Una de las principales características del sistema económico chileno y su relación con el Estado tras la dictadura Pinochetista y los posteriores gobiernos de la Concertación y la Alianza, es el establecimiento de un rol del Estado frente a la empresa privada. Este rol se resume en el carácter subsidiario del estado frente al capital. Se subsidia y bonifica a las iniciativas privadas, se dinamiza la economía a través de la inyección de recursos y se "deja" que el libre mercado se regule por si mismo.
Más allá de las definiciones generalizantes, que por cierto pueden llevar a errores, la concepción del subsidio del Estado a la empresa privada no es precisamente una categoría aplicada, una norma de la que se desprenden prácticas, sino que por lo contrario, el carácter subsidiario del Estado es impuesto por los poderes fácticos- en este contexto apoyados por una dictadura militar- que adquiere su aparataje jurídico para dar legalidad, a lo que lisa y llanamente es el saqueo del Estado. Es decir, lo que ha sido su práctica histórica, naturalizada como legalidad y bautizada con un eufemismo "carácter subsidiario del Estado".
Uno de los más connotados logros de estos poderes fácticos, es haber conseguido el subsidio del sistema financiero a través de las cotizaciones de previsión de los trabajadores: el mentado sistema de AFPs. Es un logro connotado pues, además de ser una aspiración de décadas, es un verdadero hurto disfrazado de política social.
Muestra de las consecuencias de esta política antisocial, es que inlcuso algunos de los nefastos economistas neoliberales, como el ex Consejero del Banco Central Joaquín Vial, reconocen que "Cerca del 60% de los cotizantes activos que entraron al sistema en 1981 tiene saldos inferiores a $20 millones (no incluye bonos de reconocimiento). Con $20 millones de saldo, se puede aspirar a pensión del orden de $150 mil. Una parte importante de ellos va a caer en APS (Aporte Previsional Solidario)».
Este aporte previsional solidario es parte del Pilar Solidario del Estado, que subsidia las pensiones de los trabajadores que entrega el sistema de AFPs, por ser estas miserables. Como señala en su web la Superintendencia de Pensiones "En concreto, este beneficio consiste en que el Estado entrega el monto de dinero faltante para llegar a $255.000, en caso de pensiones inferiores a esa cifra."
Si tomamos en cuenta lo descrito párrafos más arriba, se comprenderá que el "subsidio" estatal, al capital no es solo en términos económicos. Subsidiar en este caso puede ser sinónimo de proteger y a la vez, fomentar, el gran engaño de las AFPs. Es decir, cuando el Estado transparenta su carácter de protector sobre una clase social.
El APS es parte de la estrategia para blindar el sistema de AFP ¿Por qué seguir subsidiando un sistema que no funciona? ¿Por qué cubrir los nefastos resultados con aportes del Estado, sin intervenir las prácticas de las AFPs ni el DL 3500 que lo regula? ¿No se requiere de cirugía mayor?
La nueva mayoría comprendió este problema, y en vez de cirugía mayor, elige nuevamente el blindaje de las AFPs. Una de las medidas de la futura "reforma previsional" es ampliar los beneficios que se entregan a quienes tengan Ahorro Previsional Voluntario (APV). El nuevo APV, se trataría de un fomento al ahorro previsional voluntario a través de un subsidio estatal para las personas que tengan APV y ganen entre 400 mil y 1,5 millones. Lo que vendría a profundizar el antiguo APV que daba beneficios solo a los segmentos más altos a través del no pago de impuesto a la renta.
Lo severo de esta medida es que el mentado "ahorro" no es tal. El ahorro previsional voluntario se maneja tal como las cotizaciones obligatorias. Como señala la Superintendecia de Pensiones a través de una solicitud de información respondida al autor "los fondos correspondientes al Ahorro Previsional Voluntario se invierten en los mismos instrumentos del fondo de pensiones, esto es igual que su Cuenta obligatoria, en el tipo de fondo que elija."
Los directores de las AFPs, están contentos con las futuras medidas el próximo gobierno. Pues como dice nuestro titular, el ahorro previsional voluntario beneficia a las AFPs.
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