Escrito por Michael Le Page para New Scientist, traducido por Resumen.cl
Fotografía: Sequías e incendios en Rusia empujaron los precios de las cosechas en todo el mundo (Fuente: Denis Rusinov/ITAR-TASS/Alamy)
El riesgo de eventos climáticos extremos que puedan provocar "shocks alimentarios" mundiales se va a incrementar drásticamente a menos que hagamos nuestros sistemas más resistentes.
Gracias al cambio climático, para el año 2050 una pérdida de cosechas ocurrida una vez por siglo asociada al clima extremo, podría ocurrir cada 10 años, según un informe del Global Food Security Programme (Programa Global de Seguridad Alimentaria) del Reino Unido.
El informe se apoya en observaciones pasadas, entrevistas con expertos y modelos computarizados del clima y cosechas. No puede establecer números precisos a los riesgos porque ellos dependerán de la naturaleza de los eventos extremos, y de cómo nosotros respondamos a ellos, pero no hay duda de que están aumentando, señala Tim Benton, de la Universidad de Leeds, Reino Unido, uno de los autores del informe.
"El riesgo de eventos graves que nos puedan asustar está aumentando, y podría aumentar más rápidamente", dice Benton.
Los rendimientos de los cultivos se volverán más variables, concluye el reporte. En el mejor escenario, los años malos serán compensados por otros mejores -pero sólo si hay un aumento en el efecto de fertilización por dióxido de carbono.
En el peor escenario, el promedio de cosechas caerá. Esto puede pasar si niveles mayores de ozono a nivel del suelo además de mayores problemas con pestes y enfermedades anulen cualquier aumento por el CO2.
Inestabilidad global.
Las personas ricas en Occidente corren poco riesgo de sufrir hambrunas a causa de los shocks alimentarios, pero podrían ser afectados por la inestabilidad política provocada por la volatilidad en los precios de los alimentos en lugares como Medio Oriente y el Norte de África. El 2010, por ejemplo, una ola de calor redujo la producción de trigo en Rusia, llevando a una prohibición de exportar que llevó los precios de la comida a niveles altísimos generando protestas que ayudaron a hacer estallar la Primavera Árabe.
Además existen "puntos de congestión" en nuestros sistemas de transporte que podrían hacer cualquier crisis peor si fuesen interrumpidos por la inestabilidad o el clima extremo.
"Un montón de alimento pasa a través del canal de Suez, donde activistas estuvieron disparando granadas propulsadas por cohete a los barcos el otro año", señala Rob Bailey, del think-tank Chatam House (RU). Los países del golfo son los más vulnerables porque importan mucha comida a través de estos puntos críticos, pero los otros países también enfrentan riesgos.
El informe recomienda una serie de medidas para incrementar la resiliencia a los shocks alimentarios, desde persuadir a los gobiernos a no imponer prohibiciones a la exportación cuando un shock impacte hasta reducir la producción de biodiesel.
Señala que la agricultura enfrente un desafío triple: impulsar las cosechas inclusive mientras el planeta se calienta, para alimentar la creciente población mundial, reducir su impacto en el ambiente y volverse más resistente al clima cada vez más extremo.
Mientras tanto, otros investigadores están planteando que para tener alguna posibilidad de limitar el calentamiento global a 2ºC (el supuesto límite seguro de la ONU y el IPCC), necesitamos aspirar el CO2 de la atmósfera por la quema de biomasa y luego capturando y almacenando el CO2. Pero se necesitarían grandes cantidades de tierra para cultivar biomasa en la escala requerida. Es difícil ver cómo la agricultura puede cumplir todos estos desafíos.