[resumen.cl] Por octavo día consecutivo, cientos de miles de personas participaron de protestas por todo EEUU. La imposición de toques de queda no tuvo mayor impacto y fue mayoritariamente irrespetada en la mayoría de las ciudades donde fue declarado, asimismo, la amenaza de Trump de utilizar al Ejército para controlarlas pareciera no bajar los ánimos de estas protestas que comenzaron por el crimen policial del asesinato de George Floyd, pero que ya abordan otras demandas que cuestionan el modelo.
El presidente Trump hizo una amenaza de utilizar al Ejército para «restablecer el orden» y combatir a los «miserables y perdedores», como llamó a los y las manifestantes. Un batallón de infantería de Fort Bragg ya se encuentra en la capital, Washington DC. Los gobernadores estatales siguen siendo reticentes a la idea, optando por la estrategia de reforzar la presencia policial y la imposición de toques de queda en un intento inédito, por cantidad de ciudades, en la historia de Estados Unidos para intentar contener las intensas manifestaciones, sin embargo, la medida restrictiva fue totalmente inútil, pues las escenas de protestas, enfrentamientos con las policías, cortes de calle y saqueos se repitieron por octava noche consecutiva.
«We Shall Overcome», la emblemática canción del cantautor Pete Seeger (uno de los referentes de Víctor Jara), fue entonada por una multitud en el Barclay's Center en Brooklyn, Nueva York. Fuera de Wrigley Field en Chicago, las multitudes corearon «Manos arriba» mientras levantaban los brazos hacia el cielo. En Los Ángeles, manifestantes de personas se reunieron frente a la casa del alcalde Eric Garcetti. En un puente en Portland, Oregon, cientos yacían boca abajo, con las manos a la espalda, para un «morir» emulando el asesinato de George Floyd, según consigna el New York Times.
Recién una semana después de la muerte de Floyd y con todas las protestas por el país, el gobernador de Minnesota señaló que había comenzado una investigación de Derechos Humanos en el Departamento de Policía de Minneapolis, citando evidencia de discriminación sistemática contra personas de color, particularmente afroamericanos.
Por su parte, la familia de Gerorge Floyd se reunió en Houston (Texas) el martes para un acto de memoria al que se unieron unas 60,000 personas (cifras de la policía de la ciudad). En el acto, se compartió video de la hija de 6 años de George Floyd, Gianna: «Papá cambió el mundo», dijo.
Enfrentamientos de la policía contra la población
El modelo de policías es muy diferente al de Chile, allá no existe una sino muchas policías, algunas propias de cada Estado, otras son derechamente dependientes de los municipios, así como también una federal (FBI) y la «Guardia Nacional» dependiente de la Casa Blanca (que responde en algo al ridículo modelo militar de Carabineros), compuesto por voluntarios, en su gran mayoría fanáticos de las armas, con grupos de supremacistas blancos y en su mayoría republicanos y conservadores.
Si bien en países de América Latina, y sobre todo en Chile, estamos acostumbrados al uso de gases lacrimógenos indiscriminado para cualquier tipo de manifestación, en EEUU y Europa, estos son utilizados de manera muy extraordinaria, por eso las imágenes del uso de estos sorprenden a gran parte de la prensa y ciudadanos norteamericanos. «Con la inminente llegada de unidades militares y el uso de helicópteros para reprimir las manifestaciones, vemos una táctica utilizada para batallas con insurgentes en el extranjero, ahora aplicada en suelo estadounidense» consignó el periódico neoyorquino que además rescató testimonios de algunas personas que participan de las protestas: «Alec, un manifestante de 32 años que pasó dos despliegues en Afganistán, dijo que había visto cosas en los últimos dos días que nunca esperó ver en su propio país. ‘Aquí hay problemas reales’, dijo, y se negó a dar su apellido porque trabaja para el gobierno, ‘y ninguna cantidad de uniformes o soldados los solucionará’.»
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La militarización de la respuesta a la protesta ha suscitado profundas preocupaciones y ha generado críticas generalizadas, incluso del almirante retirado Mike Mullen, ex presidente del Estado Mayor Conjunto, quien dijo que «nuestros conciudadanos no son el enemigo, y nunca deben llegar a ser así «.
«Estoy profundamente preocupado de que a medida que ejecutan sus órdenes, los miembros de nuestras fuerzas armadas serán cooptados con fines políticos», escribió en un artículo de opinión en The Atlantic el ex almirante de la marina Mike Mullen, agregando que las ciudades y pueblos de Estados Unidos campos de batalla deben a ser dominados y nunca deben serlo, vale decir, repetir la criminal política que realizan sus tropas en el extranjero dentro de su propio territorio.
En total, alrededor de 1.600 soldados fueron trasladados al área de Washington, según el Pentágono, que describió los movimientos de tropas como «una medida de planificación prudente».