Una batalla revolucionaria contra el demonio
Por Celia Hart Santamaría*
Acostumbrados deberíamos estar... A terminar los calurosos veranos del Caribe con la presencia de enemigos que nos atacan por vía aérea y marítima. Tal parecería que quieren entrenarnos para otras contingencias.
Los huracanes son consustanciales con el Caribe, pero su creciente magnitud y ocurrencia no lo son: son consecuencias de la prepotencia humana contra el equilibrio de la naturaleza.
El lujo desenfrenado de los ricos del mundo; su enfermedad mortal de obtener en los bolsillos algo de lo que sus pobres almas son incapaces de percibir, nos condena a lidiar con estos nuevos enemigos