EDITORIAL| Campillai, Boric y una derecha picada

Este mensaje presidencial 2024 sorprendió. Esto, podemos decir, es un punto a favor del presidente. En un discurso dirigido a sus nichos electorales: los jóvenes progresistas y las clases medias, se posicionó desde una vereda política, dejando de lado por un momento sus afanes de estadista. Pasando muy rápido por la gran cantidad de recursos para seguridad, ampliando los dineros para las policías, subieron el número de cupos para estudiar en Carabineros y PDI, entre muchas medidas que apuntan al control social, este discurso tuvo un franco tono electoral.

Este mensaje, como se le llama en el folclor republicano chileno, tomó un tono distinto a los anteriores. Esta vez se vio a un presidente medido y dispuesto a entregar la hegemonía discursiva y política a una derecha desatada, producto de las supuestas "crisis" de la migración y seguridad. Esta vez, Boric atacó fortaleciéndose en el nicho, en la secta del árbol, como ya se le conoce.

El estilo fue significativo también. Vestido de un republicano color azul, pero sin corbata, volvió a discursear con los tonos agudos de sus tiempos de dirigente estudiantil, hubo pasajes que remarcó para definir aún más este elemento, como cuando anunció una ley de aborto universal (que seguramente no avanzará), momento que soliviantó a la derecha, sector que quedó descolocado durante todo el discurso, como se dice popularmente, picó el anzuelo y se retiró de la sala en un número significativo en el mencionado pasaje sobre el aborto.

Esta cuenta pública se ha hecho la más política de todas las que ha realizado el actual mandatario, tratando de tomar un segundo aire para enfrentar los últimos dos años de gobierno, pero el tiempo implacable dice que todo lo planteado no alcanzará a verse plasmado en la vida de las personas. Con ello solo la decepción se instala en Chile, se acaban las esperanzas y solo queda rechazar a los aprovechadores populistas de derecha que harán leña de este eventual árbol caído.

De todas maneras, aún queda la posibilidad de que la carta del nicho político puede dar algunos resultados, en una de esas, el presidente logra hacer que los suyos trabajen y apuren el tranco, quien sabe, tal vez las municipales de fin de año los motive, cosa que no hace un pueblo agobiado por las deudas.

Por último, el elemento destacado de la jornada fue el fuerte golpe de la senadora Campillai, quien con su inasistencia y argumentando el disgusto y decepción que le produce el muy poco avance en derechos humanos respecto al estallido de 2019 (sumemos la pésima gestión en torno a los sitios de memoria a quienes desfinanciaron este año), le movió el piso a Boric, otro incumplimiento que, desde la dignidad, Campillai no se lo dejó pasar, provocando dejar en el lugar de los encubridores al presidente y las agrupaciones que lo apoyan.

 

RESUMEN

Estas leyendo

EDITORIAL| Campillai, Boric y una derecha picada