Ayer miércoles los estudiantes del Liceo Acuático iniciaron una toma en protesta por el despido masivo de profesores y trabajadores de la educación en la comuna de Lota, que afecto a cerca de 50 docentes durante los primeros días de marzo.  La acción fue reprimida por fuerzas especiales de carabineros quienes desalojaron el establecimiento, por orden de su sostenedor; el cuestionado alcalde de la comuna.

Hoy jueves el liceo industrial de dicha comuna se sumo a las movilizaciones, los estudiantes del establecimiento hicieron ocupación del mismo y denuncian que los criterios con los cuales se despiden o contratan profesores, no guardan ninguna relación con la educación y son simple y llanamente políticos.

La historia es aún más triste, los municipios han sido convertidos en botines de guerra, por candidatos que comprometen cargos y sueldos municipales a personas ligadas a la financiación de su campaña.   Los funcionarios municipales, entre estos los profesores, quedan al arbitrio de alcaldes que cada día cobran ribetes más autocráticos y menos democráticos.

Esta falta de seriedad administrativa y respeto por la carrera funcionaria atenta contra los servicios profesionales que deben prestar quienes trabajan para los municipios, redundando en la calidad de los servicios que estas instituciones entregan.  El caso de Lota es solo un botón de una serie de atropellos que bajo distinto signo político se comenten en diversas comunas de la región y el país.