodos de dispersión de multitudes a las masas.
Según la agencia de noticias palestina Maan, dos residentes fueron asesinados por las fuerzas de seguridad israelíes y decenas resultaron heridos.
La Oficina del Portavoz del ejército israelí no confirmó las bajas palestinas. El ejército estuvo revisando informes de disparos contra las fuerzas israelíes en el puesto de control.
La protesta se desató luego de que de aliados del movimiento Fatah del presidente palestino Mahmoud Abbas marcharon desde la ciudad cisjordana de Ramallah hasta los bordes de Jerusalén en protesta por los 17 días de agresión a Gaza.
Temprano el jueves, la Policía de Israel arrestó a nueve sospechosos en ciudades de Jerusalén, por «perturbar la paz y atacar a los agentes de policía», cerca de la Ciudad Vieja. La policía dijo que utilizó métodos de dispersión de multitudes para restaurar el orden.
Al mismo tiempo, cerca del Monte del Templo, decenas de residentes de Jerusalén oriental, lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas policiales. La policía dijo que habían detenido a 10 sospechosos en el incidente, y que dos policías resultaron heridos levemente durante el choque.
Mientras la policía se preparaba para las oraciones del viernes, aumentaban la seguridad en la Ciudad Vieja y en Jerusalén, cuando la invasión a Gaza entra en su tercera semana, alimentando ya grandes tensiones entre los árabes y los Judios en la capital.
Citando amenazas anónimas de que se esperan disturbios árabes cerca de la Puerta de Damasco, el vocero de la Policía Nacional, Micky Rosenfeld, dijo este jueves que cientos de oficiales estarán a la mano cerca de la entrada este de Jerusalén el viernes para asegurarse de que no se producen incidentes.
«La policía está haciendo los preparativos para las miles de personas que se espera que la vengan a la Ciudad Vieja para orar durante el Ramadán», dijo. «Hemos recibido información de que habrá disturbios, por lo que no estamos dejando nada al azar para garantizar la seguridad de los residentes».
Con ese fin, Rosenfeld dijo que no se permitirá a ningún árabe menor de 50 años, entrar en la puerta de Damasco, y que equipos encubiertos y otras unidades de élite cobijarán la zona para responder inmediatamente a cualquier tipo de violencia.