Alrededor de 32 diferentes especies autóctonas del territorio serán plantadas en un terreno con vistas al volcán Tolhuaca, en La Araucanía, cada uno de ellos contará con el nombre de un detenido desaparecido o ejecutado político durante la dictadura militar y un código QR en una placa memorial que te conectará con la historia de aquellas personas. El esfuerzo es realizado por la agrupación Memoria Viva, en conjunto con organizaciones de derechos humanos de la región, organizaciones sociales y comunidades mapuche que entregaron su apoyo al levantamiento de este bosque, que será de acceso público.
Por Branco Moreno Caro
El 6 de mayo, en las cercanías de Curacautín, en la cordillera de La Araucanía, se realizó la primera de muchas plantaciones de árboles nativos, para lo que será Ecomemoria, un parque público de libre acceso. Al lugar asistieron diferentes organizaciones, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos de la Araucanía, Memoria Viva y otras de carácter social. Además, el lonco Juan Kidel, de la comunidad Ignacio Huaiquilao, llevó a cabo una ceremonia inaugural en el lugar.
La idea comenzó a gestarse el año 1998 en Londres, año en que se tomó detenido al dictador gracias a una orden emitida por el juez español Baltasar Garzón. Cuando la Cámara de los Lores debía decidir si extraditar o no a Pinochet, la agrupación constantemente iba hasta el sitio donde estaba "detenido" para leerle la lista de los nombres de ejecutados y detenidos desaparecidos de la dictadura.
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Sin embargo, un día se les ocurre lo que sería el esbozo de Ecomemoria según nos comenta Jimmy Bell, uno de los fundadores de Memoria Viva, "la gente se acostumbra a los números: Mil víctimas, parecían solo una cifra. Y nosotros queríamos representar gráficamente lo que significa desaparecer 190 personas o ejecutar a miles y decidimos plantar una cruz con una foto detrás, de cada detenido desaparecido o ejecutado en Londres, en el parque frente al parlamento británico, quienes decidían si extraditaba o no".
"Después que terminó la acción, hubo que sacar las cruces y guardarlas, era como sacar la memoria y guardarla, lo que pasa todo el tiempo aquí mismo. Nosotros dijimos, este trabajo tiene que ser permanente de la memoria y ahí decidimos ¿Por qué no plantamos un árbol en vez de una cruz por cada detenido desaparecido y ejecutado? Y comenzamos eso en Europa, el 2002 comenzamos plantando un árbol, un árbol por Dayana Aarón a las afueras de Oxford en Inglaterra".
Finalmente, el primer ministro británico, Jack Straw, decidió liberar a Pinochet por "razones humanitarias", debido a su estado de salud, cuestión que fue impulsada por Longueira y otras personalidades de derecha, quienes fueron hasta Londres a pedir por el dictador, quien entró al país en silla de ruedas se levantó para caminar y saludar a la prensa en una postal que quedaría grabada en la época de la transición a la democracia marcada por la impunidad.
Las organizaciones de derechos humanos no se detuvieron allí y siguieron plantando árboles nativos en diferentes partes del mundo, Canadá, Nueva Zelanda, Brasil y muchos más, para el 2002 ya eran más de 150 en todo el mundo, cada uno con los nombres de los detenidos desaparecidos y ejecutados. Al preguntarle a Jimmy Bell, por qué se pensó en los árboles nos entrega dos reflexiones conmovedoras: "Los árboles siempre dan más de lo que piden y para nosotros eso refleja todos nuestros compañeros, todos los revolucionarios dieron más de lo que pidieron, el árbol es una voz significativa de los sueños y aspiraciones de nuestros compañeros, nosotros no estamos plantando árboles de víctimas solamente, sino que queremos recordar el proyecto por el cual los persiguieron".
También nos comenta que Ecomemoria se justifica doblemente, debido a que durante la dictadura militar, no solo se cometió un terrible genocidio a sus compañeros, además se comenzaron con las políticas ecocidas y de apagón cultural, esto queda muy bien graficado en el negocio forestal que se ha tomado buena parte del sur del país, modelo implantado a sangre y fuego por el dictador y sus secuaces, a través de la muerte, las desapariciones, ejecucuiones y leyes como el Decreto Supremo 701.
Según nos comenta Bell, la zona sur del país es una en donde la maquinaria del horror afecto más fuerte, "una de las áreas más golpeadas, hay más ejecutados y detenidos desaparecidos en esa área que en el resto del país, en la parte de La Araucanía, Biobío y 'uble, toda la parte sur de Chile, per cápita hay mucho más centro de detención, el número de la Región de Metropolitana es mucho más grande, pero, per cápita la más golpeada y además es la más olvidada es el sur, donde las personas más golpeadas fueron los campesinos y mapuche".
Por último entrega una invitación para todos quienes quieran participar de la plantación de árboles nativos, para hacerse parte de este proyecto que está muy arraigado en la comunidad, también dentro de su sitio web, Ecomemoria.cl, se puede adoptar un árbol, de manera simbólica o bien donando y ayudando a financiar el crecimiento de este. Sin embargo, lo más importante nos ratifica es que exista una conexión con el árbol, con la memoria de las personas que se representan, para lograr que salgan del silencio hacia el presente.
Durante todo el mes de mayo y hasta agosto se estarán realizando jornadas de plantaciones, en las que cualquiera puede asistir, para ir configurando esta instancia que espera estar terminada en mayo del próximo año, Jimmy nos adelanta que diferentes agrupaciones viajaran desde distintos puntos del país para aportar, prontamente la ANEF viajará en un bus arrendado para plantar 80 árboles por sus ejecutados políticos, por ejemplo. En 100 o 200 años más será un verdadero bosque de memoria en el que los árboles nativos contarán cada uno con la historia de los ejecutados y detenidos desaparecidos del país, con sus esperanzas y sueños de una vida mejor y por secundar el proyecto de la Unidad Popular.