[resumen.cl] Mauricio Rojas, que asumiera el cargo como Ministro de Cultura recién el pasado jueves, se vio obligado a dejar su cargo tras importante descontento y presión social por relativizar las violaciones a los Derechos Humanos en dictadura.
Puedes leer también: Crecen las presiones para exigir la renuncia del ministro de Cultura Mauricio Rojas
Mauricio Rojas fue anunciado como Ministro de Cultura el pasado jueves 9 de agosto a las 18:30 horas, y tras ejercer durante apenas un día hábil, hoy lunes 13 se confirma su salida del gabinete del presidente Piñera. Esto tras importantes cuestionamientos y la presión ejercida, no sólo por parte del mundo del arte y la cultura sino de la población en general, debido a sus declaraciones donde relativiza las violaciones a los Derechos Humanos ejercidas en dictadura en un libro que coescribió con el también ministro, de Relaciones Exteriores, Mauricio Ampuero: «Diálogo de conversos» de 2015 y que fueron reiteradas en una entrevista en CNN en Español en 2016.
Es en este libro donde la inaceptable declaración respecto al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos "más que un museo se trata de un montaje cuyo propósito que sin duda logra, es impactar al espectador dejarlo atónito, impedirle razonar", desataron la repulsa unánime del mundo de la cultura, el arte, el patrimonio y los derechos humanos, a ello se fueron sumando organizaciones y personalidades del mas diverso tipo, que terminaron por conseguir su salida, como fue anunciado a eso del mediodía en una tibia declaración de Piñera donde afirmó que habría una intolerancia a la libertad de expresión, que hay sectores que quieren aprovecharse e imponer una verdad única y que habría un supuesto contexto de violencia que llevó al Golpe de Estado de 1973.
Con sólo un día hábil en el cargo, el paso de Rojas en el gabinete de Sebastián Piñera, deja instalado el respaldo que recibió de algunos sectores de su coalición como el presidente de de RN Mario Desbordes y la presidenta de la UDI Jaqueline van Rysselberghe que confirman la visión que tiene la derecha política respecto a las violaciones a los Derechos Humanos en dictadura.
La pobreza de su curriculum o su escasa pertinencia en temas de cultura y patrimonio, no fue lo que más resaltó en su llegada al Ministerio, sino el énfasis en su condición de "converso", de "ex militante del MIR", cuestión desmentida por la militancia mirista y el exilio chileno en Suecia. El manto o la historia de Rojas, para presentarse como exiliado o ex militante de izquierda, presentaba una serie de incongruencias. Lejos de ser un mirista converso al neoliberalismo como Ominami, Rojas aparece como un aprovechado que mintió sobre su condición de perseguido para obtener beneficios económicos, recibir los beneficios de los refugiados políticos en Suecia, la posibilidad de estudiar becado en ese país, donde rápidamente pasó de partidos de derecha a extremaderecha.