El asesinato de Alexis Astorga Muñoz: cuando el juego produce muerte

Alexis Astorga Muñoz fue una persona de 33 años diagnosticado con esquizofrenia, asesinado en un prodecimiento policial protagonizado por cinco carabineros de franco en Colbún la noche del 18 de febrero de este año. La autopsia realizada por el Servicio Médico Legal (SML) determinó que la causa de su muerte fue por asfixia mecánica. De acuerdo al testimonio de familiares, mientras era agredido por funcionarios policiales, Alexis gritó que tenía esquizofrenia, además de de su nombre y RUN.

El pasado 6 de marzo, sus familiares convocaron a una protesta exigiendo justicia ante este hecho, no obstante se desconoce la existencia de sanciones o los avances de un procedimiento judicial al respecto.

El siguiente texto, fue escrito por Marcelo Sanhueza Vallejos, sociólogo, miembro del Consejo Asesor de Salud Mental del MINSAL, así como del Global Mental Health Peer Network, usuario de programas de salud mental y considerado "experto por experiencia".

Cuando el juego produce muerte.
Blacks lives matters! – mad lives don´t matters?.

La familia de Alexis afirmó en conversación con el programa Contigo En Directo de Chilevisión, que el joven era "un niño en un cuerpo de hombre" debido a su situación psiquiátrica. Señalaron que era dueño de una gran inocencia y fanático de las travesuras. Le gustaba esconder objetos, uno de ellos era la patente del vehículo de su hermana.

El juego, como lo hemos visto durante décadas, es un proceso completamente natural y espontaneo en el ser humano, lo caracterizamos en la edad infantil, pues no conocemos ni visionamos el futuro, no jugamos por un propósito en especial al ser pequeños. Y esto no ha cambiado durante el tiempo, aunque los modos de jugar sí, pero el concepto de juego sigue siendo el mismo, donde el presente es el presente, donde no existe una intención posterior y donde nos encontramos en inocencia total (Humberto Maturana). Así posiblemente jugaba Alexis, lo lúdico para poder sobrellevar el cotidiano, ese cotidiano de una vida constante de medicación y sufrimientos que las personas usuarias de salud mental llevan en la espalda, casi siempre, por el resto de sus vidas.

Por "asfixia mecánica": Alexis Astorga, el paciente con esquizofrenia que murió en un procedimiento policial de Carabineros.

¿Estamos como sociedad tan tensos, tan sobre exigidos que el juego es visto como delincuencia y más aún, es reprimido hasta causar la muerte? El juego lúdico poético de la película "La doble vida de verónica" ya no es permitido, actualmente pasaría a ser de inmediato acoso, o sería catalogado como "enfermedad mental", el tiempo de la poesía y el juego están pasando, eso deja un enorme vacío en la creatividad, y es un indicador muy doloroso de la situación de nuestra sociedad.

Las brumas se ciernen sobre los labios sociales, que dejan pasar la angustia y el vacío que no cesan, florece la agonía en los ventisqueros turbados de la mente y los cuerpos adheridos a este, la hemorragia del deseo se coarta y desfallece coagulada en el sentir mirando desde las ventanas cubiertas por mortajas ardientes.

La vida de Alexis, posiblemente no fue muy distinta a la de los usuarios de salud mental, donde las pisadas se pierden al momento del siguiente paso en el silencio certero de los lagos, en el que nos sumergimos hace décadas por los puentes químicos de la medicación, construidos por un nombre fatal y persistente hasta más allá de lo prudente: nuestra etiqueta psiquiátrica. Los abrazos de los abrigos de fuerza se recrudecen en este tiempo prolongado y extendido por un desierto permanente que transitamos hace olvidados muchos años. La pastilla diaria del despertar nos protege de nuestro placer y nos cobija en neblinas del cansancio atávico, en el cotidiano, que es sólo un día reiterado por el tiempo desde el diagnóstico primigenio. Por eso, el juego lúdico que escapa al orden racional hegemónico es una bella forma de hacer el quite a tanto dolor, que ahora es negado con la muerte.

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