¡Qué susto! Por poco me muero al leer las declaraciones de la U.D.I. (Unión Demócrata Independiente).
Es una verdadera suerte que Chile ya no viva bajo la férula de Augusto Pinochet. Leyendo el capítulo 12 del libro de Max Marambio "Las armas de ayer", refresqué aquellos tétricos días en que el tirano ordenó el bombardeo de la vivienda del Presidente, en Tomás Moro.